Reportajes

Gaza: diez años bajo asedio

2015-09-11

Saud Abú Ramadán

Gaza, 11 sep (EFE).- Diez años después de la evacuación israelí de Gaza, el sueño palestino de convertir este enclave en un Singapur de Oriente Medio parece más lejano que nunca, con sus abigarradas calles y pueblos sumidos en la desolación y la destrucción.

"La realidad sobre el terreno en la franja ha cambiado para mal, principalmente después de tres destructivas guerras lanzadas por Israel y la división interna palestina", afirma Naji Shurab, profesor de Ciencia Política en la Universidad al-Azhar de Gaza.

Las crecientes tasas de pobreza y desempleo, las infraestructuras destruidas y la debilidad económica -caldo de cultivo de crisis políticas y sociales-, son para este experto "el objetivo que exactamente buscaba Israel" con una retirada de la que mañana se cumplen diez años y en la que la comunidad internacional puso todas sus esperanzas de paz.

Aquella era la primera vez que Israel evacuaba asentamientos de territorio palestino y, aunque llevado a cabo en un plan unilateral, no dejaba de sentar un histórico precedente.

Incluso la Autoridad Nacional Palestina (ANP), con la colaboración del Cuarteto para Oriente Próximo, preparó un plan de desarrollo destinado a animar a inversores locales e internacionales y convertir Gaza en un territorio atractivo, sueño que tardó en apagarse lo que un abrir y cerrar de ojos.

Israel impuso un férreo bloqueo a la franja tras la victoria de Hamás en las elecciones legislativas palestinas de enero de 2006 y la captura en junio del soldado israelí Gilad Shalit -liberado en un canje en 2011-.

Los 120 kilómetros cuadrados que ocupaban las veinte colonias judías y las decenas de bases militares israelíes quedaron bajo control palestino.

Hamás, que en aquel momento estaba en su punto de mayor popularidad, también se hizo un año después con el dominio de la franja al expulsar por las armas a las fuerzas leales al presidente, Mahmud Abás, lo que dividió el territorio palestino en dos zonas separadas física y políticamente.

En los terrenos ocupados por los colonos judíos y los militares israelíes apenas queda rastro.

Mohamed al-Shaer, director general del departamento que se ocupa de estos terrenos en el Gobierno de Hamás, explicó a Efe que allí hay ahora amplias granjas, complejos turísticos, instituciones educativas, viviendas, hospitales y estadios deportivos.

El ataque israelí a Gaza en el verano de 2014 sembró la franja de muerte, escombros y desolación, en la que fue la tercera ofensiva militar en ocho años.

Los militares israelíes causaron la muerte de más de 2,200 muertos, 11,000 heridos, y 100,000 desplazados por la destrucción de miles de viviendas, de ese último episodio bélico sufrido por los 1,8 millones de habitantes de Gaza.

"La situación es peor que tener a los israelíes físicamente ocupando la franja", opina Akram Atalah, experto político, para quien "la retirada unilateral israelí fue meramente formal porque Israel sigue ocupando la franja al mantener cerradas sus fronteras y controlar su espacio aéreo, marítimo y terrestre".

Tampoco el régimen del general Abdelfatah al Sisi en Egipto está dispuesto a abrir su frontera con Gaza, convertida en la práctica en la mayor prisión abierta del mundo.

Un informe de la ONU advierte que Gaza será inhabitable en el 2020 de prolongarse la actual situación de aislamiento y absoluta miseria, con niveles de pobreza y desempleo sin parangón.

Los expertos consideran imprescindible el levantamiento del bloqueo para reactivar la economía, así como la prometida ayuda económica de 5,500 millones de dólares que no acaba de llegar.

Talal Oukal, analista de un grupo de especialistas, advierte que las sucesivas ofensivas militares israelíes y la división interna palestina son una amenaza que "pueden llevar al establecimiento de una entidad aislada que socave el sueño de establecer un estado palestino independiente".



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