Imposiciones y dedazos

Erdogan busca someter a su control Ejército y espionaje

2016-07-29

El presidente ejerce de forma simbólica el cargo de comandante en jefe de las fuerzas...

MARGA ZAMBRANA, El País

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quiere someter las fuerzas armadas y la agencia de inteligencia turcas al control de la presidencia, pese a que el cargo no contempla actualmente poderes ejecutivos. Se trata del enésimo elemento de represalia tras el fallido golpe de Estado del 15 de julio. La mitad de la cúpula de las fuerzas armadas turcas fue reemplazada ayer tras una reunión de cinco horas del Consejo Militar Supremo, el órgano de gestión del principal cuerpo defensor del secularismo turco durante casi un siglo.

Una fuente parlamentaria explicó tras la reunión que la radical decisión se produjo en la reunión del consejo, en el que participaron el primer ministro, Binali Yildirim, y altos mandos de las Fuerzas Armadas.

Sin embargo, el objetivo de Erdogan precisa de una reforma constitucional. El presidente ejerce de forma simbólica el cargo de comandante en jefe de las fuerzas armadas, pero el artículo 117 de la Constitución establece que el jefe del Estado Mayor “será responsable ante el primer ministro en el ejercicio de sus deberes y atribuciones”.

Subordinar la cúpula castrense al control directo del presidente exigiría una reforma que requiere una mayoría de dos tercios en el hemiciclo, algo que con el reparto actual de escaños exigiría un acuerdo del islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en el poder) con el socialdemócrata CHP, el mayor de la oposición.

A última hora de la tarde todavía no se habían comunicado oficialmente los resultados de la reunión del Consejo Supremo Militar, un organismo compuesto por una decena de generales de máximo rango, y que decide habitualmente sobre ascensos y promociones en las fuerzas armadas. Los analistas esperan que los mandos expulsados sean reemplazados por cargos de inferior rango.

Bajas forzosas

Por primera vez, el encuentro tuvo lugar en la oficina del primer ministro en lugar del cuartel general del Ejército, y contó con la participación del ministro de Defensa, Fikri Isik.  Horas antes de empezar la reunión, el Gobierno destituyó por decreto a 149 generales y almirantes por sospechas de vínculos con la cofradía del predicador Fetulá Gülen, exiliado en Estados Unidos, al que Ankara responsabiliza del fallido golpe militar del pasado 15 de julio, aunque él lo niega.

En total, el número de militares expulsados del cuerpo alcanza 1.684 personas; el grueso pertenece al Ejército de Tierra, con 87 generales, 726 oficiales y 256 suboficiales expulsados.

También han sido obligados a dejar su cargo 32 almirantes y 122 oficiales y suboficiales de la Marina, así como 30 generales de las Fuerzas Aéreas junto a 431 cargos inferiores.

El número total de purgados tras el golpe supera ya las 65,000 personas, entre destituidos (unos 50,000) y (detenidos unos 16,000). Entre los detenidos 10,000 son militares, 2,900 policías y 2,100 jueces y fiscales.

Entre los suspendidos de funciones, la purga más importante afecta al sector de la Educación, con 42,000 bajas. Turquía cuenta con el segundo mayor Ejército de la OTAN, con más de 700,000 efectivos; sólo el 1,5% participó en la rebelión.



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