Policrato Philodemos

Gobernar: ¿ Servicio público?.... ¿ Actividad comercial?

2016-01-21

Cuando un gobierno entrega los servicios públicos a la iniciativa privada, deja de ser...

Alm. Manuel Rodríguez Gordillo

Preámbulo

Este artículo es producto que nace de la inquietud que me genera la situación, cada vez más deteriorada de nuestro querido México, siempre con la esperanza de que alguien escuche el grito de insatisfacción y recoja el mensaje que los haga pensar y actuar, evitando que resbalemos más en la pendiente de la corrupción e inequidad social.

"Gobernar siempre será servir a los demás,
servirse de los demás es parasitismo"

Tal parece que la aplicación de la doctrina neoliberal que actualmente se ha extendido como norma de conducta en la mayoría de los países, ha modificado la visión, funciones, y paradigmas de la sociedad y de los gobiernos, alcanzando incluso a prostituir la concepción que todo funcionario debe tener de sus tareas como servidor público, así como de las obligaciones indeclinables que un gobierno debe desempeñar para mejor servir a sus gobernados.

Esta visión neoliberal que ha sido perversamente llevada a su extremo, alienta y facilita la degradación de la ética personal afectando negativamente la mística de servicio (como valor indispensable para el ejercicio de gobernar), que debe tener todo funcionario gubernamental, ya que la ausencia de valores es la madre que engendra la corrupción, como lo es el desentenderse de sus obligaciones de servir a sus gobernados (que son sus mandantes), para utilizar el puesto y servirse de ellos, o de percibir a los servicios públicos como un nicho para hacer negocios personales, entregándolos a particulares como si se tratara de una transacción comercial, a sabiendas de que los manejarán como una empresa privada, transformando su naturaleza de servicios públicos  a la de negocios, cuyo fin es el enriquecimiento de intereses privados, ajenos al bien común.

Cuando un gobierno entrega los servicios públicos a la iniciativa privada (desistiendo de su responsabilidad como servidor público), deja de ser gobierno y pasa a convertirse en una parodia  inoperante, que se mantiene como parásito de la sociedad a la que protestó servir cuando asumió el cargo, para después simular que continúa al frente del puesto, que fácticamente ha renunciado a desempeñar con dicha conducta.

La iniciativa privada (ya sea una empresa comercial o de prestación de servicios a clientes), siempre operará buscando la mayor ganancia posible por su trabajo, ya que  eso es intrínseco a su naturaleza y forma de sobrevivencia, razón por la que sus límites de operación y precios a su clientela, solo estarán acotados por las leyes del mercado (la oferta y la demanda), aunque en los casos de ser concesiones de gobierno sus límites de ganancia estarán determinados por los acuerdos extralegales que haga con los funcionarios concesionantes, ya que tratarán con clientes cautivos y sin opción para escoger.

Un gobierno encuentra su razón legal y legítima de ser y de comportarse con la búsqueda del bien común, ya sea a través de la administración de la hacienda pública, de velar por la sociedad en los renglones de seguridad pública, de encargarse de la impartición de justicia y/o de otorgarle certeza jurídica, así como de proporcionar los servicios indispensables para la sobrevivencia de la comunidad.  Razones por las cuales a sus funcionarios se les llama "Servidores públicos", personas que trabajan en el gobierno y reciben un salario proveniente de la hacienda pública, esto es, no son comerciantes, ni están sujetos a las leyes del mercado ni a la clásica ley de la oferta y la demanda, ya que su actividad es la de servir a la sociedad, estando impedidos a perseguir una ganancia extralegal más allá de su paga oficial.

De lo anterior y siguiendo la lógica de su contenido se desprende que el ejercicio de un gobierno no es un negocio sino que se trata de un servicio, ajeno a la búsqueda de lucro.

La diferencia entre un servicio público y un negocio, consiste en que este último siempre buscará cubrir sus costos y gastos de operación, más una ganancia, mientras que un gobierno está obligado a proporcionar "Servicios", cuyos costos y gastos de operación son sufragados por el erario público, que sostienen los contribuyentes a través del pago de impuestos.

Cabe señalar, a riesgo de parecer reiterativo, que la tarea de todo gobierno es la de servir a la sociedad de la que es mandatario, y que dentro de de sus funciones está la obligación de proporcionar los servicios públicos que por su naturaleza vital y estratégica, son indispensables para la existencia y perpetuación de la sociedad, razón que los convierte en indeclinables a la función de gobernar.

Finalmente y como colofón se presenta una analogía sobre la declinación de funciones (vitales a la sociedad), de un gobierno que optara por la simulación, mismo que se parecería a una marioneta cuando es presentada ante el público, que la ve moverse y actuar como si tuviera voluntad propia, sin que sea visible el manejo del titiritero que le mueve los hilos desde la sombra, de acuerdo a un guión previamente establecido, siempre de acuerdo a sus intereses particulares.



JMRS