Policrato Philodemos

Caprichos urbanísticos

2016-01-29

Tal parece que en la Ciudad de Veracruz ha sido condenada por algún tipo de demonio de la...

Alm. Manuel Rodríguez Gordillo

"La insensatez y el narcisismo de
los espíritus inmaduros y frívolos
supone que el mundo debe girar
alrededor de sus ocurrencias"

"La frivolidad como norma"

Tal parece que en la Ciudad de Veracruz ha sido condenada por algún tipo de demonio de la incompetencia, para que toda obra pública o decisión (en muchas ocasiones ocurrencias), que toman sus autoridades gobernantes sean mal hechas y con remiendos, por ausencia de un planeamiento adecuado o de supervisión profesional durante los trabajos, además de nacer sentenciadas de antemano a no funcionar correctamente, generando un dispendio irresponsable por lentitud e ineficiencia, con aumento de los costos finales.

Sumado a lo anterior estas decisiones se asemejan notablemente a los antiguos "Ucases" (mandatos irrefutables), que emitían los zares, gobernantes absolutos del imperio ruso que nunca consultaron a sus súbditos, ya que al igual que la clase gobernante actual de Veracruz (y de muchas otras ciudades de México), consideraban a sus gobernados como menores de edad, o peor aún, suponiendo que trataban con retrasados mentales, cuya única opción era la de acatar y obedecer, como súbditos de una monarquía absoluta.

Actualmente en la ciudad se está llevando acabo un reordenamiento de la vialidad y de la imagen urbana del centro histórico (decidido a espaldas de la ciudadanía), en el que se está percibiendo una manifiesta falta de planeamiento y organización de los trabajos, dada la visible ausencia de coordinación durante las obras, evidente por la absurda simultaneidad de las mismas, abriéndose frentes de obra por todas partes que ahogan el cruce vial de la ciudad por las calles del centro, así como una excesiva prolongación del tiempo para realizarlas, lo que asemeja un abandono de obras inconclusas que obstruyen la vialidad vehicular, como sucede con las del Baluarte Santiago y el cuartel de Bomberos, sin que les preocupen las molestias innecesarias que provoca su incompetencia, que simultáneamente envía un mensaje de desprecio hacia la ciudadanía, y sin que parezca importarles causar el caos vial al bloquear (sin aviso ni señalamiento preventivo alguno al peatón o automovilista, sobre el cierre de calles), arterias viales indispensables para cruzar la ciudad por el centro, además crear riesgos a la seguridad peatonal.

También es de llamar la atención la confusión que tienen al tomar decisiones y prioridades en las obras, como sería el hacerlas funcionales para su cometido, o convertirlas en una pieza ornamental con detrimento de su funcionalidad (que sirva o que adorne), como es la ocurrencia de construir jardineras en el arroyo vial, reduciendo el espacio destinado al tránsito vehicular, (especialmente denso en el centro histórico), al parecer la prioridad de quienes decidieron fue tomada escogiendo la ornamentalidad antes que la funcionalidad, en una visión estética absurda, como si se hubiese tratado de una maqueta para exposiciones estáticas en un museo, no como una obra con el propósito de agilizar la vialidad y el tránsito de la ciudad, ya que pudieron hacer los arriates en las banquetas.

Normalmente cuando se planea y construye cualquier obra, incluyendo las de urbanización, se tiene como objetivo la solución de un problema, esto es, que esta funcione y resuelva el problema, y posteriormente se busca darle una imagen estética y agradable mediante algún tipo de ornamentación.

En Veracruz  la prioridad ha sido opuesta ya que la ornamentación (de acuerdo a las obras que se han venido haciendo), ha sido prioritaria y con perjuicio de la funcionalidad, actitud que hace evidente una visión frívola del urbanismo, sin importarles que sea inoperante.

Siguiendo esta visión rastacuera de la estética urbana como únicamente ornamental, que están aplicando los responsables de la remodelación del centro histórico de la Ciudad de Veracruz, se puede deducir que también serían capaces de adornar, irresponsablemente, una autopista de alta velocidad, sembrándole un árbol rodeado de su arriate con florecillas, en el centro de los carriles destinados para el tránsito de vehículos, sin que les importen los conflictos y accidentes que pueda ocasionar su "puntada embellecedora".

Para cualquier observador medianamente informado que visite Veracruz y analice el caos que priva en el centro histórico de la ciudad, llegará a la conclusión de que en su gobierno municipal existen burócratas incompetentes, quienes además consideran que la población a la que deben servir y respetar, está formada por súbditos y no por ciudadanos.



JMRS
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