Internacional - Población

Judíos franceses invaden la "Riviera de Israel"

2015-07-31

Un aumento en los ataques antisemitas perpetrados por extremistas musulmanes en Francia, donde vive...

NETANYA, Israel (AP) — Netanya se vende a sí misma como la "Riviera de Israel" y al caminar por su principal boulevard peatonal, cuesta distinguirlo de su ciudad hermana, Niza. Casi nadie habla hebreo y los avisos de viviendas, los menús en los restaurantes y las conversaciones en los cafés son mayormente en francés.

Un aumento en los ataques antisemitas perpetrados por extremistas musulmanes en Francia, donde vive la tercera comunidad judía más grande del mundo, ha generado una ola emigratoria sin precedentes hacia Israel. Netanya, un balneario elegante con una gran comunidad francoparlante, es su destino preferido.

El año pasado, por primera vez, Francia fue la principal fuente de inmigrantes que llegan a Israel, de acuerdo con la Agencia Judía, una agrupación sin fines de lucro que colabora estrechamente con el gobierno y hace de enlace con los judíos de todo el mundo. En el 2014 llegaron 7,200 judíos franceses, la mayor cifra jamás registrada y el doble que en el año previo. De ellos, unos 2,000 vinieron a Netanya, ciudad mediterránea cuyas playas les recuerdan a muchos recién llegados de sus orígenes marroquí, tunecino o argelino.

Ese incremento se registró incluso antes del atentado en que murieron cuatro judías en un supermercado kosher de París, el cual causó profundo temor e inseguridad en la comunidad judía.

Para Fanny Rhoum, mujer de 33 años cuyos dos hijos iban a una escuela que quedaba al frente del supermercado atacado, esa fue la gota que colmó el vaso. Tres días después del ataque, se vino a Israel y comenzó a preparar el traslado.

"Estábamos paranoicos. Cada episodio hacía que nuestra partida estuviese más cerca", comentó el miércoles tras recibir su nueva cédula de identidad en Netanya, dos días después de llegar en un vuelo especial desde París junto con otros 200 inmigrantes.

"Aquí sentimos que podemos protegernos a nosotros mismos. Allí tenemos la impresión de que estamos librados a nuestra suerte y si, Dios no lo permitan, sucede algo, tendremos que arreglárnosla".

Sentada cerca suyo, Jeanette Malka, de 63 años, dijo que esperó hasta jubilarse para venir a Israel y que ahora espera que sus hijos y nietos la sigan. Francia "no es un lugar donde criar niños judíos", sostuvo. "Nos gusta mucho Netanya. Aquí nos sentimos como en casa".

Su esposo Chaim lucía orgulloso su kipá negro en la cabeza, algo que no se animaba a hacer en público en Francia.

Expertos dicen que los judíos europeos no se han sentido tan asustados desde la Segunda Guerra Mundial, en la que fueron asesinados 6 millones de judíos. Esa comunidad ha sido blanco de ataques en Bélgica, Dinamarca y otros países europeos, pero los peores incidentes se produjeron en Francia. Los judíos denuncian allí cada vez más agresiones y actos de intimidación, generalmente perpetrados por extremistas musulmanes. Si bien algunos ataques podrían estar relacionados con políticas israelíes hacia los palestinos, la mayoría parecen de naturaleza antisemítica.

La comunidad judía de Francia es de 500,000 personas, la más grande de Europa y superada solo por las de Israel y Estados Unidos. Los judíos representan menos del 1% de la población, pero las autoridades dicen que fueron el blanco de más del 50% de los ataques de trasfondo racista que hubo en el 2014.

Ariel Kandel, director de la rama que lidia con la inmigración francesa en la Agencia Judía, dijo que muchos inmigrantes vienen empujados por su fervor sionista o por razones económicas. El desempleo gira en torno al 10% en Francia desde el 2009, mientras que en Israel no llega al 5%.

Históricamente han emigrado entre 1,000 y 2,000 franceses por año, pero el éxodo aumentó después de un ataque del 2012 contra una escuela judía de Tolosa en el que murieron tres niños y un rabino.

"Después de eso, no podía quedarme", dijo Ida Mardoukh, de 45 años y quien se vino a Netanya con sus tres hijos. "En Israel también hay ataques, pero esta es nuestra casa. Aquí al menos podemos vivir como judíos".

Después de la matanza de enero en el supermercado kosher, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu viajó a París y exhortó a los judíos franceses a que emigrasen a Israel. La Agencia Judía dice que en el 2015 la inmigración de judíos subió un 10% respecto a las cifras récord del año previo.

Los judíos europeos están divididos en torno a la emigración a Israel. Los líderes de esas comunidades alientan a la gente a mantener estrechos lazos con Israel, pero sin emigrar.

El gobierno francés pidió a los judíos que no se fuesen, diciendo que el que lo hagan sería un fracaso de la república.

Francia se enorgullece de sus políticas de integración y de los 2,000 años de historia que tienen los judíos en ese país. Fue el primer país europeo que concedió a los judíos todos los derechos de cualquier ciudadano poco después de la Revolución Francesa de 1789. Ha tenido dos primeros ministros judíos y el ex presidente Nicolas Sarkozy es también de ese origen.

Al llegar a Israel, los inmigrantes franceses traen consigo parte de su historia y gustos muy franceses en cuanto a estilo, cultura y comida.

En ningún otro lado eso se percibe más que en Netanya, que muchos llaman la "burbuja francesa". Hay barrios enteros donde se habla casi exclusivamente francés y en la calle peatonal central abundan los cafés donde la gente fuma, toma café y come croissants. Las panaderías ofrecen baguettes y brioches auténticos y se escucha música francesa con la playa de fondo.

"Quieren estar cerca del mar y cerca de sus familias", expresó Kendel, de la Agencia Judía.

La ciudad les ha abierto los brazos, según Freddo Pachter, director del proyecto de asimilación de franceses de la Agencia. La mayoría de los recién llegados hablan solo francés, por lo que la municipalidad lanzó un portal en ese idioma y se asegura de que haya francoparlantes en escuelas y sitios de trabajo para facilitar la transición.

A diferencia de olas previas de refugiados, indicó Pachter, estos inmigrantes franceses son mayormente profesionales con firmes ideales sionistas.

"Israel quiere invertir en ellos porque sabe que se quedarán. Es una inversión a largo plazo", expresó. "Son como sangre nueva para nuestro cuerpo".



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