Internacional - Población

Israel intensifica su lucha contra el lanzamiento de piedras por palestinos

2015-09-25

El barrio judío de Armón Hanatziv en el territorio ocupado, limita con la...

Daniela Brik

Jerusalén. (EFE).- Israel ha endurecido los castigos para combatir un viejo y conocido fenómeno que la historia ha probado imparable, el lanzamiento de piedras por parte de palestinos, que ha cobrado nuevo protagonismo en las últimas semanas.

El lanzamiento de piedras lleva años produciéndose, especialmente en carreteras del territorio ocupado de Cisjordania, pero ha cobrado fuerza en las últimas semanas en Jerusalén Este, donde falleció un israelí al recibir una pedrada el vehículo que conducía junto a la población palestina de Tzur Bajer.

"Una piedra mató a mi padre. Nos es muy difícil asumir que la gente muere en este conflicto milenario. Espero que mi padre sea el último en hacerlo", declaró a los medios el hijo de la víctima, Nir Levlovich en el lugar de los hechos, donde aún quedan restos del cordón policial, del propio vehículo siniestrado y del maltrecho poste de electricidad con el que impactó.

El ataque ocurrió el 13 de septiembre, noche en la que los judíos celebraban su Año Nuevo y desde entonces y hasta ayer, han sido detenidos en Jerusalén 137 sospechosos de provocar desórdenes, de los que 61 eran menores y 76 adultos, informó la Policía israelí.

A las piedras, símbolo del primer alzamiento palestino a finales de los 80 y al que hace una década la segunda Intifada sumó los atentados suicidas con bomba, acompañan hoy ataques con cócteles molotov, botellas vacías, petardos y fuegos artificiales.

Según datos policiales, solo en las últimas dos semanas se han registrado más de quince sucesos diarios de este tipo contra fuerzas de seguridad y blancos civiles en la parte oriental de Jerusalén, ocupada por Israel en 1967 y reclamada por los palestinos como capital.

En una buena parte de los casos sus autores son menores de edad, algunos de menos de 14 años -la edad de responsabilidad legal en Israel-, aunque a partir de ahora todos quedarán sujetos a fuertes penalizaciones y castigos, conforme a una nueva normativa aprobada anoche por el gabinete israelí.

El barrio judío de Armón Hanatziv en el territorio ocupado, limita con la población palestina de Jabel Mukaber, también anexionada al perímetro municipal de Jerusalén, donde se han intensificado estos actos.

Un edificio que alberga a tres familias israelíes ha sido blanco de al menos 15 cócteles molotov en semana y media lanzados por adolescentes palestinos desde la Calle de la Escuela o "el-Hayet Madrase" del aledaño vecindario, grabados por cámaras de seguridad.

Este motivo ha llevado al Ayuntamiento jerosolimitano a erigir una verja en el patio del inmueble y desplegar permanentemente efectivos policiales de vigilancia.

Jabel Mukaber es hogar de 20,000 habitantes (15,000 de ellos menores de edad) pertenecientes a varias familias beduinas.

El recrudecimiento de los ataques coincidió con la entrada de las fuerzas de seguridad israelíes en la Explanada de las Mezquitas la semana pasada, aunque Guil Shejter, residente en la vivienda israelí cree que "los palestinos no necesitan excusas para atacar".

Ramadán Dabesh, líder comunitario de la palestina Tzur Bajer, achaca a las dificultades y falta de recursos el fenómeno.

"Vivimos como en una cárcel, lo que necesitamos es educación, sanidad, que los niños tengan algo que hacer después de la escuela", sostiene, echando por tierra los infructuosos esfuerzos de la Alcaldía de ampliar el horario lectivo en las barriadas palestinas.

"Las piedras no pondrán fin a nuestros problemas" censura, al igual que las medidas adoptadas por el Ejecutivo israelí, "porque muchas familias pobres no podrán pagar las multas".

Entre ellas, está la de abrir fuego con un fusil Ruger de pequeño calibre y penas mínimas de cuatro años de cárcel a adultos y multas para menores de 14 a 18 años que arrojen cualquier objeto letal.

La Policía asegura que un 50% de su trabajo es la prevención, que no termina de evitar acciones que suelen ser espontáneas y no responden a patrones organizados.

"En cuanto tenemos indicios claros de que va a producirse un gran incidente en el Monte del Templo -como denominan los judíos a la Explanada de las Mezquitas-, valoramos cómo impedirlo", dijo el portavoz de la Policía israelí, Miki Ronsenfeld.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha rechazado el argumento de que la oleada de violencia sea fruto de un cambio del "statu quo" en el lugar, donde se han incrementado las visitas de judíos, 8,000 el último año, según Rosenfeld.

Cuando Israel negoció con Jordania en 1967 el estatus en el recinto sagrado, los judíos no visitaban la Explanada de las Mezquitas, en cumplimiento de la prohibición religiosa que impide pisar el lugar donde estuvo el Sancta Santorum, la zona más sagrada, aquella donde se guardaba el Arca de la Alianza en el tiempo en que estuvo erigido el templo de Salomón.

"Netanyahu no debe permitir que los judíos acudan a Al Aqsa. Millones de musulmanes en el mundo se levantarán contra eso", concluye Dabesh.



LAL
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