Internacional - Población

El temporal de frío y lluvias multiplican las dificultades de vivir en Gaza

2016-01-29

El vecindario de Juza y en general toda la zona este de Jan Yunis, quedó gravemente afectado...

Saud Abu Ramadán

Jan Yunis (Gaza). (EFE).- Durante cinco días y cuatro noches, Sufian al Najar, de 40 años, su mujer y sus 10 hijos se han esforzado en evitar que el agua traída por las lluvias se infiltre en la pequeña caravana de acero en la que viven en Juza, al sur de Gaza.

Los Najar y otros cientos de familias tienen por casa estas pequeñas instalaciones de metal que reemplazan a las que antes eran sus hogares y hoy son escombros que recuerdan los efectos de la última ofensiva militar israelí contra la Franja en julio y agosto de 2014.

"Hemos hecho frente a un temporal sin otra alternativa de refugio que ésta y con el suelo como colchón", indica el padre a Efe mientras señala el pequeño recinto. "Por segundo invierno consecutivo".

Durante esta semana, lluvias torrenciales han golpeado el enclave costero y rodeado o inundado algunas de estas estructuras metálicas que se introdujeron en la franja tras pasar los estrictos controles de seguridad de Israel, responsable del bloqueo sobre bienes y personas impuesto en Gaza desde 2007.

Mientras su voz se entrecorta, este padre desempleado se lamenta de los "aplazamientos injustificados" y repetidos del plan de reconstrucción de la Franja, dependiente de los 3.4 millones de dólares comprometidos por la comunidad internacional al término del último conflicto y de los que a día de hoy sólo se ha entregado una pequeña parte.

El ministro de Vivienda y Obras Públicas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mofid al Hasayna, dice a Efe que los donantes sólo han dado el 30 por ciento del fondo que debería ayudar a solventar la crisis causada por la pérdida de 12,000 viviendas y los daños parciales a otras 30,000 en el conflicto, según datos de la ONU.

"Desafortunadamente, el plan de reconstrucción va muy despacio por la falta de financiación internacional y el lento mecanismo de envío de materiales de construcción a través de los pasos fronterizos controlados por Israel", evalúa Al Hasayna.

Junto a la casa de los Najar y mientras recoge la ropa y los zapatos de sus hijos, que están con unos familiares de manera temporal, Ibrahin Qudeih, de 45 años, se lamenta de las dificultades diarias que deben sobrellevar, inimaginables para algunos.

"En verano, la caravana se convierte en un horno y en invierno, es una nevera llena de agua. No tenemos una vida normal. Queremos, necesitamos acelerar el proceso de reconstrucción para recuperar nuestros hogares", reclama.

El vecindario de Juza y en general toda la zona este de Jan Yunis, quedó gravemente afectado por los intensos bombardeos y ataques de artillería israelí que dejaron un paisaje devastador también en otros puntos del reducido enclave costero.

Cuando la lluvia ofrece un descanso, hombres, mujeres y niños se apresuran a quemar madera y se reúnen alrededor del fuego para calentarse y secar en lo posible sus ropas, mientras miran los charcos que el agua ha formado en el interior de algunas de las precarias casas.

Los equipos de rescate municipales o patrocinados por la cooperación internacional no han podido ayudar a todo el que lo ha precisado durante estos días por la escasez de materiales de todo tipo, de electricidad -disponible durante pocas horas al día si no se dispone de generadores- y de combustible.

Sin muchas opciones, gran parte de la población decide mantenerse en el interior de sus viviendas, algunas escuelas han sido cerradas y las calles mojadas están casi vacías.

La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA, en sus siglas en inglés), ha anunciado la aportación de una ayuda de emergencia a 500 familias para combatir el temporal de frío ya que, "aunque no ha causado heridos, las infraestructuras afectadas así contribuyen al sufrimiento de la gente".

El presidente de la Asociación de Comercio palestina, Ali Hayek, responsabiliza a Israel de la situación por el férreo control que impone sobre los envíos de materiales de construcción.

Las autoridades israelíes aseguran que deben evitar la entrada de "productos de doble uso" que podrían ser utilizados por milicianos palestinos con fines bélicos, mientras que Hayek cree que es la principal traba para retrasar la reconstrucción y alargar el padecimientos de la población.

"Israel debería parar esta política de restringir la entrega de materiales porque si no, nunca se conseguirá reconstruir nada y habrá gente viviendo en caravanas para siempre", reclamó.



LAL