Editorial

¿El partido de la deportación?

2015-08-19

Así que su plan B es imponer tarifas y multas más altas a mexicanos particulares, y...

Editorial de "The Wall Street Journal"

Los críticos republicanos de la política migratoria de Estados Unidos han proclamado desde hace tiempo que le darían la bienvenida a los inmigrantes legales. Ese argumento será puesto a aprueba ahora que Donald Trump ha dado a conocer los lineamientos de una política que deportaría a millones de personas y restringiría significativamente todo tipo de inmigración. Trump está apostando a que el Republicano sea el partido de la deportación.

El precandidato a la presidencia dio a conocer su propuesta el domingo en medio de aplausos del ala antiinmigrante del Partido Republicano. Las seis páginas carecen de políticas específicas, pero vamos a tratar de analizarlas, porque lo que delinea Trump sería la represión migratoria más radical desde los años 20.

Al menos en 2012, Mitt Romney estaba a favor de la "autodeportación". Trump quiere triplicar el número de agentes de Inmigración y Control de Aduanas que patrullan la frontera entre EU y México, ir tras los empleados sin autorización para trabajar y quienes se quedan más tiempo que el estipulado por sus visas, y allanar lugares de trabajo. Cuando en el programa de televisión Meet the Press le preguntaron si su plan cubría a todos los indocumentados, incluyendo menores de edad, Trump respondió: "Se tienen que ir".

¿Irá su policía puerta a puerta para arrestar a 11 millones de personas? ¿De qué otra forma serán aprehendidos?

Trump dice que mantendrá a las familias unidas, lo cual al menos evitará las escenas de madres en lágrimas siendo separadas de sus niños llorando. Pero los republicanos tendrían que pensarlo dos veces antes de convertirse en el partido responsable de apilar en autobuses a familias completas que ya están integradas en sus comunidades. Está no es una buena imagen política.

Los republicanos tendrían que preguntarse si las propuestas de Trump encajan en los principios del libre mercado. El candidato insiste en que México "pagará" por el muro que quiere construir en la frontera sur estadounidense, pero incluso él mismo se da cuenta de que ningún estado soberano haría eso.

Así que su plan B es imponer tarifas y multas más altas a mexicanos particulares, y "decomisar todos los pagos de remesas derivadas de salarios ilegales" enviados a México desde EU En 2013, la cifra fue estimada en US$22,000 millones, pero ¿cómo detectará Trump cuáles fueron enviadas por trabajadores indocumentados? De todas formas, las remesas casi con seguridad reducen el flujo migratorio de indocumentados ya que reducen la pobreza en América Central y México. La migración desde México se desaceleró después de que los mexicanos se volvieron más ricos en parte debido al Nafta (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) y las remesas.

La desconexión de Trump de la coherencia económica incluye el aumento de las regulaciones salariales prevalentes para las visas temporales de trabajo H-1B, es decir, que él instruirá a las empresas privadas sobre cuánto remunerar a sus empleados. Entonces, ¿tendremos una versión republicana de la Ley Davis-Bacon para empleados inmigrantes? (Dicha ley de 1931 establece que los jornaleros y mecánicos en proyectos públicos reciban un sueldo a la par con los salarios locales prevalentes.)

Para un hombre que ha tenido éxito en los negocios, Trump parece saber poco sobre los mercados laborales. Miles de empresas estadounidenses dependen del flujo de trabajadores de temporada. El candidato parece pensar que si esos trabajadores no pueden ingresar a EU, las compañías simplemente subirán los sueldos. Pero The Wall Street Journal reportó la semana pasada que los cultivos a lo largo de la parte occidental del país se están pudriendo en los campos por falta de mano de obra para recogerlos, a pesar de ofertas de US$17 la hora con beneficios para trabajadores estadounidenses.

Un guatemalteco que recoge fresas en el estado de Washington no significa que un estadounidense haya perdido su trabajo. Los mercados cada vez más integrados de América del Norte no son un juego de suma cero, en el que si uno gana el otro tiene que perder, y el resultado más probable de una paralización de la inmigración en EU es el traslado de fábricas, empresas y granjas fuera del país donde haya mano de obra más barata. O algunos servicios simplemente desaparecerán en EU debido a que será muy costoso sostenerlos.

Si el objetivo es reducir la inmigración ilegal, entones los republicanos deberían favorecer programas flexibles de trabajadores temporales que faciliten que empleados extranjeros con diferentes tipos de habilidades ingresen y trabajen en EU Entre más oportunidades de esas existan, menos necesidad de ingresar al país sin autorización.

Por otra parte, la propuesta de Trump revela que su metal real es reducir dramáticamente incluso la inmigración legal. Sin razón aparente, pondría fin de forma automática al derecho a la ciudadanía de quienes nazcan en suelo estadounidense. Esto requeriría un cambio de la decimocuarta enmienda de la constitución estadounidense.

El candidato también hace un llamado a "una pausa" a toda la inmigración, por un periodo no especificado. Este es el lenguaje de la izquierda sobre crecimiento poblacional cero y de la derecha nativista, y que está detrás de la retórica sobre la depresión de los salarios en EU "La llegada de trabajadores extranjeros mantiene los salarios bajos, el desempleo alto, y dificulta que los estadounidenses pobres y de clase obrera (incluyendo los propios inmigrantes) ganen un salario de clase media", como lo pone el documento de Trump.

Pero los salarios en EU no están deprimidos debido a los inmigrantes. Están estancados debido a un crecimiento lento y malas políticas económicas. La inmigración es esencial para un crecimiento más rápido porque hace contrapeso a una fuerza laboral que envejece, atrayendo capital humano nuevo e ideas y eleva el PIB de todos los trabajadores. Incluso el aislado Japón se ha dado cuenta de que necesitará trabajadores temporales en el futuro para crecer lo suficientemente rápido y financiar su población que envejece.

La buena noticia de todo esto es que el radicalismo de Trump puede generar un debate de verdad sobre inmigración del Partido Republicano. Muchos de los que favorecen las restricciones proclaman que solo se oponen a los inmigrantes que violan la ley al venir a EU Ahora veremos cuántos se unen a Trump en su llamado a una deportación masiva y a amurallar a EU contra los nuevos visitantes.

La última vez que los republicanos intentaron esto en los años 20 alienaron por décadas a grupos de inmigrantes como los irlandeses e italianos hasta que Ronald Reagan se los volvió a ganar. Si quieren perder en 2016, seguirán el canto antiinmigrantes de Trump.



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