Reportajes

La corrupción hace perder brillo a las instituciones en América Latina

2015-05-11

Las buenas políticas dependen de que se tenga a los líderes correctos. Se trata de...

La Jornada.- La corrupción en América Latina, que alcanzó públicamente hace poco las más altas esferas políticas de Chile y Brasil, debe erradicarse de raíz so pena de ahuyentar a los inversionistas interesados en esta zona, que necesita una inyección de capital para volver a dinamizar su crecimiento, consideran expertos.

Las instituciones están perdiendo su brillo, la calidad que deberían tener, advirtió Eduardo Leite, presidente del comité ejecutivo del gabinete internacional de abogados Baker & McKenzie en Estados Unidos, durante el Foro Económico Mundial para América Latina celebrado esta semana en el Caribe mexicano.

Las buenas políticas dependen de que se tenga a los líderes correctos. Se trata de liderazgo y talento, no de instituciones. Se trata de ética y de la forma en que nos gobernamos a nosotros mismos, añadió.

La popularidad de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, se desplomó a su mínimo histórico a raíz de un millonario negocio inmobiliario que concretó su hijo mayor, Sebastián Dávalos, ahora acusado de uso de información privilegiada y tráfico de influencias. A esto se suman financiamientos ilegales de campañas políticas que involucran a dos de los más importantes grupos económicos del país, Penta y la minera Soquimich.

Tras rumores de una renuncia al cargo, la mandataria de Chile –considerado uno de los países menos corruptos de América Latina– presentó un paquete de medidas anticorrupción para sortear la crisis, incluida una renovación en su gabinete.

En Brasil, la petrolera estatal Petrobras también afronta una crisis tras la develación de una red de corrupción que durante una década asoció a políticos, directivos y empresarios de primer nivel para desviar fondos públicos con el objetivo de financiar partidos del oficialismo y engrosar fortunas personales.

Esa maquinaria de corrupción, que implica al partido de la presidenta Dilma Rousseff, llegó a mover unos 4 mil millones de dólares, según la policía.

Con una popularidad por el piso, la mandataria brasileña batalla para dar un golpe de timón en el rumbo de la economía de su país, la primera de América Latina, que apenas creció 0.1 por ciento en 2014 y completó su cuarto año consecutivo de magra expansión.

Propuso un plan de ajuste al Congreso y planea una audaz estrategia para ampliar su comercio exterior y atraer inversiones, sobre todo en infraestructura. Pero mientras la legislación no se modernice, se regule y entre en vigor, habrá cierta inestabilidad en el progreso de la región, sostuvo Leite.

Para los inversionistas, el marco legal, la estabilidad, la predictibilidad y la planeación son absolutamente cruciales, sobre todo para inversiones de largo plazo, coincidió José Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, empresa española especializada en energía.

Culturalmente aceptable

La corrupción es un asunto de orden, a veces, cultural. Es un flagelo de nuestras sociedades, especialmente latinoamericanas y tomará mucho tiempo erradicarlo, comentó el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, anfitrión de la versión latinoamericana del Foro Mundial Económico que cada año se celebra en Davos.

Peña Nieto, cuyo gobierno también afronta escándalos de corrupción y la colusión de autoridades con el crimen organizado, reconoció haber sido criticado por este comentario. Y esas discrepancias no se hicieron esperar durante el foro.

Robar es inaceptable. Ve y dile a tu abuela sobre (el fraude) que vas a hacer y publícalo en los periódicos, y así verás si es culturalmente aceptable o no, sostuvo Gemma Aiolfi, del Instituto de Gobernabilidad de Basilea, un centro de reflexión. La experta subrayó que la corrupción no es un fenómeno exclusivo de Latinoamérica, y que los gobiernos no deben esconderse en excusas para solucionarlo.



LAL