Sepulcros blanqueados

Tiran la piedra y esconden la mano

2015-06-10

Jesús fustigó en esta sentencia el pecado de hipocresía. Aparentar por fuera...

Autor: José Marsol

"Sois semejantes a sepulcros blanqueados"

En aquellos días, dijo Jesús: " ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia! Así también, vosotros, por fuera aparecéis justos ante los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad. "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, porque edificáis los sepulcros de los profetas y adornáis los monumentos de los justos, y decís: "Si nosotros hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no habríamos tenido parte con ellos en la sangre de los profetas!" Con lo cual atestiguáis contra vosotros mismos que sois hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmad también vosotros la medida de vuestros padres! (Mateo 23, 27-32).

Jesús fustigó en esta sentencia el pecado de hipocresía. Aparentar por fuera lo que no se es por dentro, como en otro episodio condenó a los árboles que sólo tienen apariencia y no dan fruto. Aquí crítica enfáticamente a las personas que cuidan su buena opinión ante los demás, pero dentro están llenos de maldad. Que no son lo que aparentan ser.

¿Que acaso la Iglesia Católica es la excepción dentro de todos los demás sectores de la sociedad?

"¡Cuánto dolor, indignación y vergüenza nos provocan los casos comprobados de pederastia clerical, en diversas partes del mundo! Generan descontrol en muchos fieles y desconfianza en la guía de nuestra Iglesia, pues perjudican su testimonio del Evangelio. Nadie deja de reconocer que el abuso sexual de niños y jóvenes es un crimen atroz, execrable, que no tiene nombre, sobre todo cuando es cometido por clérigos en quienes los padres de familia habían depositado su confianza".

"También duele y molesta que esta situación se resalte y se machaque tanto en ciertos medios informativos, porque denotan su propósito de desprestigiar a nuestra Iglesia y restarle autoridad moral, para que así nuestras denuncias a sus conductas inmorales pierdan fuerza y auto justificarse. Exageran quienes afirman que por estos casos, nuestra Iglesia sufre una pérdida de control interno y una crisis profunda y generalizada. Se atreven a pedir que se acabe el celibato, como si éste fuera el culpable. No saben lo que dicen, pues lamentablemente este delito no es privativo de sacerdotes católicos, sino que acontece en muchos sectores de la sociedad".

Los dos párrafos anteriores son sólo una parte sintetizada de la respuesta que Monseñor Felipe Arizmendi, Obispo de San Cristóbal de las Casas, en México, le dio a aquellos que no comprenden ni distinguen la parte divina de la Iglesia Católica con la falibilidad de los hombres que la atienden, personas que como cualquiera de nosotros estamos expuestos a tentaciones y perversidades. Es una respuesta oportuna en defensa justa de los ataques indiscriminados, tendenciosos y malévolos al querer juzgar y sentenciar a toda la Iglesia Católica por la conducta inmoral de unos cuantos que la traicionaron y tomaron el camino de la perversión para pervertir a otros. Que engañaron a sus feligreses y a sus superiores. Que fueron desleales e infieles a Jesucristo como el mismo Judas que fue poseído por el demonio. La historia se repite una vez más, como Jesús nos advirtió que seguiría sucediendo para probarnos a nosotros mismos quienes somos.

La pedofilia por sacerdotes católicos ha generado grandes titulares y notas editoriales en la prensa y los detractores e incitadores de prejuicios contra la Iglesia Católica deben estar contentos. Por si fuera poco y con saña los ataques se fueron directos sobre el Papa, la cabeza de la Iglesia Católica. Miles de sectas no-Católicas llegan hasta "ordenar" ministros homosexuales y no dicen nada, no son la nota de sus portadas. ¿Cuántos pedófilos no habrá en todas partes? No obstante, la Iglesia Católica termina siendo el "punto de ataque" de sus enemigos. Desde su fundación sucede esto y gracias a Dios sigue existiendo y extendiendo cada día más la evangelización: transmitiendo la palabra de Jesucristo, pese a todo tipo de ataques, ofensas, obstáculos y del destierro de la Tierra Santa. Aun con esto, la Iglesia Católica se encuentra ahora en todas partes y en el más alejado rincón de la Tierra, incluso donde dominan otras religiones.

Hay cientos de miles de sacerdotes y religiosos católicos en el mundo que no tienen nada que ver con este escándalo, y que ahora son vistos bajo sospecha. Los medios de comunicación, enemigos de nuestra Fe católica, colocan a la Iglesia Católica bajo una lupa, escarbando cualquier desliz para presentarlo como una excepción en el mundo fuera de proporción y sin confirmar muchas veces la noticia sobre su autenticidad.



EEM

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