Internacional - Política

El mar de China Meridional, una caja de pandora en la reunión de la ASEAN

2016-07-25

La corte de La Haya, además de rechazar las reivindicaciones históricas chinas,...

Vientián, 25 jul (EFE).- El contencioso territorial en el mar de China Meridional entre Pekín y algunos países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) se ha convertido en la caja de pandora en la reunión que el bloque celebra en la capital de Laos.

Entre hoy y mañana, los ministros de Exteriores de la ASEAN se reunirán con sus homólogos de otros países, como el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el canciller chino, Wang Yi, así como los cancilleres de Japón, Australia y Corea del Norte.

Los ministros de la ASEAN se han mostrado conciliatorios con China, la segunda economía mundial y su principal socio comercial, para no provocar un desaire diplomático.

El canciller chino se reunió hoy con sus homólogos de la ASEAN y a la salida dijo en rueda de prensa que han pasado página tras el fallo de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya, hace casi dos semanas, a favor de Filipinas y en contra de las "reivindicaciones históricas" de Pekín por la soberanía del atolón Scarborough y algunas islas del archipiélago Spratly, situados en el citado mar.

En un comunicado conjunto, ambas partes se comprometieron a garantizar la estabilidad en el citado mar mediante "consultas amistosas" bilaterales, lo que satisface la negativa de Pekín a cualquier negociación multilateral.

Wang también acusó a "fuerzas externas", en alusión a Estados Unidos sin mencionarlo expresamente, por la militarización y la inestabilidad del disputado mar.

La corte de La Haya, además de rechazar las reivindicaciones históricas chinas, estableció que en las Spratly no hay islas, sino islotes y peñones a los que no se les reconoce zonas económicas exclusivas, y acusó a los pesqueros chinos de causar daño ecológico.

Filipinas recibió el fallo como una victoria ante el gigante chino, al tiempo que abogó por una salida negociada.

Lin Shuo, un comentarista de la agencia china Xinhua, señaló a Efe que la corte de La Haya carecía de legitimidad, ya que los jueces encargados del proceso habían sido elegidos por Shunji Yanai, un magistrado japonés al que definió como un "político del ala derecha" con prejuicios contra China.

"Por lo tanto, el asunto no es si China se somete a la ley, puesto que la corte es ilegal y rompe el orden internacional", puntualizó Lin.

El comentarista argumentó que han ejercido jurisdicción formal sobre las islas que reclaman en el mar de China Meridional desde la dinastía Han (hace más de 1,500 años), y añadió que hay "muchos libros, documentos y monumentos para probarlo".

China dibujó en 1947 el llamado mapa de "la línea de los nueve trazos" que incluye como territorio nacional todo el archipiélago Paracel, reclamado por Vietnam, y las Spratly, también reivindicadas total o parcialmente por Filipinas, Vietnam, Malasia y Brunéi.

Taiwán, que se considera la auténtica China, mantiene en la región las mismas reclamaciones que Pekín.

El mar de China Meridional contiene un tráfico marítimo de bienes anual valorado en 5 billones de dólares (4,5 billones de euros), así como 11,000 millones barriles de petróleo, y grandes caladeros de pesca y potenciales yacimientos de petróleo y gas.

China, que se tomó como un desafío el "giro hacia Asia" anunciado por Estados Unidos en 2012, ha construido islotes artificiales, bases de helicópteros, carreteras y un sistema de misiles tierra-aire en Paracel y las Spratly.

Pekín ha recuperado al mar unas 1.175 hectáreas en islas o islotes desde 2013, más que el total de terrenos ganados por el resto de los reclamantes en los últimos 40 años, según el Departamento de Estado de EU.

La ASEAN no ha podido desde hace años asumir un frente común en este asunto debido, sobre todo, a la cercanía diplomática de China con algunos de sus miembros, como Camboya y Laos.

Filipinas, uno de los países que más se ha movido diplomáticamente para movilizara la ASEAN contra China, apuesta últimamente por una solución pacífica e incluso llegó a ofrecer un acuerdo para la explotación conjunta de los recursos en el mar, sin comprometer sus posturas sobre la soberanía.

"Una guerra no es una opción. Así que ¿qué queda? Conversaciones pacíficas", dijo la semana pasada Rodrigo Duterte, el presidente de Filipinas.



JMRS
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