Derechos Humanos

La guerra contra el EI dejó reguero de violencia y abusos en Irak

2016-02-23

El EI también ejecutó sumariamente a decenas de hombres acusados de ser gays, a...

Londres. (EFE).- La situación de los derechos humanos en Irak se deterioró aún más el pasado año, cuando el conflicto armado entre las fuerzas de seguridad del Gobierno y sus aliados contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) dejó un reguero de violencia, crímenes de guerra y abusos de todo tipo, según AI.

Las fuerzas gubernamentales efectuaron ataques indiscriminados en las zonas controladas por el EI y llevaron a cabo ejecuciones extrajudiciales, mientras los yihadistas perpetraron homicidios y secuestros, en muchos casos de mujeres y niñas a las que sometieron a esclavitud sexual.

Según el informe de AI 2015/2016, las autoridades mantuvieron recluidas sin juicio a miles de personas y la tortura bajo custodia fue una práctica habitual, al tiempo que se impusieron numerosas condenas a muerte, casi siempre por terrorismo.

La toma de Ramadi por parte del EI en mayo provocó la huida de miles de personas y la muerte de un gran número de miembros de las fuerzas de seguridad y en respuesta el Gobierno, que recuperó la ciudad en diciembre, autorizó que las Unidades de Movilización Popular (milicias chiíes) participaran en la contraofensiva, pese a su historial de graves violaciones de los derechos de los suníes.

El conflicto causó unas 6.520 muertes de civiles entre enero y octubre, según la ONU, y el desplazamiento forzado de casi 3,2 millones de personas desde enero de 2014, lo que agravó la crisis humanitaria, en particular en el Kurdistán, donde se refugiaron muchos de los desplazados en precarias condiciones.

Todas las partes en el conflicto cometieron crímenes de guerra, otras violaciones del derecho internacional humanitario y abusos contra los derechos humanos. Según AI, tanto las Unidades de Movilización Popular como el EI utilizaron niñas y niños soldados.

En las provincias de Anbar, Níive y Salah al Din, las fuerzas gubernamentales efectuaron ataques aéreos indiscriminados, que mataron e hirieron a civiles y alcanzaron mezquitas y hospitales y en zonas bajo control del EI cometieron homicidios de habitantes sospechosos de apoyar al grupo armado, como en el pueblo de Barwana, donde al menos a 56 sunís murieron cuando estaban esposados.

Milicias yazidíes también mataron y saquearon localidades arrebatadas al EI, como Sinyar, donde las fuerzas kurdas encontraron fosas comunes, mientras aviones de la coalición internacional mataron a civiles en zonas controladas por los yihadistas, que, a su vez, asesinaron a civiles por todo el país en atentados suicidas.

En marzo y noviembre, los medios de comunicación informaron de que las fuerzas del EI habían efectuado ataques con bombas en los que habían usado gas cloro, mientras en las zonas bajo su control aplicaba reglas estrictas de indumentaria, conducta y circulación y sus tribunales castigaban duramente a quienes las infringían.

El EI también ejecutó sumariamente a decenas de hombres acusados de ser gays, a menudo arrojándolos desde edificios elevados y en Mosul impedían salir a sus habitantes para recibir atención médica.

En las zonas controladas por el EI, las mujeres y niñas fueron sometidas a abusos extremos: eran vendidas como esclavas, forzadas a casarse con combatientes del grupo y asesinadas si se negaban.

Las autoridades endurecieron la legislación sobre la libertad de prensa, en un contexto muy peligroso para los periodistas, que sufrieron amenazas y actos de violencia por parte de las fuerzas de seguridad y secuestros y homicidios por el EI.



LAL
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