Internacional - Seguridad y Justicia

Un nuevo dolor de cabeza para los Olímpicos de Rio: Estado Islámico

2016-06-24

Estado Islámico empezó a publicar propaganda digital en portugués, presentando...

Reed Johnson y Rogerio Jelmayer, The Wall Street Journal

SÃO PAULO—Estado Islámico empezó a publicar propaganda digital en portugués, presentando una amenaza aparente y un nuevo desafío a las fuerzas de seguridad brasileñas a seis semanas de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro.

Las publicaciones, que han aparecido en páginas web encriptadas y una plataforma de mensajería instantánea, presentan las creencias del grupo militante radical, también conocido como ISIS o ISIL. La agencia de inteligencia brasileña, ABIN, le dijo a The Wall Street Journal el miércoles que el canal de ISIS en portugués refleja sus “ideologías extremistas”.

“La apertura de este nueve frente de diseminación de información orientado al adoctrinamiento extremista, dirigido a un público de habla portuguesa, aumenta la complejidad del trabajo de confrontar el terrorismo y representa una herramienta adicional para radicalizar a los ciudadanos brasileños”, dijo ABIN en un comunicado de prensa.

Las publicaciones son las amenazas más recientes dirigidas a Brasil o lo que según analistas es más probable, a Estados Unidos y otros participantes en los Juegos Olímpicos, por una organización violenta que se ha atribuido una serie de masacres en París, Bruselas, San Bernardino, Orlando y otros lugares.

Luego de que los atentados de París en noviembre que cobraron 130 vidas, Maxine Hauchard, una integrante francesa de Estado Islámico publicó un tuit con la leyenda: “Brasil, ustedes son nuestro próximo blanco”.

El gobierno brasileño ha indicado en reiteradas ocasiones que, si bien las advertencias son creíbles, el país ya está adoptando todas las medidas necesarias para resguardar la seguridad de los Juegos, que tendrán lugar entre el 5 y el 21 de agosto. Funcionarios brasileños de seguridad e inteligencia señalaron que están monitoreando un número no especificado de brasileños y extranjeros que residen en Brasil y podrían ser simpatizantes de organizaciones terroristas.

“La preocupación con Estado Islámico siempre ha estado en nuestro radar”, dijo Raul Jungmann, el ministro brasileño de Defensa en una entrevista telefónica con The Wall Street Journal. “No tenemos información de ninguna persona que haya recibido entrenamiento, ni de algún miembro de Estado Islámico, que haya estado en Brasil”.

A medida que Brasil lucha contra una recesión económica, un escándalo de corrupción de proporciones épicas y una crisis política en torno al proceso de destitución de la presidenta Dilma Rousseff, el país enfrenta una enorme presión para que los Juegos se desarrollen sin incidentes.

Se espera que 500,000 turistas y atletas, incluyendo 200,000 estadounidenses, lleguen a Rio para presenciar los Juegos. La ola global de atentados terroristas en los últimos años ha generado preocupación de que el fotogénico escenario global que representa Rio sea un blanco irresistible para un grupo terrorista o un terrorista solitario.

Desde los Juegos de Múnich en 1972 en los que 11 atletas israelíes fueron secuestrados y asesinados por integrantes del grupo Septiembre Negro, la planificación antiterrorista ha sido una materia obligatoria para todas las ciudades que organizan el evento. Las preparaciones de Rio, sin embargo, podrían no tener precedente.

Al contrario de lo que ocurre en EU y algunos países de Europa Occidental, Brasil trata al terrorismo mayormente como un asunto criminal, no militar, y la principal entidad encargada de combatirlo es la policía federal, en lugar del Ejército.

Sin embargo, decenas de miles de soldados reforzarán las fuerzas de seguridad de Rio para los Juegos Olímpicos. El país planea desplegar unos 85,000 policías federales y miembros de las Fuerzas Armadas, más del doble que el personal utilizado en las Olimpiadas de Londres en 2012. Brasil también ha formado un amplio equipo para hacer frente a los atentados cibernéticos.

Funcionarios de Defensa dicen que están en contacto con las autoridades estadounidenses y los servicios secretos de Inglaterra, Francia, Israel y Rusia.

Hasta el momento, agregan, no se han producido indicios creíbles de que se planifique un ataque terrorista.

“No tenemos ninguna evidencia, hasta este momento, que nos conduzca a un nivel de preocupación, que genera alarma. Pánico”, señaló Sergio Etchegoyen, ministro de Seguridad Institucional, quien está a cargo de ABIN, el equivalente brasileño de la CIA estadounidense.

Las autoridades brasileñas han enfatizado que el país tiene pocos enemigos y casi no participa en guerras extranjeras, por lo que es un blanco terrorista improbable.

Harold Trinkunas, analista latinoamericano y de seguridad de Brookings Institution, un centro de estudios de Washington, señaló que Brasil “ha realizado un gran trabajo de integrar a los inmigrantes… de Medio Oriente”.

“Estas comunidades han adquirido una identidad mucho más brasileña”, manifestó. “No tienden a estar radicalizadas por los temas que generan conflicto en Medio Oriente”.

Otros analistas son menos optimistas.

“Esta idea (de neutralidad) es irrelevante para los extremistas”, dijo Andre Luis Woloszyn, especialista de contraterrorismo que trabajó en el palacio presidencial brasileño a fines de los años 90. “”Lo que les interesa es el impacto mediático”.

Woloszyn agregó que los informe de inteligencia indican que hay “alrededor de 100” individuos radicalizados que viven en Brasil, incluyendo algunos que han jurado lealtad a ISIS.

Otros analistas señalan que las enormes fronteras de Brasil y un acceso expedito a las armas, facilitado por el narcotráfico, dejan al país en una posición vulnerable.

Durante varios años después de los atentados contra las Torres Gemelas en Nueva York el 11 de septiembre de 2001, los servicios de inteligencia de EU volcaron su atención a la triple frontera entre Brasil, Argentina y Paraguay. Analistas de seguridad aseveran que la región ha sido durante mucho tiempo un lugar propicio para el narcotráfico, el tránsito de armas y el lavado de dinero. Su importante población de inmigrantes sirio-libaneses también convirtió a la región en un objetivo de recaudación de fondos del grupo militante Hezbolá.



JMRS