Nacional - Economía

Llegó la hora de hacer lo que necesitan los trabajadores: David Penchyna

2016-05-02

El Infonavit cumplió recientemente 44 años; es una de las hipotecarias más...

Fabiola Martínez, La Jornada

El Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) ampliará y diversificará los créditos que otorga y buscará alternativas para potenciar los ahorros de la subcuenta de vivienda de millones de trabajadores, anunció el director general del organismo, David Penchyna Grub.

Durante el periodo 2000-2012, aseveró, se abusó del modelo crediticio para adquirir vivienda nueva, lo cual provocó el abandono de miles de casas que no servían a los beneficiarios por la mala ubicación y los pésimos servicios en la zona.

Hoy se busca crear opciones para quien necesite vivienda nueva, pero también para aquellos que sólo requieren remodelar, ampliar o simplemente no están interesados en ejercer su crédito porque prefieren incrementar su ahorro para el retiro.

Llegó la hora de alinear los montes para trabajar para la demanda (lo que necesitan los trabajadores). Ese es el reto y se resume en una frase: revolución... Somos parte de una revolución pacífica. A diferencia de la del siglo pasado, que costó vidas, sangre, dolor y división nacional, ahora somos parte de una generación que se ha atrevido a hacer una revolución de ideas, señaló.

Destacó que ante el nuevo marco legal del instituto –y la conversión de las cuentas a pesos por medio de la unidad de medida y actualización (UMA)– no existen riesgos de pérdidas o mermas para los trabajadores.

Penchyna Grub, abogado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), tiene amplia experiencia como legislador (dos veces diputado federal y actual senador con licencia); ha sido por casi dos décadas funcionario público tanto en el ámbito federal como en su natal Hidalgo, siempre ligado a los temas sociales y económico-financieros.

El crédito número 9 millones

Hace 20 años fue subdirector general del Infonavit y ahora vuelve al mismo edificio como principal responsable de este órgano tripartita, en cuyas instancias de decisión (asamblea, consejo y comisiones) participan, en espacios iguales, representantes de los sectores obrero y empresarial, así como el propio gobierno.

El Infonavit cumplió recientemente 44 años; es una de las hipotecarias más grandes del mundo y aporta más de 5 puntos al producto interno bruto. En días pasados otorgó el crédito número 9 millones.

Sus activos ascienden a 1.1 billones, tiene 18.1 millones de cuentas activas y un histórico de cuentas de 56 millones.

Uno de cada siete créditos hipotecarios en México ha sido otorgado por el instituto, y una de cada cuatro viviendas fue financiada también por esta instancia. Además, cada día devuelve 48 millones de pesos a trabajadores que ahorraron en el instituto.

Apenas el mes pasado, el Senado aprobó cambios a la Ley del Infonavit a fin de actualizar las referencias de salario mínimo y que éstas sean sustituidas por la UMA, que se aplica ya en multas, reglamentos y créditos hipotecarios, entre otros.

Penchyna Grub, quien pidió licencia indefinida como senador cuando el presidente Enrique Peña Nieto lo propuso para encabezar el Infonavit, tuvo activa participación en las comisiones de Energía, Educación, Hacienda y Puntos Constitucionales.

Por ello resalta las reformas constitucionales y legales recientes como modificaciones urgentes y necesarias para el país. En cuanto a los cambios a la normativa del Infonavit subraya el consenso con base en el cual se aprobaron los mismos.

Comenta que la reforma tendrá impactos positivos en las finanzas del instituto y en los propios recursos de los derechohabientes.

Un organismo sui géneris

El Infonavit es un organismo sui géneris, porque si bien técnicamente podría clasificarse como fondo mutualista, también hace funciones bancarias (al cobrar lo que le deben con tasa de interés) y asegurar que las ganancias fortalezcan los ahorros para el retiro de los trabajadores.

Si no hubiéramos cambiado la ley, al avanzar el tiempo el derechohabiente ahorrador iba a perder el valor del rendimiento equivalente a la inflación, mientras al acreditado (deudor) se le agregarían tasas de interés. Esta reforma vacuna al instituto sobre un fenómeno inflacionario, explicó.

En la vida real, agregó, nuestros créditos y ahorros serán en pesos y no sufrirán daño alguno. Ello da al instituto un mejor futuro y ahí tenemos que colgar otras esferas, ya sea en mejores condiciones para cofinanciamiento con la banca, buscar mejores rendimientos y tener más dinero para prestar.

–Algunos trabajadores ejercen sus créditos, porque temen que en algún momento sus ahorros se esfumen o el Infonavit quiebre. ¿Qué comentaría a quienes tienen esa impresión?

–No hay manera de que el Infonavit quiebre porque no lo administra una persona: es una mesa de tres patas (gobierno, empresarios y sindicatos). Somos muchos ojos como para que ocurra un daño tan profundo. Por su naturaleza, el instituto tiene un flujo de efectivo constante y un mandato constitucional y legal muy amplio. El Infonavit puede prestar mucho más de lo que hoy presta; lo que necesita es diversificar su producto de crédito, señaló.

–También hay comentarios acerca de que las modificaciones legales provocarán pérdidas a las subcuentas de vivienda.

–La pensión del trabajador es intocada, no pierde valor y creo que abre a los futuros pensionados la oportunidad de un mejor entorno. Aquí cuidamos el dinero del derechohabiente y vamos a trabajar intensamente para ver cómo le damos un mejor rendimiento financiero. De eso doy garantía.

En entrevista con La Jornada adelantó que hablará y tendrá mejor comunicación con los derechohabientes, a fin de determinar para qué usarán su crédito y que conozcan los alcances de la reforma.

Ejemplificó que quien tenga la casa que le heredó su abuelo, pero el techo se está cayendo, necesitará un crédito para mejorar el inmueble, pero no querrá comprar una vivienda nueva. Otros querrán ampliarla y para ello hay un producto específico (Mejoravit).

Igualmente analizará el tema con la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) para garantizar que las casas nuevas estén en lugares adecuados.

“Lo que tenemos que hacer hoy es focalizar mejor nuestros productos crediticios y no cerrarnos a uno solo. Durante muchos años pareciera que trabajamos para las constructoras. Se acabó, señores. Conmigo se acabó. Mi obligación ética y moral al frente de esta institución, que es muy grande y poderosa, es trabajar para la demanda. ¿Y quién demanda? Los derechohabientes.

“Debemos ubicar qué le duele al derechohabiente. Eso es lo que tengo que atender, esa es mi obligación, porque son los dueños de esta institución. Aquí no hay recursos fiscales; aquí no hay donación de la fundación patito. Aquí hay dinero de los trabajadores que llega todos los meses. Al diablo con lo demás. Seamos honestos y ser honesto es congruencia.”

El Infonavit, agregó, tiene una historia; ha tenido altas y bajas y ello debe servir para visualizar al instituto de la próxima década, proyectarlo en un país más competitivo y con más actitud emprendedora.

Por ejemplo, si hay más constructores (en los años 70 había 230 constructoras de viviendas de interés social y hoy hay más de 2 mil) pelearán por hacer mejores casas, más cerca de los lugares de trabajo.

Visualizo una década de oportunidades que nos pueda cambiar el rostro y hacernos más libres. El hogar es el epicentro de la vida diaria; en la casa haces todo y pasas por todos los momentos. Entonces, ¿cuál es nuestro compromiso? Hacer mejores hogares, ya sean usados, nuevos, remodelados, como lo desee el derechohabiente.



KC
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