Reportajes

La investigación que pone en duda el matrimonio de Peña Nieto con Angélica Rivera

2016-02-08

La pareja se divorció en 2008 y poco después Rivera comenzó una...

Óscar Balderas y Nathaniel Janowitz

El 27 de noviembre de 2010, Angélica Rivera entró a la catedral de Toluca, Estado de México, usando un vestido blanco y un velo de novia. Se dirigía al altar con el entonces gobernador de dicha entidad y actual presidente de México, Enrique Peña Nieto. Afuera una multitud los apoyaba desde detrás de las barreras.

Esa boda los ayudó a cimentar el éxito alrededor del joven y guapo gobernador. Con una hermosa actriz de telenovela a su lado, parecía destinado a ganar la próxima elección presidencial del país. Y así fue en julio del 2012.

Ahora una investigación en conjunto entre el equipo de reporteros de la periodista Carmen Aristegui y el semanario Proceso sacó a la luz evidencia que señala que la unión religiosa entre Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera sólo pudo haber sido posible porque las principales figuras de la iglesia supuestamente mintieron para ayudar a que la actriz anulara su antiguo matrimonio. Incluso sugiere que la boda entre Peña y Rivera pudo haber sido un montaje.

La investigación, publicada este sábado por Aristegui Noticias y Proceso, se basa principalmente en documentos que vinculan la boda con la destrucción de la carrera de un sacerdote alguna vez conocido como El padre de las estrellas, mientras moría de cáncer.

La historia comienza el 2 de diciembre de 2004, cuando Rivera se casó con el productor de telenovelas José Alberto Castro Alva —padre de sus tres hijos—, en la iglesia de Nuestra Señora de Fátima, en la Ciudad de México. Nueve días después, Rivera y Castro llevaron a cabo otra ceremonia en Acapulco para celebrar su unión.

La pareja se divorció en 2008 y poco después Rivera comenzó una relación amorosa con Peña Nieto, entonces gobernador del Estado de México, cuya esposa había muerto un año antes.

En ese entonces, la candidatura de Peña Nieto para convertirse en presidente del país cobraba fuerza con la ayuda de una gran cobertura positiva por parte de la principal cadena de televisión mexicana, Televisa. Rivera era una de las actrices más populares de la cadena. La pareja se conoció cuando ella fue contratada para la promoción de su administración en la publicidad política.

Los rumores de un posible matrimonio llenaron las revistas y programas de chismes, dándole a Peña Nieto incluso más cobertura mediática y ayudándolo a lograr su objetivo.

Pero había un problema.

No podía llevarse a cabo una boda de cuento de hadas sin que Rivera lograra que las autoridades eclesiásticas anularan su primer matrimonio con Castro.

La investigación de Aristegui y Proceso afirma que Rivera logró que esto sucediera en un tiempo, relativamente corto, gracias a una serie de mentiras e irregularidades. La investigación implica a altos mandos de la iglesia católica que tienen vínculos con la clase política, particularmente al Arzobispo de la Ciudad de México, Norberto Rivera.

De acuerdo con un extracto del decreto que anuló el matrimonio —publicado el 19 de mayo de 2009 y seguido por una entrevista con Rivera en la revista de sociales Quién—, el Tribunal de la Arquidiócesis declaró su matrimonio con Castro "nulo e inválido por defecto de forma canónica". El decreto dice que por consecuencia, Rivera es "libre canónicamente y puede por lo mismo contraer matrimonio canónico, si así lo desea".

La investigación entre Aristegui Noticias y Proceso dice que el tribunal dictaminó que el matrimonio no era válido porque José Luis Salinas —uno de los padres relacionados con la unión entre Rivera y Castro— llevó a que Ángelica Rivera se casara en la iglesia y después pretendió que la ceremonia en la playa, que él ofició, fue la boda real, cuando no fue así.

"Ni Angélica Rivera ni tres de los cuatro testigos entendían que en la Iglesia de Fátima se realizó un matrimonio", afirma la sentencia del Tribunal, de acuerdo con la investigación. El mismo documento acusa al padre Salinas por la "simulación del matrimonio realizado ilícitamente en una playa".

Con la anulación del primer matrimonio, los rumores alrededor de una espectacular boda entre el joven político en ascenso y la actriz se intensificó.

En diciembre de 2009, Rivera y Peña Nieto viajaron al Vaticano, donde Peña Nieto le pidió al Papa Benedicto XVI su consentimiento para casarse con la actriz. Algunos consideraron este acto como un truco publicitario ante la eventual candidatura presidencial mientras la pareja anunciaba al mundo su compromiso de una manera dramática.

Mientras tanto a Salinas se le castigó "a no ejercer más el ministerio e incluso se le prohibió vivir en la Ciudad de México", de acuerdo con la investigación, a pesar de que en ese momento recibía tratamiento para el cáncer en la ciudad.

Furioso, llevó su caso al Vaticano.

Salinas había sido conocido como El padre de las estrellas porque tuvo un show en Televisa y una relación con muchas personas que trabajaban en la cadena de televisión. Es por eso que, según él, Rivera y Castro le pidieron que los casara en 2004.

Pero el padre insistió en que desde un principio les dijo que no podía cumplir sus deseos de casarse en la playa porque eso sería irregular. Es por eso que arregló una boda oficiada por otro padre en una iglesia en la Ciudad de México, seguida de una ceremonia de acción de gracias en la playa.

También insistió en que la ceremonia llevada a cabo en la ciudad era completamente válida.

En numerosas cartas que envió a Roma, obtenidas por la investigación, el padre asegura que su vida fue destruida porque alguien en la Arquidiócesis en la Ciudad de México estaba celoso por su estrecha relación con celebridades, además de la presión política para anular el matrimonio de Rivera.

Salinas respaldó sus esfuerzos porque el vaticano ordenara que se retiraran sus castigos con una carta firmada por el primer esposo de Rivera.

"El padre fue muy explícito con nosotros al explicarnos muy claramente que la celebración no era posible realizarse en ese lugar porque sería irregular hacerlo y no tendría validez alguna", dice Castro en una de las cartas de la investigación. "Nos recomendó entonces que tramitáramos la celebración en una iglesia de la Ciudad de México".

Salinas también era apoyado por el obispo Parral de Chihuahua, donde se ordenó originalmente, así como por el rector de la Universidad Iberoamericana. Ambos enviaron cartas al Vaticano en donde se quejaban que el sacerdote estaba siendo aplastado con el fin de conseguir la anulación.

Para entonces la salud del padre se estaba deteriorando, hasta que murió en octubre de 2015.

Sin embargo, antes de su muerte, Salinas fue declarado inocente por la corte del Vaticano que ordenó a la Arquidiócesis de la Ciudad de México que le quitaran los castigos al sacerdote, aunque esto nunca ocurrió.

"Es completamente claro que el proceso que se comenzó [contra el padre] fue un craso simulacro de justicia", dijo la corte del Vaticano, de acuerdo con la traducción del latín publicada en Aristegui Noticias.

"Esto es una fantasía", dijo el vocero de la Arquidiócesis Hugo Valdemar para VICE News, e insistió que los procesos disciplinarios contra el padre eran por años de desafiar las reglas de la iglesia, en la que esa boda en la playa era solo un ejemplo. "El padre vivió en la desobediencia y por eso es que fue llevado a juicio, no porque se tratara de un chivo expiartorio".

Romero sugirió que el hecho de que la cuestionada ceremonia en la playa involucrara a la primera dama fue una coincidencia.

"Hacer una especie de novela usando argumentos imaginarios no es apegarse a la realidad", dijo.

Realidad o no, la lucha de Salinas por limpiar su nombre incluyó una carta enviada a Peña Nieto tres semanas antes de su boda en noviembre de 2010.

"Del consentimiento matrimonial no fui yo el testigo canónico sino un sacerdote debidamente delegado para ello, lo que hace que el matrimonio fuera absolutamente válido y no tan fácil de ser anulado", le escribió al entonces gobernador en una carte publicada en la investigación. "Las implicaciones que todo esto tiene son en verdad muy graves y por lo mismo muy importante de tomarse en cuenta".

La boda se llevó a cabo y , dos años después, Peña Nieto se convirtió en el presidente de México.

El matrimonio del presidente, sin embargo, pronto comenzó a ser un problema para su administración. En noviembre de 2014, un investigación liderada por Aristegui Noticias reveló que un contratista beneficiado por el gobierno había construido una mansión multimillonaria para la pareja presidencial.

El presidente nunca ha hecho referencia directa a los alegatos de conflicto de intereses y corrupción asociada con la llamada Casa Blanca. En lugar de eso, dijo que la casa fue específicamente diseñada para su nueva familia y no tenía nada que ver con él porque fue comprada por Rivera.

Un año después una investigación oficial, llevada a cabo por alguien seleccionado por el presidente, encontró que no había hecho nada malo. La averiguación no investigó a la primera dama bajo el argumento de que no forma parte del gobierno y por lo tanto no podía haber hecho tratos que beneficiaran al contratista.

Durante el escándalo, Rivera publicó un video en Youtube en donde insistía que había comprado la casa gracias a las ganancias por una vida de trabajo duro como estrella de telenovelas en Televisa.

Meses después del escándalo de la Casa Blanca, Aristegui perdió su trabajo como conductora en el programa de noticias matutinas más popular del país. Acusó al gobierno de poner presión en la estación de radio MVS para que la despidieran. Tanto la estación como la oficina del presidente negaron la acusación.

Con su última investigación sobre la boda del presidente, la periodista ha probado que sigue siendo una astilla para su administración. La investigación incluso duda que la ceremonia religiosa llevada a cabo en la catedral y oficiada por un obispo haya sido una ceremonia de bodas real.

La llegada de algunos huéspedes a la catedral —particularmente de celebridades de Televisa— fue ampliamente cubierta por los medios, así como el momento en que Rivera aventó el ramo.

Las pocas imágenes disponibles de la ceremonia en sí muestran la catedral casi vacía excepto por unas pocas filas del frente.

Un video publicado después muestra a la actriz y al entonces gobernador caminando por el pasillo y sentados frente al altar. También se ve a Peña Nieto poniendo el anillo a Rivera y a la pareja firmando algo.

La investigación de Aristegui también nota que el video no muestra a la pareja diciendo la liturgia del sacramento matrimonial.

Aristegui y Proceso también afirman que han intentado sin éxito conseguir un certificado oficial de la boda en Toluca.

La revista Proceso y el portal Aristegui noticias dicen que han pedido a la oficina presidencial que confirme el estatus legal del matrimonio entre Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera. La oficina presidencial, afirman, se ha negado a hacer comentarios.

El vocero presidencial Paolo Carreño dijo para VICE News que no habrá una declaración oficial próximamente.



LAL