Como Anillo al Dedo

Los Juegos olímpicos que tienen que ser un éxito

2016-07-28

Brasil se encuentra sumido en la peor crisis económica de este siglo, y a finales de este...

Por Alexander Thoele, swissinfo.ch

En unos días inician los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Pese a la crisis económica y otros problemas, el optimismo es latente de cara a la gran cita atlética mundial.

Los taxistas cariocas hacen conversación fácil. La pregunta invariable al recoger pasaje en el aeropuerto: ¿De dónde viene? Durante el trayecto, pregunto al chofer sobre su sentir ante el inicio de los JJOO. “No tengo el menor interés. Mire cómo está el tráfico en la ciudad”.

A unos días de la ceremonia de apertura, el 5 de agosto, el clima en Río está lejos del ideal de paz e igualdad, preconizado por el barón Pierre de Coubertin. El 21 de abril, una fuerte ola desprendió la ciclovía Tim Maia en San Conrado, de un costo de 45 millones de reales. Dos personas murieron. Aunque no tenía el objetivo de ser usada en las Olimpiadas, hacía parte de las obras de infraestructura en el marco del encuentro y el incidente se convirtió en símbolo de la duda sobre el buen desarrollo de los JJOO.

Brasil se encuentra sumido en la peor crisis económica de este siglo, y a finales de este 2016 habrá vivido tres recesiones. A esto se suma la “triple epidemia’ del zika, el dengue y la chikungunya. El sistema de salud está a punto del colapso.

Cuando los problemas se vuelven triunfos

“Los visitantes encontrarán una sociedad en donde reinan los conflictos, pero los JJOO, en lo que se refiere a su organización, serán un éxito. De hecho, el gobierno de Río suspenderá la normalidad citadina, es decir, las escuelas estarán cerradas, los negocios, las oficinas gubernamentales, los bancos y otras instituciones. El turista tendrá la impresión de que la ciudad funciona”, explica Christopher Gaffney.

El texano es investigador de la Universidad de Zúrich y vivió seis años en Río, donde fue profesor de un centro universitario. Según Gaffney los JJOO no solo se confrontarán a los problemas políticos y económicos. “La cultura olímpica no está muy extendida en Brasil. No hay una política pública para fomentar las disciplinas olímpicas”, añade. 

Dos proyectos relacionados con las Olimpiadas: la Plaza Mauá y el Museo de Amanhã, al fondo, del arquitecto español Santiago Calatrava.

Pero cuando Río obtuvo el 2 de octubre de 2009 los JJOO la situación era otra. El nivel de aprobación del Gobierno era del 80% de la población, la economía crecía y prácticamente no había desempleo.

Río estaba entonces predestinada para ser la sede de las Olimpiadas. “Era una ciudad que había perdido el derecho de ser la capital; una ciudad que vio salir los sectores económicos hacia Sao Paulo y la política para Brasilia. Era como una princesa un poco abandonada, que requería de una nueva esperanza”, analiza, por su parte, el periodista suizo Ruedi Leuthold, radicado desde hace varios años en Río.

Para el presidente municipal de Río, Eduardo Paes, la decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) no se produjo por azar. “Nuestro gran atractivo no fueron nuestras cualidades, sino nuestros problemas. Las utilizamos para decir que las Olimpiadas significan transformación, pues decidirse por Tokio, Madrid o Chicago, era decidirse por sedes que ya tenían todo”, explica a swissinfo.ch

Y a unos días de la cita, hace un balance positivo. “No fue fácil, pero ahora puedo decir que tenemos un modelo innovador, con inversiones de capital privado y una enorme suma de donativos. Y tenemos estadios muy simples”.

Eco positivo

Esa opinión la comparten los atletas que ya han visto la infraestructura para entrenarse. En Deodoro, un barrio al oeste de la ciudad, algunos participaron en abril en una competición en el Centro Nacional de Tiro. Fue una de 44 manifestaciones de prueba antes de los JJOO.

“Todo es muy moderno y al mismo nivel que conocemos de otras competiciones”, dice Simon Beyeler, miembro de la selección suiza de tiro.

Experto en armas de bajo calibre, el suizo de 33 años consideraba que las expectativas habían sido alcanzadas, especialmente en cuestión de seguridad. “Al llegar al aeropuerto las autoridades controlaron el número de armas y en el centro se guardan bajo llave. Nadie tiene permiso de entrar allí”.

El 13 de abril, el COI confirmaba que el 98% de las instalaciones de la competición, transmisión y hospedaje estaban concluidas. Muchos suizos que viven en Río están convencidos de que ninguna otra ciudad podría ser mejor que la suya para recibir los juegos: “Río es una ciudad en donde la vida pasa en la calle. Con poco o mucho dinero, uno se divierte. La ciudad es como un laboratorio social, tal vez el mayor del mundo, con esa especificidad geográfica: todas las capas sociales están entrelazadas en la vida cotidiana”, explica el artista suizo Walter Riedweg, que vive en Río desde 1998. 



JMRS