Nacional - Seguridad y Justicia

Pugnas entre autodefensas mexicanas recrudecen desde crimen de 43 estudiantes

2015-08-12

Si Jiménez fue asesinado por su activismo en el caso de los estudiantes

Yemeli ORTEGA | AFP

El asesinato de un jefe de autodefensas del estado mexicano de Guerrero (sur) sacó a la superficie los conflictos entre los grupos milicianos de esta conflictiva región, donde la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa ha sido un "detonador" de nuevas agresiones, según expertos.

Miguel Ángel Jiménez, cuyo cadáver acribillado fue encontrado el sábado, era jefe del grupo de autodefensa del poblado de Xaltianguis (Guerrero), pero era más conocido por su activismo en la búsqueda de los 43 estudiantes y de otros desaparecidos a manos del narcotráfico en la zona.

Las autoridades siguen sin aclarar si el homicidio se debió a sus infatigables pesquisas sobre la suerte de los 43 jóvenes -que según el gobierno fueron asesinados y calcinados por narcotraficantes- o por los conflictos que existen entre los grupos de autodefensa, que son milicias armadas formadas por vecinos de comunidades rurales azotadas por la criminalidad.

Si Jiménez fue asesinado por su activismo en el caso de los estudiantes "es muy lamentable, pero si fue por otra cosa y lo vinculan con los 43, pues no se vale", dijo a la AFP Mario César González, padre de uno de los jóvenes que desaparecieron en septiembre tras ser atacados por policías corruptos de la ciudad de Iguala.

El grupo de autodefensa liderado por Jiménez pertenece a una organización llamada Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG).

En el pasado, Jiménez había denunciado amenazas provenientes de la milicia de autodefensa rival Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG), a la que acusaba de estar infiltrada por el crimen organizado.

La fiscalía de Guerrero investiga si el asesinato de Jiménez se enmarca en las pugnas entre estas organizaciones y sospecha que los responsables son miembros de la FUSDEG.

Pero esta no es la única rivalidad que existe en la zona. En junio, una docena de miembros de la FUSDEG murieron en un ataque de un grupo rival integrado en esa misma organización en el poblado de Xolapa.

- Dudosas motivaciones -

La pobreza enraizada en la población y los fértiles cultivos de marihuana y amapola disputados por narcotraficantes hacen de las agrestes montañas de Guerrero un explosivo cóctel en el que la violencia está siempre a flor de piel.

Y "el caso Ayotzinapa es un detonador que ha descompuesto aún más" la crítica situación de Guerrero, pues grupos armados como la pequeña guerrilla del Ejército Popular Revolucionario (EPR), las autodefensas y las guardias comunitarias indígenas buscan acaparar la bandera de los desaparecidos para "ganar bases sociales a su favor", dijo la AFP Raúl Benítez Manaut, experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Estos grupos "operan por la necesidad -los factores criminógenos de la zona- y la oportunidad. Y su oportunidad es ésta", coincidió un experto en seguridad que pidió el anonimato.

"La pregunta es si lamentan verdaderamente la muerte de esos muchachos o están utilizándola para posicionarse en el plano político", añadió la fuente.

En zonas rurales de Guerrero, comunidades indígenas regidas por sus usos y costumbres organizaron desde mediados de los noventa sus propias policías legales para resguardarse de la violencia.

Estos grupos son diferentes de las organizaciones autodefensa como la UPOEG y la FUSDEG, creadas en esta década, así como de las que se alzaron en armas en 2013 en el vecino estado de Michoacán para defenderse del poderoso cártel Los Caballeros Templarios.

- El caso Michoacán -

Las autodefensas de Michoacán colaboraron en el casi desmantelamiento de los Templarios pero, al igual que Guerrero, esta región está ahora en vilo por los conflictos internos de las milicias.

En 2014, el gobierno alcanzó un acuerdo para la desmovilización de los milicianos y muchos de ellos se enrolaron en unas fuerzas de seguridad rurales.

Sin embargo, no todos se desarmaron y con el tiempo fueron surgiendo profundas disputas por liderazgos locales, acusaciones cruzadas de pertenecer a bandas criminales y hasta desencuentros personales.

La principal pugna es entre Hipólito Mora, uno de los fundadores y líderes más visibles de las autodefensas de Michoacán, y Luis Antonio Torres alias "El Americano", otro jefe de una milicia local.

En diciembre hubo una balacera entre ambas facciones y 11 hombres murieron, entre ellos un hijo de Mora.

Los dos jefes milicianos fueron encarcelados con decenas de sus secuaces, pero unas semanas después fueron liberados y su antagonismo persiste.

En los últimos días Mora alertó que los hombres de "El Americano" pretenden volver a atacarle y ha amenazado con levantarse otra vez en armas junto a sus seguidores si el gobierno no asegura la paz en Michoacán.



ROW

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