Disparates y Desfiguros

Más escrutinio internacional sobre México

2015-09-10

El cupo se agotará pronto. Las estaciones de trenes alemanas están convertidas estos...

Jorge Carrasco Araizaga, APRO

Como no ocurría desde la Segunda Guerra Mundial, millones de personas se están desplazando por Europa en busca de seguridad. Unos cuatro millones de sirios han escapado del escenario de la guerra civil y conflicto internacional en que se está convertido su territorio.

Después de semanas de contemplación de la desgracia de cientos de miles de personas, incluidos niños, la burocracia y organizaciones civiles europeos se han movilizado para lidiar con esta crisis humanitaria. La Unión Europea ha establecido cuotas para recibir a los migrantes sirios. Alemania tiene la más alta: 800 mil para este año. Más de la mitad ya ha llegado.

El cupo se agotará pronto. Las estaciones de trenes alemanas están convertidas estos días en un ir y venir de refugiados sirios. Los más afortunados, llegan a reunirse con familiares o amigos. Después de la solidaridad con la que muchos alemanes están acudiendo a recibirlos con ropa, comida y agua, mientras las autoridades levantan centros de refugio, la integración no será fácil para los sirios.

Habrán de enfrentar a la extrema derecha, sintetizada esta semana por la camarógrafa húngara Petra Lazlo, empleada de una televisora privada cercana al gobierno de ultraconservador. Lazlo golpeó a refugiados que huían de la policía en la frontera de Hungría con Serbia.

Escenas de agresión contra los desplazados también se ha registrado por parte de la policía en Macedonia, procedentes de Grecia, en el largo camino que recorren desde Medio Oriente para llegar a Austria, que se ha convertido en la entrada a Europa y el comienzo de los cuotas de refugiados. Alemania prácticamente recibiría a todos.

La cifra de 800 mil está muy lejos de los 10 mil sirios que la administración Obama dice estar dispuesta a recibir. Ese ofrecimiento va a tono con la hipocresía con que mucha de la prensa estadounidense ha criticado a los gobiernos europeos por no haber actuado antes y que en cambio poco dice de la responsabilidad de su país en la crisis de Medio Oriente.

Sorprende más todavía la crítica estadunidense cuando un colérico antiinmigrante como Donald Trump no deja de crecer en las encuestas para la candidatura presidencial del Partido Republicano y quien ya ha desatado agresiones contra inmigrantes, particularmente mexicanos.

La mirada internacional obliga a los países a actuar. Lo demostró el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que investigó la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, un crimen de lesa humanidad que está por cumplir un año.

Por primera vez en la larga historia de impunidad en México, un informe independiente cuestiona técnicamente a la autoridad. Se trata de un documento que tiene el aval de los gobiernos de la región, a excepción del régimen cubano. Como órgano de la Organización de Estados Americanos, la CIDH y el equipo de expertos no actuaron al margen de los países del continente.

El gobierno de Peña Nieto no puede descalificar esa evaluación. Por lo que haga o deje de hacer, Peña Nieto volverá a estar bajo escrutinio.

La CIDH ha abierto un camino en México, el de la actuación internacional en asuntos específicos ante la incapacidad o la complicidad oficial. Guatemala es otro ejemplo de cómo puede actuar la comunidad internacional ante la inoperancia y la corrupción gubernamental.

Guardadas todas las distancias con la tragedia humanitaria que se vive en Europa, los desplazados, desaparecidos, ejecutados, torturados y las víctimas de graves violaciones a los derechos humanos en México, obligan a una mayor actuación internacional en el país.

 



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