Trascendental

La finalidad salvífica de la creación

2016-04-15

Los Cristianos católicos podemos acudir a dos fuentes de la teología para saber...

Por: Mario Amaya

Los Cristianos católicos podemos acudir a dos fuentes de la teología para saber más sobre la creación y la historia de salvación, como lo son la sagrada escritura y el magisterio de la Iglesia

Al hablar de la finalidad salvífica de la creación, debemos entender primero que es la salvación, el Presbítero Juan Luis Martín Barrios lo define como:

“La acción de Dios en la historia de unos determinados hombres, la intervención en sus vidas. Intervención dirigida siempre a sacarlos de la situación penosa en que se encuentran; a librarlos de la condición de esclavitud en que viven como herencia de su misma existencia humana, como consecuencia de su propia equivocación y malicia a lo largo de la historia; a hacerlos salir de su desesperada condición de hombres abocados a la muerte y a la ruina total. Esta es la intención primera y última del Dios que se revela y actúa en Jesucristo, y es el que pone en marcha toda la acción en la historia”.[i]

Ahora bien, una vez definida lo que es salvación debemos hablar sobre que es la creación, la podemos definir como un misterio de fe, donde es un Don de Dios, que nos crea para que el hombre tenga vida, es una gracia de Él para con nosotros sus creaturas. Pierre Grelot lo define como:

“Esos capítulos no quieren darnos una enseñanza científica para satisfacer nuestra curiosidad, quieren hacernos reflexionar sobre lo esencial: nuestra condición de hombres, nuestra situación ante Dios, nuestras divisiones trágicas, nuestro enfrentamiento con una naturaleza hostil y finalmente el sentido de una historia de la que somos a la vez espectadores y actores”.[ii]

Además, nos ilustra en la página Catholic.Net otra definición sobre creación como:

“La producción del ser entero de las cosas o la producción de las cosas según toda su sustancia. En el acto creativo, Dios produce lo que existe en cuanto que existe. Dado que lo que existe es tal en virtud del acto de ser, que es perfección de toda perfección en todo individuo existente, producir lo que existe en tanto que existe significa producirlo totalmente”[iii].

Los Cristianos católicos podemos acudir a dos fuentes de la teología para saber más sobre  la creación y la historia de salvación, como lo son la sagrada escritura y el magisterio de la Iglesia; observamos en la Biblia que en el antiguo testamento hace referencia sobre la creación en cuatro libros sagrados, como lo es Génesis, Salmos, Sabiduría y 2 de Macabeos y en el nuevo testamento, en los evangelios sinópticos, escritos Joanicos y cartas Paulinas.

En el libro del Génesis, en el primer capítulo y una parte del segundo nos muestra la creación del universo y del hombre por parte de Dios en 7 días, este relato bíblico, no es la explicación científica del origen del universo ni del hombre, los estudiosos del tema, manifiestan que el libro del Génesis fue inspirado por Dios y escrito por diferentes Hagiógrafos (autores Sagrados) para los siglos X y VI antes de Cristo, también debemos saber que para su realización el pueblo de Israel estaba pasando por una penosa situación como lo era encontrarse en el exilio, fue una manifestación de Dios para su pueblo regalarles estos relatos para aumentar la esperanza del pueblo en medio de la tristeza que se encontraban.

Inicia la sagrada escritura, diciendo “en el principio creó…” (Gn 1, 1), a la palabra principio, Dios quiere mostrarnos que es allí donde empieza todo su plan salvífico para con el hombre, su historia de salvación, es decir, hay un comienzo en esta historia y no es como hemos tenido el concepto erróneo que el plan de salvación o historia de salvación de Dios, empezó en el momento que Dios escoge a Abran (Gn 12, 1), posteriormente llamado Abraham (Gn 17, 5), para iniciar su pueblo elegido, que luego será llamado Israel (Gn 32 29), pero esta es la historia de la creación del pueblo de Israel, esta época la podemos llamar la era patriarcal. Pero Grelot lo explica de la siguiente manera como la  “apertura de la «historia sagrada» en que se despliega el plan de Dios, ese cuadro sirve para evocar su punto inicial, en la medida en que se deja vislumbrar a partir de sus consecuencias prácticas en la vida de los hombres”[iv]

La creación es el punto de partida del plan salvífico de Dios, donde nos enseña que nos crea, siendo así nuestro creador y nosotros sus creaturas. Siendo su finalidad recordándonos que hemos sido creado por él y hay un principio de todo su plan de Salvación como lo es la Creación del universo y culminando o siendo el centro esplendor de la creación y que es el hombre, donde dice la palabra de Dios, que “vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bueno” (Gn 1, 31), en este pasaje bíblico se refiere que al crear Dios al hombre observo que allí culminaba su creación, pues lo había creado a imagen y semejanza de él, no siendo Dios sino siendo su creatura y Dios su creador. Es por eso que el plan salvífico de la creación es mostrar a Dios como nuestro creador, gracias a su infinito amor, nos ha creado, porque su infinito amor es inmenso, y nosotros solo debemos dar gracias a él, así como nos lo expresa el salmista en el capítulo 136, 1ss “¡Dad gracias a Yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor!”, no busca dar otra explicación de la creación sino agradecer por su amor para con nosotros por crearnos. Es así como lo menciona en el Concilio de Florencia, donde afirman que “Trinidad creadora de todo el mundo. Dios no ha creado el mal, todo lo que creó es bueno. Dios crea por su bondad y por amor todas las cosas de la nada. Creó las criaturas con una cierta libertad capaz de moverse hacia el bien y capaz de equivocarse”.

En el Magisterio de la Iglesia, debemos acudir a los diferentes Concilios que existieron, donde la Iglesia fue acérrima defensora del misterio de fe de la Creación, como lo fueron en el Concilio de Nicea, en el año 325, Concilio de Constantinopla en el año 553, Concilio de Letrán en el año 1215, Concilio de Florencia, en los años 1438-1445, Concilio Vaticano I, en los años 1869-1870, Concilio Vaticano II, en los años 1962-1965, pues hubo diferentes personas que atacaban la doctrina de la Iglesia y en este caso con el tema sobre la creación; entre las defensas sobre la creación dentro de los Concilios ya mencionado, quiero resaltar el Concilio de Nicea, existieron diferentes defensas de nuestra fe en ella, pero sobre el tema que nos ocupa, por inspiración de Dios y para preservar nuestras creencias, promulgaron nuestra profesión de fe, que como católicos conocemos hoy en día y lo profesamos en el sacramento de la Eucaristía, como es el CREDO, Donde “creemos en un solo Dios padre omnipotente, creador de todas las cosas, de las visibles y de las invisibles”.

Ahora bien, la finalidad salvífica de la creación, es reconocer primero, creer en el misterio de fe como lo es la creación de Dios, como nuestro supremo creador, cabe aclarar que no es solo Dios Padre, sino es la santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, una misma naturaleza, una misma constitución y una sola divinidad, y no como pensaba y promulgaban algunas personas para la época de los Concilios de Nicea, Constantinopla y el de Letrán, una de estas máximas fue que “hay una enumeración Clara de la Santísima Trinidad. El Dios uno y tres es el Creador del universo. Se confiesa que hay un solo principio de todo lo que existe. De Dios todo procede, de las tres personas divinas, pero con un solo principio”.

Así mismo, recordemos que Dios tiene un propósito para nuestras vidas, que no solo nos crea, dándonos el don de la vida, sino que también nos tiene preparado un proyecto, un plan, una finalidad de salvación que empieza desde la creación, desde el mismo momento que Dios decidió crear al universo y al hombre, siendo Dios creador y salvador, al crearnos Él por su infinito amor, sigue su plan salvífico con el pueblo que más tarde escogerá. “La creación siempre la veremos en relación a la salvación, al misterio de salvación; el hombre ha sido creado para compartir la vida de Dios”.  Pero me pregunto ¿A caso Dios no sabía desde un principio su plan de salvación? Creo que todo tiene un propósito y Dios lo tiene siempre, desde el mismo momento de la creación empezó a trabajar en su plan de salvación, hasta su finalidad con su hijo Jesucristo.

La finalidad salvífica de la creación no es otra, que desde el mismo momento de la creación, Dios empieza a fraguar su plan, por ende, es de suma importancia este momento del plan de salvación porque es donde comienza toda su finalidad de salvación, es el principio del Plan de salvación de Dios para con nosotros.

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[i] Martin Barrios, "Historia de la salvación", Recuperado el 19 de febrero de 2016 http://www.mercaba.org/Catequetica/H/historia_de_la_salvacion.htm

[ii] Grelot, P. (1976). Hombre, ¿Quien eres? Navarra: Verbo Divino.

[iii] Catholic.net. “La creación”. Catholic.net. Obtenido de http://es.catholic.net/op/articulos/14600/la-creacin.html

[iv] Grelot, P. (1976). Hombre, ¿Quien eres? Navarra: Verbo Divino.



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