Internacional - Política

El rechazo a un polo de poder en América Latina

2016-02-29

Morales tenía buenas razones para creer que su toma de poder tendría éxito. El...

The Wall Street Journal

Después de una década miserable, la democracia en América Latina ha tenido un buen año. Argentina echó al peronismo, Venezuela eligió un cuerpo legislativo opositor y hace una semana los bolivianos rechazaron el referendo convocado por el presidente Evo Morales para permanecer en el cargo dos décadas, al estilo de Vladimir Putin.

Morales, un aliado de Cuba y de la izquierda sudamericana, asumió el poder por primera vez en 2006. En ese momento, la constitución boliviana prohibía dos períodos presidenciales consecutivos, pero Evo promovió una reforma que eliminó dicho obstáculo. En 2009 convocó a elecciones y ganó la presidencia por segunda vez. Más tarde argumentó que su primer mandato bajo la antigua constitución no contaba, y volvió a presentarse en las elecciones de 2014, donde ganó otro mandato de cinco años.

En un referéndum del 21 de febrero les pidió a los bolivianos que aprobaran un tercer periodo consecutivo de cinco años. De haber ganado el "Sí", Morales podría haberse presentado nuevamente en 2019 y mantenerse en el poder hasta 2025. Con 51,3% frente a 48,7% ganó el "No".

Morales tenía buenas razones para creer que su toma de poder tendría éxito. El mandatario controla el Tribunal Supremo Electoral y en muchos pueblos rurales no hay voto secreto. La economía boliviana ha resistido el embate de la crisis mundial de las materias primas mejor que la mayoría de los países vecinos. Los precios del gas natural, los minerales y los productos agrícolas han caído, pero el país está inundado de dólares generados por la legalización y la expansión de los cultivos de coca, que alimentan el comercio mundial de cocaína. Para reducir la resistencia a sus formas antidemocráticas, Morales también se ha vuelto cómplice de muchos capitalistas.

El gobierno ha echado la culpa de la estrecha derrota a la politiquería sucia y el oficialista Movimiento al Socialismo habla ahora de regular los medios sociales. Esto podría reprimir la libertad de expresión, pero difícilmente cambia la realidad de que la mayoría de los bolivianos no está interesada en hacer de Morales su rey.



JMRS