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El miedo a perder dinero motiva más a hacer ejercicio que el deseo de ganarlo

2016-02-21

Reuters.- Cuando los empleadores intentan motivar a los trabajadores para hacer más actividad física, ofrecer una recompensa monetaria que se puede perder si no se alcanza el objetivo es más efectivo que entregar una gratificación a cambio de cumplir esa meta.

"La mayoría piensa que la gente es racional, pero sabemos que no es así. La gente es irracional, pero de manera predecible", dijo el autor principal, doctor Mitesh S. Patel, de la Escuela Perelman de Medicina, University of Pennsylvania, Filadelfia.

Su equipo estudió a 281 empleados con sobrepeso u obesidad convocados online. El grupo informó su peso y altura, y durante 13 semanas utilizó una aplicación telefónica para contar los pasos y monitorear la actividad física.

Los adultos de Estados Unidos dan unos 5,000 pasos por día y, para el estudio, la meta eran 7,000 pasos diarios.

Al azar, el equipo organizó a los participantes en cuatro grupos: uno no recibió incentivos, otro recibió 1,40 dólares por día que cumplía la meta, otro perdió 1,40 dólares de un incentivo mensual (42 dólares) por cada día que no alcanzaba la meta y el último grupo sacó número de lotería para ganar 50 dólares que sólo podría efectivizar si había dado los 7,000 pasos el día anterior. Todos recibían información diaria sobre cuántos pasos habían dado.

El grupo que podía perder el incentivo alcanzó la meta del estudio el 45 por ciento de los días, comparado con el 36 por ciento de los días que lo hizo el grupo que participaba de la lotería y el 35 por ciento del grupo que accedía a un incentivo.

El grupo control (sin incentivos ni bonos) cumplió el objetivo el 30 por ciento de los días, según publican los autores en Annals of Internal Medicine.

En las semanas siguientes, en las que se seguían contando los pasos pero sin incentivos, el nivel de actividad disminuyó en todos los grupos.

"De acuerdo con unos pocos experimentos de conducta asociados con la economía, a la gente le disgusta perder algo dos veces más que ganarlo, como regla", dijo Marc Mitchell, de la Universidad de Toronto, y que no participó del estudio.

Para Mitchell, un diseño de estudio más personalizado habría dado distintos resultados.

"Monitorear la actividad física con un teléfono o un dispositivo ayuda en general, pero eso solo no es suficiente en las personas con sobrepeso, obesidad o una enfermedad crónica", que es donde interviene el incentivo económico, dijo Patel.

"El 80 por ciento de los empleadores de Estados Unidos lo ofrece en algún programa de bienestar", agregó. La mayoría simplemente reduce las primas del seguro de salud si los empleados alcanzan metas de salud y bienestar.

Mitchell comentó que muchos empleadores están implementando esquemas con penalidades por el beneficio económico en el corto plazo para la empresa, lo que no es una buena manera de promover los cambios de conductas de calidad.

"En la mayoría de los programas de bienestar que ofrecen los empleadores del país, el empleado que hace algo obtiene una paga por eso", indicó Patel por vía telefónica. "A veces, en el corto plazo y, a veces, en el futuro", agregó.

En el estudio, comentó, los incentivos para ganar y perder eran los mismos, aunque variaba el diseño de acuerdo con el grupo. "La evidencia es clara: se podría mejorar el diseño de estos incentivos económicos con la economía de conducta", dijo el autor.



JMRS
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