Vox Populi

Vivir al día

2016-01-04

Los sicarios que asesinaron a la alcaldesa de Temixco ensangrentaron el caos imperante. Gisela

León García Soler, La Jornada

En Jerez, Zacatecas, nació López Velarde. El de La Suave Patria se anticipó a la amarga realidad que se vive en este país "destinado a ser una nación muy próspera". Así describió Enrique Peña Nieto la hora del tránsito al cuarto año de su gobierno y de las reformas, cuyos frutos tardarán más en darse que los del nogal.

"En piso de metal vives al día/como la sota moza de la lotería", dijo de la patria López Velarde. Y destinados a la grandeza y la prosperidad, concesionamos los metales del territorio nacional, apostamos a que vengan del exterior los que han de extraer el hierro, la plata y el oro negro. Para jugarnos todo a la lotería de la reforma fiscal, de la que se quejan amargamente los dueños del oro. Los marginados por la desigualdad, esos sueñan con despertar sin hambre, sacarse la lotería que les permita vivir al día. Pemex no se privatizó, pero la lenta maduración del cambio descapitalizó a la empresa nacional; hoy produce menos cada día y Hacienda presume que sus reformas fiscales han suplido al ingreso que antaño aportara Petróleos Mexicanos.

"El niño Dios te escrituró un establo/ y los veneros de petróleo, el diablo". Y ahí vienen, no tienen prisa, las grandes empresas que alguna vez fueron siete, como cábala bíblica en la certeza de que los pobres siempre estarán con nosotros. Entre nosotros. En espera de que Arabia Saudita vea cumplirse los plazos impuestos a la producción diaria de crudo. Por razones de mercado, entendido que el petróleo es clave geopolítica, aún en la antesala del calentamiento global. En Pemex habrá ajustes de personal. Nada nuevo, después del desplome del 82, más de 120 mil trabajadores dejaron de laborar para Pemex. Cuentas para los cuentos de la estadística. Emilio Lozoya Austin refleja la nostalgia de tiempos mejores. Y Jesús Reyes Heroles González Garza, el regusto de la persistencia de todo antiguo régimen.

Ayer apenas, discreto, silencioso jefe de la gran empresa petrolera que dejaba a la secretaría de Energía ser voz e imagen de Pemex en la hora del festín panista: más de 3 millones de barriles de crudo diarios bajo la frivolidad foxiana; entre 2 y 2 y medio millones, durante la opacidad calderoniana que alcanzó a generar nuevos multimillonarios en Campeche, para acompañar a los de las concesiones mineras que otorgaría con generosidad de Creso, pero eso era antes del Pacto por México y el acuerdo PRI-PAN-PRD para concertar las reformas que cada uno de esos partidos alcanzó en el reparto de la pluralidad presente y del futuro inconsecuente. Hoy no queda sino esperar el destino que anticipa Peña Nieto, mientras Ricardo Anaya y Agustín Basave renuevan votos de fidelidad.

O cabestrean o se ahorcan. El PRD perdió hasta el modo de andar en las elecciones de medio sexenio, pero la pluralidad sigue y con un cuarto sitio alcanzó a los que defendieron al criminal alcalde de Iguala para que Jesús Zambrano presida la legislatura. Desde tan alto sitial, Zambrano hace acto de humildad y declara que sin alianzas morirá el Partido de la Revolución Democrática. Y vuelven panistas y perredistas a dar vueltas a la noria. Al darse la segunda alternancia el PRI tenía 19 gobernadores; siete el PAN, Baja California, Baja California Sur, Guanajuato, Puebla, Sinaloa Sonora y Oaxaca, aliado con el PRD, y en el caso de Oaxaca también con Movimiento Ciudadano. Ahora perdió Sonora, pero ganó Querétaro. El PRD tenía cinco y tiene cuatro porque perdió Guerrero.

El PAN perdió Sonora, donde esperan juicio y encarcelamiento de Guillermo Padrés. En el México plural del tercer milenio no hay declaratoria del Senado de la República que manifieste haber desaparecido los poderes de entidad alguna. En la agonía del priato, tampoco. Pero los gobernadorzuelos sometidos al cesarismo sexenal solicitaban licencia y volvían al año siguiente a solicitarla de nuevo. Hoy mandan los electores y las maromas son por mandato del pueblo. En Sonora no ganó Padrés, perdió el riquillo Bours del PRI. Y sigue pendiente la justicia en el ignominioso caso de las criaturas victimadas en el incendio de la guardería ABC. Escuchar la confesión de Jesús Zambrano es aire fresco en contraste con los rancios argumentos de Agustín Basave y Ricardo Anaya.

"El niño Dios te escrituró un establo/ y los veneros de petróleo, el diablo"Foto José Carlo González 

Como en el juego de la perinola, todos ganan, todos pierden, todos toman y nunca aparece la leyenda de todos ponen. Ahí el Movimiento Ciudadano de Dante Delgado fue el único partido que supo y pudo ajustarse al brote de candidatos independientes en busca de dependencia y de capitalizar el repudio, el rechazo y la desconfianza ciudadana en los partidos. En todos los de la pluralidad en la fiesta de la violencia y el saqueo, ajeno por completo al botín electoral que formulan los teóricos y acaba por producir una clase política despreciada y despreciable: un alcalde en Guadalajara con peso equivalente o mayor al de un gobernador bronco en Nuevo León. El resto son clásicos chaqueteros con un costo mayor para quien les da patente de corso que para el partido de la segunda alternancia.

El PRI en todos los casos previos y posteriores al pacto del que se dicen arrepentidos los que quisieran que el retorno del presidencialismo omnímodo fuera realidad; despertar de la pesadilla de la responsabilidad compartida, o de plano propia y no del César, cuya guardia pretoriana ha resultado ser una fallida política mediática, remedo de política social, ineficiencia al otro lado del espejo. Quién sabe qué extrañas motivaciones hay tras la progresión geométrica de la imagen oficialista que proyecta un México en movimiento y provoca el rechazo a la visión oficial; que alienta a los de la oligarquía a demandar que su voz sea escuchada en los medios concesionados, en lo electoral tanto como lo es en lo comercial. Imagen que se diluye entre los mexicanos del común, emborronada por las voces que condenan a destiempo "la verdad oficial".

Mal empieza un año en el que la violencia política cobra la vida de la alcaldesa de Temixco, Morelos. Tras unas horas de haber rendido protesta, Gisela Mota fue asesinada en su casa por un grupo armado. Balacera para culminar la fiesta cívica del voto y el amargo contraste del conflicto entre el gobierno del estado y el de Cuauhtémoc Blanco, quien tomó posesión anticipadamente de la alcaldía de Cuernavaca y solicitó la intervención del gobierno federal ante las amenazas que dijo haber recibido. Al día siguiente desarmaron a la policía municipal: el permiso para el uso de armas y equipo pertenecen al gobierno del estado, sentenciaría el jefe policiaco del mando único. Policía Federal y personal del Ejército se hicieron cargo de la seguridad de Cuernavaca.

El primero de enero Graco Ramírez había hecho un llamado desde Jiutepec a dialogar "con humildad". Los sicarios que asesinaron a la alcaldesa de Temixco ensangrentaron el caos imperante. Gisela Mota era perredista, integrante del grupo político del senador Fidel Demédicis, también del PRD, enfrentado a su compañero de partido, el gobernador Graco Ramírez.

Un acto de esta naturaleza ha de ser considerado crimen político, salvo prueba irrefutable en contrario. Pone en tela de juicio el imperio de la ley en Morelos. Hay detenidos. Es indispensable investigar a fondo y cuidar puntillosamente el proceso judicial. Las divisiones y fracturas de la clase gobernante de Morelos tienen que dar paso a la unidad de propósitos: justicia pronta. O se diluye el poder político y se impondrá el vacío faccioso, la ausencia del mandato otorgado por el voto ciudadano.



LAL

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