Internacional - Seguridad y Justicia

Acuerdo de paz provoca giro en la lucha de Colombia contra las drogas

2016-02-04

"Las partes más oscuras son los alcaloides que se usan para hacer la base de...

Sara Schaefer Muñoz, The Wall Street Journal

CHICORAL, Colombia—El agente Luis Alberto Cepeda de la Policía Nacional pasa sus días cuidando un exuberante cultivo de donde sale la materia prima para fabricar cocaína. Su misión es aprender cuál es la mejor forma de erradicarlo.

"Vea esta belleza", dice Cepeda, mientras pasa su mano suavemente sobre la planta de coca y arranca una hoja de un verde brillante en medio de enorme complejo policial en el centro de Colombia. "Las partes más oscuras son los alcaloides que se usan para hacer la base de coca", agregó, refiriéndose al narcótico que es el componente central de la cocaína.

El campo que cuida Cepeda juega un rol fundamental en el giro de la guerra contra las drogas, en momentos en que el gobierno del presidente Barack Obama prepara un nuevo paquete de ayuda para Colombia, con menos énfasis en la lucha contra las guerrillas marxistas y más apoyo directo al desmantelamiento de la infraestructura de los narcotraficantes y sus productos.

Desde 2000, EU ha inyectado más de US$10,000 millones en ayuda al país, la mayor parte de ellos a través del llamado Plan Colombia, para a financiar la fumigación con herbicidas de la coca. Esto ayudó a reducir la cantidad de hectáreas dedicadas al cultivo de coca en más de 50% a la vez que debilitó a los rebeldes que financiaban su guerra a través del narcotráfico.

Sin embargo, ahora que Colombia se encuentra cerca de firmar un acuerdo de paz con la guerrilla, la fumigación de cultivos de coca en las regiones controladas por los insurgentes ha cesado. En cambio, la policía se ha concentrado en asaltos militares contra laboratorios y rutas del narcotráfico, según oficiales de alto rango de la Policía y el Ejército.

El cambio de estrategia será tema de discusión el jueves cuando el presidente Juan Manuel Santos se reúna en Washington con su homólogo Barack Obama. Autoridades de Colombia y EU aseguran que los mandatarios anunciarán un nuevo programa de asistencia estadounidense que ayudará a Colombia a luchar contra los narcotraficantes y apoyará el desarrollo postconflicto, incluyendo el desmantelamiento de minas antipersonales y el fortalecimiento del sistema judicial.

Ahora que se espera que los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia entreguen las armas en los próximos meses, se están armando equipos policiales para que vayan a áreas antes denominadas por los rebeldes a arrancar plantas de coca manualmente o aplicar defoliantes de manera directa.

"Sin la fumigación aérea, tenemos que ser más creativos y reforzar áreas como la interdicción en la lucha contra el narcotráfico", dijo en una entrevista el General Rodolfo Palomino, director de la Policía Nacional.

Ese es el objetivo de los cultivos experimentales de coca de Cepeda y el simulacro de laboratorio de procesamiento de cocaína creados en la Escuela Nacional de Operaciones de la Policía de Colombia, en el departamento del Tolima.

Cerca de un riachuelo se encuentra un conjunto de chozas creadas a semejanza de los laboratorios ilegales que la policía encuentra en la selva, incluyendo los recipientes con gasolina, ácido sulfúrico y otros compuestos que los grupos ilegales mezclan con pasta de coca para crear la cocaína.

Los pasos preliminares para crear la cocaína se realizan aquí, para enseñarle a los agentes las recetas que sus adversarios usan para producir el polvo blanco, así como el penetrante olor y apariencia de los químicos que usan. Así, los uniformados saben qué buscar durante sus redadas o cuando detienen a un camión en una carretera remota.

El año pasado, al mismo tiempo que se reducía la fumigación aérea, los equipos antinarcóticos de la policía destruyeron 1.146 laboratorios, frente a 803 en 2014.

La incautación de cocaína en Colombia en laboratorios, carreteras y embarcaciones se disparó en 2015 a 253 toneladas, casi el doble que el año previo, dijo en una entrevista el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.

Ahora que el conflicto con la guerrilla está por resolverse, Villegas dice que Colombia busca concentrar sus fuerzas en la lucha contra las grandes redes de delincuentes. "Una vez se firmen los acuerdos, avanzaremos mucho más rápido", dijo. "Habrá una interdicción muy potente enfocada en la delincuencia organizada".

Esta nueva estrategia se demostró a finales del año pasado. En octubre, una operación conjunta entre la Policía y el Ejército dio de baja al capo Victor "Megateo" Navarro, un exguerrillero que según la policía controlaba un imperio multimillonario de envíos de cocaína a EU y Europa. La fuerza aérea también bombardeó campamentos en la selva en el noroccidente del país, dando de baja a varios traficantes pertenecientes a la poderosa banda delincuencial Los Urabeños, la cual tiene cohetes, minas y morteros a su disposición.

El énfasis en el ataque a los laboratorios es particularmente obvio en uno de los lugares más activos de la guerra contra las drogas, la frontera oriental del país, al norte de la ciudad de Cúcuta.

Esta región húmeda y boscosa ha sido controlada por bandas de delincuentes y rebeldes y la erradicación manual de las plantas de coca, hasta ahora, había sido virtualmente imposible. Los campos están llenos de minas y a menudo francotiradores hostigan a la policía.

Ahora, dice el coronel George Quintero, que hasta hace poco lideraba las operaciones antinarcóticos en la región, los esfuerzos se han enfocado en los laboratorios. "Es más riesgoso", dijo. "Y requiere más entrenamiento".

No obstante, sus hombres destruyeron el año pasado 163 laboratorios e incautaron 5.575 kilos de base de coca, una forma preliminar de cocaína, un aumento frente a los 464 kilos confiscados en 2014.



LAL
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