Cultura

Exposición pendiente: Diego Rivera, Orozco y Siqueiros en Santiago

2015-11-20

Las obras salieron intactas del ataque al museo, porque estaban expuestas en el segundo piso del...

Cuarenta y dos años después Chile salda una deuda cultural con México. Una exposición de los artistas mexicanos Orozco, Rivera y Siqueiros que quedó sin inaugurar tras el golpe de Estado que instauró la dictadura de Augusto Pinochet en 1973, verá finalmente la luz en Santiago.

"La Exposición Pendiente: Orozco, Rivera, Siqueiros" abrirá sus puertas al público este viernes en el Museo de Bellas Artes de Santiago, 42 años después de su fecha original: el 13 de septiembre de 1973, solo dos días más tarde del alzamiento militar que derrocó el gobierno del socialista Salvador Allende (1970-1973).

Los chilenos se quedaron de esta forma sin ver una de las colecciones de arte moderno más importantes del continente y con un fuente compromiso político.
La exposición sobrevivió al ataque que las fuerzas golpistas asestaron al Museo de Bellas Artes de Santiago, donde hacía su última parada tras un largo periplo por 70 países.

"Estoy angustiado por el peligro y por la absoluta falta de seguridad que cada minuto amenaza a la gran colección Carrillo Gil y sus 169 pinturas de Orozco, Rivera y Siqueiros. Todas son de valor imponderable para la historia y el patrimonio cultural de México", escribió entonces Fernando Gamboa, curador de esa exposición.

Hospedado en el entonces hotel Carrera, ubicado justo en frente al palacio presidencial de La Moneda -bombardeado por aire y tierra por efectivos militares- Gamboa se convirtió en un testigo privilegiado de unos de los hechos políticos más relevantes de la historia de Chile, que relató en varios escritos que hoy forman parte de la exposición.

Las obras salieron intactas del ataque al museo, porque estaban expuestas en el segundo piso del recinto. En cuanto pudo, el curador logró embaladas en 27 cajas y 14 días después del golpe de Estado la muestra regresó a México, de nunca más volvió a salir hasta ahora, narró a la AFP su actual curador, el venezolano Carlos Palacios.

"Fue una gran suerte que esta colección resultara intacta", agregó el curador.

- Dos veces testigo -
En una segunda ocasión la muestra de arte mexicano volvió a ser testigo de un acontecimiento histórico. En 1948, cuando también estaba lista para ser inaugurada en Colombia, resistió las violentas protestas en el centro de Bogotá, que estallaron tras el asesinato del presidente Jorge Eliécer Gaitán, un hecho conocido como el ?Bogotazo?.

"Hay dos momentos claves en que esta colección es testigo de la historia del continente, que van a ser en 1948, cuando la colección está en Bogotá para ser instalada en una gran exposición y estalla el "Bogotazo", la colección ahí está en riesgo, sometida a la posibilidad de su deterioro, y el segundo momento va a ser el asalto al palacio de La Moneda", en Chile, dice Palacios.

La colección, compuesta originalmente por 169 obras de tres de los mayores representantes del muralismo mexicano, salvó también intacta de la convulsión política colombiana.

- Muestra pendiente -La exhibición actual, que permanecerá abierta al público de Santiago hasta el 21 de febrero, está compuesta por 76 de las obras que no se pudieron presentar hace cuatro décadas, pertenecientes a la colección patrimonial del Museo de Arte Carrillo Gil de México.

De José Clemente Orozco (1883-1949), hay ejemplares de casi toda su producción, una de las más importantes dedicadas a retratar la postrevolución mexicana y el arte indígena. De Diego Rivera (1886-1957) se expone una selección de su obra cubista, con piezas como "El Arquitecto (1915-1916)" o "Maternidad" (1916), mientras que de David Alfaro Siqueiros se exhiben 21 obras, entre pinturas, litografías y croquis de los murales que realizó en la década de los 40.

La exposición incluye, además, documentos históricos de la época y que dan cuenta de los esfuerzos realizados para traer la muestra a Chile en 1973 y su posterior retorno a México.

"Es muy significativo que la exposición abra, porque las obras de arte son efectivamente unos dispositivos de comunicación y los interlocutores de ese momento no completaron ese círculo", concluye su actual curador.



LAL