Internacional - Economía

La incertidumbre electoral pesa sobre la economía de Estados Unidos

2016-05-16

"Las empresas van a ser renuentes a invertir o contratar personal si no tienen idea de las...

Por Jeffrey Sparshott, The Wall Street Journal

Donald Trump y Hillary Clinton prometen rejuvenecer la economía de Estados Unidos. Mientras tanto, el proceso de elegir a uno de ellos a la presidencia probablemente la maltrate.

Los dos principales aspirantes a la Casa Blanca, que tienen posturas muy distanciadas en el espectro ideológico, han recetado planes ya sea divergentes o poco específicos sobre comercio, impuestos, inmigración y otras políticas que tienen una influencia profunda en la economía. Eso está alimentando la incertidumbre, algo que no les gusta a las empresas y que resulta inquietante para los consumidores.

“Las empresas van a ser renuentes a invertir o contratar personal si no tienen idea de las políticas futuras del gobierno y si es barato esperar, lo harán”, dice Nicholas Bloom, profesor de la Universidad de Stanford que ha estudiado los efectos de la incertidumbre en la economía.

La evidencia aparece a lo largo de una amplia gama de sondeos y cifras. Bloom desarrolló un índice que vincula la incertidumbre sobre políticas —que a menudo se aprecia antes de las elecciones— con una mayor volatilidad en los precios de las acciones y a un declive en la inversión, la producción y el empleo. Estudios de Wells Fargo resaltan que a partir de 1933 los mercados financieros han tenido un peor desempeño en los años electorales en que un presidente no busca la reelección. Además, encuestas recientes de Bank of America y PricewaterhouseCoopers muestran una mayor ansiedad empresarial ligada a las elecciones.

Cabe aclarar que varias fuerzas con lazos a la política, al planteamiento de medidas y más son responsables de los cambios en la economía. Por ejemplo, la posible salida del Reino Unido de la Unión Europea y los próximos pasos de la Reserva Federal de EU sobre las tasas de interés son considerados por numerosos inversionistas y economistas como factores más significativos.

“La Fed es mucho más importante para la economía global que las elecciones presidenciales en EU”, dice Brian Levitt, estratega de inversión sénior de OppenheimerFunds.

Una acentuada incertidumbre política parece deprimir la actividad económica al menos hasta que una elección finaliza. Bloom estima que una contienda reñida, particularmente entre candidatos con plataformas políticas muy diferentes, reduciría el crecimiento en hasta medio punto porcentual en los trimestres hasta las elecciones. EU tiene poco margen de maniobra ya que durante los tres primeros meses del año, la economía se expandió a una escuálida tasa anual desestacionalizada de 0,5%.

A las empresas hasta “les pueden incluso gustar las políticas de Trump”, dice Bloom. “Es sólo que Trump es tan diferente de Clinton y es tan desconocido que existe una gran nube negra de incertidumbre sobre el horizonte y eso las hará hacer una pausa”.

Una investigación separada del Banco de la Reserva Federal de Filadelfia, que creó su propio Índice de Conflicto Partidista, halló resultados similares que muestran que la contienda política desincentiva la inversión, la producción y el empleo. Marina Azzimonti, profesora asociada de la Universidad Stony Brook y quien ayudó a desarrollar el índice, dice que un gran movimiento en el indicador corresponde con una caída de 1% en la inversión mensual de las empresas que no cotizan en bolsa.

Los mercados también se doblan bajo el peso de las elecciones. Un estudio de Wells Fargo que hizo seguimiento al índice S&P 500 durante el cuarto año de los períodos presidenciales en EU muestra un retorno de 1,2% en un año en que el presidente en funciones no se presenta a la reelección, frente a un retorno de 9,7% durante un año en el que el ocupante de la Casa Blanca busca ser reelecto.

“Puede ser así de diferente entre candidatos y el no estar seguro de hacía dónde irá el país”, dice Tracie McMillion, jefa de estrategia de asignación de activos en Wells Fargo. “Hasta que no esté seguro, puede que aplace sus compras, ya sea consumidor o empresa”.

A esto se suma la falta de claridad sobre qué partido controlará el Congreso y una vacante en la Corte Suprema, lo que hace de 2016 un año excepcional para la incertidumbre política. Empresas de todo tipo, desde fabricantes de autos hasta los de guitarras, han notado los efectos de la hostilidad de la campaña así como un entorno político incierto.

“En el pasado, he observado que cuando hay elecciones muy polémicas (y parece que estamos camino de una de esas este año), los consumidores algunas veces postergan las grandes compras”, dijo a inversionistas el mes pasado Mike Jackson, presidente de AutoNation Inc., el mayor operador de concesionarios de automóviles de EU

Keith Brawley, vicepresidente de ventas globales de Taylor Guitars en El Cajón, California, señala que los años de grandes elecciones son usualmente difíciles para sus clientes. “Las personas son bombardeadas con mensajes negativos de los candidatos”, dice. “El temor, la incertidumbre y la duda que propagan no inspiran a los consumidores a gastar”.

Encuestas recientes corroboran los efectos corrosivos de la actual campaña. Un sondeo de PricewaterhouseCoopers entre empresas que no cotizan en bolsa encontró una mayor preocupación sobre la economía, en parte ligada a una perspectiva regulatoria y legislativa incierta. El patrón se ha repetido en cada una de las últimas tres campañas.

Además, cerca de dos tercios de pequeños empresarios consultados por Bank of America dijo que la elección presidencial afectaría “mucho” o de “alguna manera” su negocio.

“La incertidumbre hace que los mercados y los propietarios de pequeñas empresas hagan una pausa”, manifiesta Robb Hilson, ejecutivo de pequeñas empresas en Bank of America. “Una vez que se deciden las cosas, tienden a adaptarse a la nueva realidad. Espero que ese sea el caso aquí”.



JMRS

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