Policrato Philodemos

¿Tercera Guerra Mundial?

2015-12-01

El avión ruso fue derribado por 2 aviones F – 16, de la fuerza aérea de...

Alm. Manuel Rodríguez Gordillo

"Tecnología de aniquilamiento Vs. Instinto de sobrevivencia"

"Un enfrentamiento militar que significara la
destrucción total de ambos contendientes no
sería una guerra…sino un pacto suicida"

Análisis de un posible  conflicto sin atisbos de victoria alguna

Nos encontramos a fines del mes de Noviembre de 2015 y el mundo parece estar viviendo un "deja vu", que copia y revive una situación de enfrentamiento y ambiciones nacionales con posible conflicto bélico, tal como se presentaba hace un poco más de un siglo en el Continente Europeo, que desembocó en una de las carnicerías humanas mas sangrientas de la historia; Se le recuerda como "Primera Guerra Mundial".

La potencia hegemónica de ese tiempo era el Imperio Británico a quien le interesaba el control de Medio Oriente, área estratégica perteneciente al Imperio Otomano, región rica en yacimientos petrolíferos que dicha potencia necesitaba ya que su flota naval se encontraba en la transición de cambiar el tipo de combustible empleado en las máquinas propulsoras de los buques, pasando de carbón a petróleo, dado que este combustible le ampliaba autonomía y eficiencia a su armada, indispensable para mantener el dominio y un mejor control de los mares así como de su imperio colonial (especialmente de la India), que sostenía los gastos de su hegemonía y dominio como la potencia naval más poderosa en el mundo.

En aquella época la chispa utilizada como pretexto para un enfrentamiento que se veía inminente, la encendió un fanático nacionalista, Gavrilo Princip, el 15 de Junio de 1914 cuando jaló el gatillo de la pistola con la que segaría la vida del Archiduque Francisco Fernando, miembro de la familia imperial austro húngara, en la ciudad de Sarajevo, situada en el territorio de Bosnia-Herzegovina, recién anexado a dicho imperio y que había pertenecido al Imperio Otomano.

Actualmente y después de un siglo cuando los yacimientos petrolíferos ya empiezan a agotarse, persisten las mismas ambiciones de controlar estos lugares en donde aun quedan abundantes yacimientos de petróleo (además de ser territorios por donde fluye para ser distribuido a los mercados de consumo), se suma la ambición hegemónica de los Estados Unidos, actual potencia hegemónica mundial, que pretende seguir un supuesto "Destino Manifiesto" (auto asignado), quien para alcanzar y mantener una posición de poder históricamente ha provocado intervenciones y atropellos en numerosos países, siguiendo la estrategia de crearles y apoyar focos domésticos de insurrección para derrocar a gobernantes insumisos, e instalar regímenes títeres manejables e incondicionales o con intereses compartidos con ellos, como Irak, Libia, Afganistán, Israel, Arabia Saudí y Turquía.

Actualmente están repitiendo el mismo patrón estratégico con su intervención en Siria, que además le ofrece el "plus" de beneficiar a Israel, su principal aliado en la región, que desobedeciendo los acuerdos y recomendaciones de la ONU, retiene "Las alturas de Golán", territorio sirio donde se encuentran las fuentes del Río Jordán, principal fuente de agua para dicha región.

Otra de la semejanza existente entre las condiciones actuales y las previas al estallido de la Primera Guerra Mundial, es el derribamiento del avión ruso TU – 24, que se dirigía en una misión de bombardeo a las instalaciones estratégicas del califato musulmán ISIS (país creado irregularmente, pero "ad hoc" para enmascarar ambiciones occidentales), ya convertido en santuario y sostén del terrorismo musulmán, responsable de hacer estallar un avión de pasajeros ruso en el Sinaí, así como de los atentados terroristas recientes en París, ambas acciones constituyen actos de guerra, mismos que ISIS acepta ser de su autoría como amenaza para el mundo no islámico, o distinto de su visión  religiosa sectaria.

Como respuesta a estos actos de agresión cinco países (Francia, Rusia, EU, Irak, e Irán). le han declarado la guerra a ISIS, hechos y razones que el gobierno turco conocía plenamente, e inclusive sabía que EU, Francia, y Rusia efectuaban regularmente bombardeos a las instalaciones estratégicas de ISIS, lo que fundamenta la sospecha de que el derribamiento del avión ruso fue un acto de provocación planeado, como represalia por el apoyo ruso al gobierno legítimo de Siria, país en el que ISIS se ha asentado mediante la fuerza utilizando un ejército de mercenarios, en violación a la soberanía Siria, con el apoyo indirecto y solapado de EE.UU, cuyo objetivo declarado es derrocar al gobierno legal de dicho país, para favorecer los intereses hegemónicos de esta potencia.

El avión ruso fue derribado por 2 aviones F – 16, de la fuerza aérea de Turquía (país perteneciente a la Organización del Tratado del Atlántico Norte – OTAN -, liderada por USA.), bajo el argumento de que supuestamente violaba su espacio aéreo, acto que (retomando el análisis comparativo ya señalado), equivaldría al asesinato del Archiduque austro húngaro en Sarajevo, confirmando aún más la semejanza de ambos actos, y también del posible riesgo de que pueda ser el detonante de una conflagración mundial.

Si se analiza puntualmente el derribamiento del avión ruso por las fuerzas turcas, se encontrará lo absurdo de las declaraciones del gobierno de Turquía, aduciendo que avisó al piloto que estaba violando el espacio aéreo para justificar el derribo; salta a la vista lo falaz de las mismas dado que Turquía no se encuentra en guerra con Rusia, además de que estaba enterada de las operaciones aéreas en contra de ISIS; Hasta aquí la semejanza de circunstancias y de los actos previos a la Primera Guerra Mundial.

La diferencia fundamental cuando se comparan ambas situaciones, es el abismo tecnológico existente entre ellas, debido al descomunal avance cualitativo que ha tenido la tecnología, especialmente la militar, en los 100 años de distancia existentes entre ellas, cuyas consecuencias son fundamentales y deben ser señaladas para poder comprender plenamente la situación actual.

En primer lugar, y en un ejercicio de imaginación futurista, si en estos momentos se iniciara una conflagración entre las potencias de la OTAN y Rusia, estaríamos asistiendo al riesgo de una hecatombe nuclear de extensión planetaria, en la que no existirán vencedores ni vencidos, ya que arrasaría con todo dejando  un páramo post nuclear, equivalente a un cementerio repleto de víctimas mortales que alcanzaría quizá a más del 50% de la población mundial, ya que el "campo de batalla" en esta era de tecnología avanzada incluiría, además de los emplazamientos militares de lanzamiento de cohetes atómicos intercontinentales, a los centros de producción industrial que constituyen el soporte logístico de cualquier guerra moderna, centros que generalmente se encuentran cercanos a las ciudades, o dentro de los mismos núcleos urbanos, no existiría diferencia alguna entre objetivos estratégico-militares y las áreas urbanas, ya que en estas últimas se generan los insumos que sostienen la logística militar, y por lo mismo se convierten en objetivos estratégicos.

Pero antes de seguir adelante con el análisis de este hipotético "armagedón", es necesario desmenuzar los factores implícitos en tal aseveración, con el fin de analizarlos separa-damente para una mejor comprensión de cada uno de ellos en particular y del conflicto en general, empezando por el análisis de la naturaleza y comportamiento del poder, especialmente bajo una lógica estratégico – militar, cuando existe un equilibrio del miedo ante la posibilidad de una destrucción total, ya que ambos contendientes tienen a su alcance la utilización de armas nucleares de destrucción masiva, con la cohetería de alcance transcontinental que puede transportarlas a cualquier punto del globo terráqueo.

En primer lugar y de acuerdo con la premisa anterior, se descartaría la probabilidad de que el conflicto pueda ser local y/o focalizado en un solo teatro de operaciones, o que se trate de una guerra tradicional con enfrentamiento de tropas, dado el poco aporte que estas significan para este tipo de guerra, ya que el soldado, tal y como se concibe popularmente, se volvería un elemento periférico y complementario, pues no tendrá ocasión, como en el pasado, de  enfrentarse a sus pares enemigos en un combate directo para dominarlos, ya que en una confrontación con armamento nuclear su papel sería posterior (si acaso), a la derrota del enemigo, solamente como elemento de ocupación de su territorio, para realizar funciones de seguridad y de control del terreno,  acción posterior como se ha señalado, a la destrucción de la capacidad de respuesta enemiga.

Esta estrategia y táctica es válida para ambos contendientes, lo que modifica significativamente la finalidad de la guerra, ya que consistiría tácticamente en la aniquilación del enemigo, y no de su dominación como ha sido en el pasado, antes de la aparición del arma nuclear transportada por misiles de muy largo alcance y de gran precisión.

Por otro lado, si atendemos a las palabras vertidas por Vladimir Putin, presidente de Rusia, durante su conferencia ante el Club Valdai, efectuada el 24 de Octubre de 2014, en Sochi, Rusia y las analizamos seriamente, considerando las consecuen-cias de su posición sobre el rol que Rusia tomaría   para defender su seguridad nacional, así como sus recomendaciones para evitar una conflagración nuclear de dimensión planetaria, estaríamos ante un parte aguas que cambia abruptamente las relaciones internacionales, obligando a modificar el acostumbrado lenguaje diplomático de doble interpretación para esconder futuros incum-plimientos o acuerdos y pactos tramposos, así como el protocolo tradicional, superficial e hipócrita, volviéndolo más claro, directo, y más equilibrado entre los pares.

Ayudaría también a desechar los protagonismos y hegemo-nías, ante la disuasión nuclear, dado que ya no existiría enemigo pequeño, ni contaría la dimensión territorial o la riqueza del país, o el número de tropas disponibles de un país, ya que solo le bastaría la posesión de un arsenal atómico (incluyendo sus misiles portadores de largo alcance), como elementos suficientes para poder responder de manera altamente destructiva sobre el terri-torio y la población del enemigo.

Significaría también el fin de la existente unipolaridad del poder militar norteamericano en el mundo, que surgió como secuela al término de la "Guerra fría" al desmembrarse la Unión Soviética.

Otra de las secuelas de esta hipotética hecatombe nuclear entre las fuerzas de la OTAN y Rusia, dejaría que China (en caso de permanecer neutral), emergiera como única potencia mundial militar y económica, solo que en un mundo devastado, y con sobrevivientes empobrecidos, habitando en suelos enfermos e inútiles para el cultivo debido a la radiación remanente, nociva a toda forma de vida (excepto a las cucarachas, según estudios científicos), con aguas contaminadas por la radioactividad, además de destruido económica, así como socialmente desor-ganizado… sería el equivalente de un retroceso evolutivo a la época de las cavernas, escenario que los científicos han bautizado como un "Invierno nuclear".

Siguiendo la pauta de este análisis hipotético, y en el caso de que la destrucción y el devastamiento fuera de menores alcances,  una de las secuelas sería la potencialización del equipamiento militar en muchos países, iniciándose así una carrera arma-mentista como elemento disuasivo de los sobrevivientes, para asegurar sus independencias políticas, especialmente en los países pequeños.

Independientemente del rumbo político, diplomático, y estra-tégico-militar a seguir, que puedan tomar los países involucrados en jaloneo (hasta ahora de carácter declarativo), para tratar de imponer sus objetivos nacionales dentro de la tensa situación existente, ha quedado muy clara la supremacía del campo de poder tecnológico en el mundo actual, ya que ha pasado de ser una herramienta del poder político y económico, (que ha sido fundamental para establecer y consolidar dependencias tecno-lógicas en las relaciones de dominio internacional), instituyendo una nueva forma de colonialismo,  para convertirse en un arma indispensable, cuya posesión y asimetría de poder destructivo, entre las naciones, establece la diferencia funda-mental del poder militar y capacidad disuasiva entre ellas.

Como colofón a este análisis de una hipotética  solución militar a la confrontación actual de intereses nacionales y afanes protagónicos, dado el peligro que representan, el mundo entero (a excepción de los grupos fanático-religiosos, o de facciones radica-les enfermizas), espera que en las soluciones que tomen durante las negociaciones, así como en los acuerdos entre las potencias en conflicto, predomine y reine la prudencia y el sentido de responsabilidad hacia la historia, en donde sea considerado el futuro común del hombre como especie, y la preservación de la salud del planeta, como único e ineludible hogar de todos los seres vivos que lo pueblan.



JMRS