Turismo

El ataque contra mexicanos, un nuevo golpe para el maltrecho turismo egipcio

2015-09-17

El turismo es una de las principales fuentes de ingresos en moneda extranjera del país, que...

Marina Villén

El Cairo, 17 sep (EFE).- Hundido desde la revolución de 2011, el turismo en Egipto no ha logrado repuntar debido a la inestabilidad de los últimos años y, tras el ataque de las fuerzas egipcias a turistas mexicanos, esa recuperación parece que se aleja aún más.

Los trabajadores del sector temen que este fatídico incidente, que causó la muerte a ocho mexicanos y heridas a otros seis, no haga más que profundizar el declive de esta industria, que las autoridades egipcias quieren a toda costa revivir.

El turismo es una de las principales fuentes de ingresos en moneda extranjera del país, que se han visto reducidos en un 50% desde el pico de 2010, con la caída del número de turistas de unos 15 millones a 9 millones desde esa fecha.

"El ataque empeora la imagen de Egipto. Estamos intentando evadir sus negativas consecuencias", reconoció a Efe la portavoz del Ministerio de Turismo, Rasha al Azaizi.

No será fácil después de que las fuerzas de seguridad confundieran a los turistas con "elementos terroristas" en el desierto occidental del país, una zona frecuentada por los extranjeros debido a sus oasis y sus parajes únicos.

Al total de cinco oasis -Siwa, Bahareya, Farafra, Dajla y Jarga-, algunos con ruinas romanas y vestigios de ciudades medievales fortificadas, se suman las oníricas formaciones de roca caliza del desierto blanco, cerca de donde se produjo el suceso.

Aunque desde el 2011 el número de safaris había descendido considerablemente, en consonancia con la caída general del turismo, los beduinos (habitantes locales) y las compañías que organizan los viajes coinciden en destacar que era una zona segura.

"La situación de los viajes al desierto iba relativamente bien y, aunque en 2011 descendió bastante el número de excursionistas, se estaba recuperando en los últimos dos años", explicó a Efe la propietaria de la empresa turística Abu Jalil, Dina Jatab.

En opinión de Jatab, es "seguro que el ataque afectará al turismo pero con el tiempo se arreglará", una idea compartida por el secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Taleb Rifai, que ayer habló de efecto "inmediato" sin consecuencias a largo plazo.

La agencia Abu Jalil, que como todas trabaja con socios locales, seguía en estos tiempos las pautas de las autoridades en cuanto a las zonas restringidas, unas limitaciones que, según Jatab, conocen bien los guías y conductores que acompañan siempre a los excursionistas.

Este asunto ha levantado polémica con motivo del ataque, ya que las autoridades aseguraron que los turistas mexicanos estaban en una zona restringida y no disponían de los permisos pertinentes, algo negado por la propia empresa y el sindicato de guías turísticos.

Para el tesorero del sindicato, Jaled Said, hubo una falta de coordinación entre el Ministerio de Turismo, la agencia y las fuerzas de seguridad, pero los guías "siempre controlan" los itinerarios y tienen experiencia.

En cuanto a la situación en la zona donde tuvo lugar el suceso, antes de llegar al oasis de Bahareya, Said insistió en declaraciones a Efe en que "no era conflictiva".

Al menos hasta poco antes del fatídico incidente, cuando fue lanzada una ofensiva en el área contra supuestos terroristas del grupo Estado Islámico (EI), que anunció el domingo que había efectuado una "operación exitosa" contra el Ejército egipcio en el desierto occidental.

Un beduino del oasis de Bahareya, que guía a los turistas en viajes por el desierto, defendió también que la zona era "segura", aunque en los últimos tiempos no todas las empresas podían acampar en el desierto.

Según esta fuente, desde hace un mes las Fuerzas Armadas solo autorizan pernoctar cinco noches consecutivas, cuando antes no había límite, lo que afecta a los viajes.

"Antes de la revolución de 2011 hacíamos excursiones a diario y muchos viajes largos, de incluso diez días. Hasta ahora la gente seguía viniendo, aunque en menor número y principalmente para excursiones cortas", explica.

Pese a que el desierto occidental era un destino turístico destacado en todas las guías de viaje, no era el principal atractivo de Egipto para los extranjeros, que acudían en masa a los templos faraónicos de Luxor y Asúan, y al mar Rojo.

Este último tipo de turismo de playa y buceo es el que se ha visto menos golpeado desde 2011, ya que los complejos turísticos costeros se consideran lugares seguros, aunque algunos están en la península del Sinaí.

La represión violenta de las manifestaciones, la inestabilidad política y más recientemente los atentados terroristas han hecho mella en el ánimo de los turistas, que ahora pueden temer también "errores" de las tropas como el que afectó de forma fatal a los mexicanos.



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