Reportajes

Ruta migratoria de los Balcanes: países desbordados, inmigrantes desesperados

2015-06-25

Si en 2010 Serbia apenas recibió 500 peticiones de asilo, en lo que va de año se...

Vladislav Punchev y Marcelo Nagy

Sofía/Budapest, 25 jun (EFE).- No llegan en barco por el Mediterráneo sino cruzando a pie los Balcanes. Es la otra ruta por la que miles de refugiados llegan a la Europa rica huyendo de la guerra en sus países y que desborda la capacidad de acogida de los países de la frontera sureste de la Unión Europea.

Si en 2010 Serbia apenas recibió 500 peticiones de asilo, en lo que va de año se cuentan 31,500 solicitudes, en gran parte de sirios y afganos que huyen de la violencia en sus países.

En Hungría, la peticiones de acogida en los primer seis meses del año son ya 60,000, un 40 por ciento más que en todo 2014.

Algunos, desesperados, se ponen en manos de traficantes de personas para alcanzar Europa con la esperanza de una vida mejor.

"Los traficantes cobran entre 6,000 y 7,000 euros por familia para transportarla a algún punto de la frontera de 259 kilómetros que comparte Turquía con Bulgaria", relata en Sofía el periodista sirio Nidal Hlaif, que vive en Bulgaria desde hace 25 años.

"A veces les acompañan unos 100 metros en suelo búlgaro pero muchas veces solo les muestran la alambrada que deben saltar", explica.

Un refugiado sirio, Yaser, de 23 años, cuenta que decidió cruza a Bulgaria a finales de 2013 porque en Estambul su trabajo en una fabrica de muebles apenas le daba para comer.

Como no tenía dinero para pagar a los traficantes, decidió emprender el viaje por su cuenta: "Mi familia y yo llevábamos poca comida, una mapa, un GPS y linternas eléctricas. Andamos durante tres días sin dormir. Descubrimos que estábamos en Bulgaria cuando nos encontró una patrulla", cuenta.

Tras varios traslados acabaron en un centro de acogida en un antiguo cuartel en la ciudad de Harmanli, en el sur de Bulgaria.

"Era terrible. Estábamos en un edificio arruinado, dormimos sobre un suelo sucio, teníamos frío, no había agua caliente ni comida suficiente", recuerda, aunque admite que las condiciones mejoraron en los meses siguientes, después de las críticas de la ONU.

Yasir, que ha recibido asilo en Bulgaria, por el que recibe 35 euros al mes, piensa en viajar a Alemania con su familia.

En el centro de Belgrado grupos de inmigrantes duermen al raso en los parques. La mayoría son de Siria, Afganistán, Irak, Somalia y Pakistán.

"Salimos de Afganistán hace varios meses", dice un joven ante una decena de compañeros de travesía. Después hace con las manos el gesto de disparar un fusil. "La guerra", aclara.

"Todos en el grupo tenemos 20 años", precisa. Y todos quieren ir al norte, primero a Hungría, después a Alemania.

Hungría anunció la semana pasada que construirá una valla para frenar la llegada de inmigrantes ilegales desde Serbia.

"No hay verja que detenga a los inmigrantes", declara a Efe Rados Djurovic, director de una ONG serbia de ayuda a los refugiados.

Esa medida sólo "aumentará problemas sanitarios y humanitarios", y hará más difícil salir de Serbia, que es "el último paso" y el camino más rápido desde Grecia a la zona de Schengen, Hungría.

El Gobierno húngaro asegura que está desbordado después de registrar 60,000 solicitudes de asilo en lo que va de 2015. Hace sólo tres o cuatro años atrás apenas llegaban a 2,000 ó 3,000.

Las autoridades magiares han adoptado varias medidas polémicas, como enviar a todos los hogares del país un cuestionario en el que piden la opinión sobre la inmigración ilegal, con preguntas que vinculaban ese fenómeno con el terrorismo.

Además, han colocado carteles en húngaro en los que se advierte a los inmigrantes que deben respetar la cultura y las leyes del país, y que no pueden quitarle el trabajo a los locales.

Un libio, que pide no ser identificado porque su proceso de asilo aún está activo, vive en el campamento de refugiados de Debrecen, en el este de Hungría, y cuenta que su primera petición fue rechazada.

"Me dijeron que en Libia hay paz y que puedo volver, yo les expliqué que había (yihadistas) como Ansar al-Sharia", cuenta a Efe.

Ahora espera que con su apelación tenga más suerte: "Quiero el permiso de un país Schengen para seguir hacia Europa Occidental".

"En el campamento hay demasiado gente. Se ven muchos durmiendo al raso y esto irá a peor, ya que cada día llegan más y más", agrega.

Para András Kováts, director de la ONG Asociación Refugio, la situación actual es una "crisis humana" y calificó la campaña gubernamental con los carteles de "irresponsable e innecesaria".

La representante para Europa Central de ACNUR, Montserrat Feixas Vihé, recuerda a Efe que la actual ola de refugiados es un problema global y que "a Europa sólo llega el 10 por ciento de todos los desplazados mundiales".



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