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Tawaa, la mujer suní que salvó a los chiíes, se convierte en un icono de Irak
Shaalan Yaburi
Bagdad. (EFE).- Mientras la tensión entre musulmanes chiíes y suníes alcanza nuevas cotas en Oriente Medio, Tawaa al Yaburi, una mujer de 60 años y suní, se ha convertido en un icono en Irak, un país de mayoría chií, tras salvar la vida de 25 soldados chiíes.
La "madre de los iraquíes", como la bautizaron los medios de comunicación nacionales, cuyo verdadero nombre es Um Qusai, ocultó en su casa en junio de 2014 a uniformados iraquíes que huían de la base militar de Spiker, donde los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) perpetraron una masacre tras tomarla por la fuerza.
"Yo creo en Irak y no acepto la injusticia", dijo Tawaa, quien después de la irrupción de los yihadistas en la base de Spiker, situada en la provincia de Saladino, acogió a varios grupos de soldados, a quienes alimentó y ayudó a huir, según relató en una entrevista con Efe.
En dicha base, el grupo terrorista ejecutó extrajudicialmente, el 12 de junio de 2014, un día después de ocupar Tikrit, capital de Saladino, a 1,700 "miembros chiíes del Ejército", y publicó vídeos de cientos de hombres capturados que, según sostuvo entonces, se habían rendido en la base militar de Spiker.
Tawaa, que reside en la localidad de Al Alam, al noreste de Tikrit, aseguró a Efe que el EI mató a dos de sus hijos y subrayó: "No vamos a reconciliarnos con cualquier persona que tenga las manos manchadas de sangre iraquí".
Para luchar contra el EI, Tawaa instó a la unión de los iraquíes y a que estos cooperen contra los terroristas y apoyen tanto a las fuerzas de seguridad, como a las milicias Multitud Popular, leales al Gobierno y formada mayoritariamente por voluntarios de credo chií.
Los iraquíes chiíes del sur de Irak fueron quienes decidieron llamar a Um Qusai, Tawaa, una mujer suní que, según la tradición islámica, acogió durante el siglo VII en Kufa, 170 kilómetros al sur de Bagdad, a un enviado del imam Husein Ibn Ali (nieto del profeta Mahoma y muerto en el año 680 d. C.).
Tawaa pronuncia con orgullo su nuevo nombre, así como el apelativo de Um al Iraquiyin (la madre de los iraquíes), como la conocen en los medios de comunicación.
Este último nombre, dice, es también el que usan la mayoría de personas que desde distintas provincias de Irak se acercan hasta su casa para pedirle ayuda para resolver sus problemas.
La "madre de los iraquíes" no duda en describir el sectarismo como "un cáncer que llegó a Irak de fuera" e insiste en que, precisamente, su solidaridad con los soldados chiíes representa "un rechazo al sectarismo".
Tawaa considera que en la guerra contra el terrorismo las mujeres desempeñan un papel muy importante: "Algunas mujeres apoyan a sus maridos, hijos y hermanos en la lucha contra el terrorismo y otras han muerto luchando contra los yihadistas".
Para ella, el papel de la mujer iraquí es "heroico y honorable".
La anciana contó también a Efe cómo en una ocasión, en la que seis soldados llegaron a su casa buscando refugio, ella sustituyó las fotos de sus verdaderos hijos por las de los soldados por si, durante su presencia, los yihadistas irrumpían en su vivienda.
Después, hizo que sus hijas viajaran con ellos hasta Kirkuk, para que en los posibles controles de los yihadistas, estos pensaran que eran parte de la familia.
Finalmente, este grupo de soldados, como otra veintena de militares que acogió Tawaa, lograron alcanzar la ciudad y, posteriormente, regresar a sus hogares, en el sur del país, de mayoría chií.
"Esta actuación es un ejemplo de la buena madre iraquí y fruto de la moral, de la humanidad y el orgullo de su país", dijo el primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, el pasado julio durante una ceremonia en la que la anciana madre de los iraquíes fue condecorada por su labor.
Además de imponerle una condecoración, Al Abadi le regaló un viaje para que pueda realizar la peregrinación a la Meca, uno de los pilares del islam, que debe cumplir todo musulmán, sea cual sea la rama que profese.
LAL
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