Migración

Correr, un paliativo para los refugiados en Hong Kong

2016-06-20

Laura MANNERING / AP

Para decenas de refugiados atrapados desde hace años en el meandro administrativo de Hong Kong, correr se ha convertido en algo más que un pasatiempo y supone un respiro que les evita caer en la desesperación.

Los refugiados, procedentes de todo el mundo, huyen de la violencia, que en muchos casos dejó marcas en sus cuerpos. Pero en esta pista de atletismo del sur de la excolonia británica, el pasado se desvanece a medida que aumenta el ritmo cardíaco.

"Siempre estamos pensando. Pero cuando corremos, nos sentimos bien", dijo Dawud a la AFP, que llegó hace cuatro años y medio desde el Oriente Medio.

Para Dawud, correr es un gran paliativo. Cada semana, aprovecha el entrenamiento organizado por la ONG "Free to Run" (Libre para correr) para conocer a gente nueva y olvidar.

Hong Kong, zona administrativa de China desde 1997, no concede ningún estatuto de refugiado a los migrantes que deben esperar, a veces durante años, a que un tercer país quiera acogerlos.

Entretanto, no pueden trabajar legalmente y viven en alojamientos que les proporcionan las autoridades y gracias a la ayuda de asociaciones.

"No debo quedarme en mi casa, es necesario estar ocupada. Correr me ayuda a avanzar", contó Naina, que huyó del sur de Asia hace 12 años.

"Ahora me siento capaz de hablar con la gente, mientras que antes estaba encerrada en mí misma", dijo.

- Romper el aislamiento -

Free to Run se creó con la misión de utilizar las carreras y otros deportes para que las mujeres procedentes de zonas de conflicto retomasen la confianza en ellas mismas. Desde hace un año, la ONG organiza entrenamientos mixtos, junto a la asociación local Justice Center.

Actualmente 28 corredoras están inscritas. La mayoría empieza por excursiones en las colinas que dominan la bahía de Hong Kong y cuando se sienten con ganas pasan a los entrenamientos en pista.

Hong Kong no permite a los refugiados instalarse permanentemente, ya que no ha firmado la Convención de la ONU sobre los refugiados.

Sin embargo, está sujeta a la Convención de la ONU contra la tortura, que prohíbe repatriar a personas que corren el riesgo de sufrir suplicios en sus países.

Eso obliga a las autoridades a transmitir los informes sobre los migrantes que presentan ese riesgo al Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), a fin de que este les encuentre un país de acogida.

A Adam, que huyó de Somalia tras el asesinato de su hermano hace tres años, correr le permite pasar el tiempo, mientras avanza su tramitación del estatuto de refugiado. "Me siento seguro (en Hong Kong) pero estoy nervioso por lo que vendrá", desveló.

También es una manera de romper con el aislamiento, ya que "aquí estamos juntos y hablamos, es mucho mejor que quedarse en casa rumiando", explicó.

- Precariedad -

Las oenegés denuncian que hasta los migrantes cuya demanda de asilo es aceptada viven marginados en Hong Kong.

"No pueden integrarse, no pueden obtener un domicilio y no tienen permiso de trabajo", denuncia Victoria Wisniewski Otero, del Justice Center.

"Esta precariedad les quita toda confianza en sí mismos".

Las autoridades justifican los plazos por la necesidad de examinar con rigor las demandas, para evitar una "llegada masiva" de posibles inmigrantes clandestinos.

Hay actualmente 11,000 demandas de asilo temporal en espera en estudio en Hong Kong, según el ministerio de Inmigración, que precisa que se necesitan por lo menos 25 semanas para examinar un informe. Un plazo que muchos consideran en realidad mucho más largo.



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