Vox Populi

Muchas preguntas, pero no hay respuestas

2016-08-18

En nuestro eterno subdesarrollo, no sólo político, económico y social, sino...

Ing. Mario Tovar Lang

Héme aquí tratando, ya no de entender, sino de vislumbrar que carajos está pasando en el país y con el país. ¿ El narcotráfico ya está totalmente infiltrado en las altas esferas políticas y empresariales ? ¿ Qué papel juegan, en éste absurdo juego, el Ejército, la CIA, la Armada, la DEA, la Secretaria de Gobernación, la Policía Federal, Los Gobernadores, el Narcotráfico, las policía estatales y municipales? Me “cái” que ya no entiendo naaada.¿ Y el PRI, el PAN y el PRD ? ¿ Serán puros paleros, igual que el Legislativo y el Judicial, de nuestro H. sistema presidencialista ? ¿ Y el Clero político ? ¿ Todos ellos a qué intereses responden ? Es decir, ¿ quién contra quién ? ¿ Quienes son los buenos ? ¿ Quienes los malosos ?. ¿ Y las infelices ratas de los bancos ? A todo este desmadre sazónalo con la carestía, la inflación, la cartera vencida, la inseguridad, la violencia, las Reformas que no arrancan, la contaminación, la deuda externa e interna, la devaluación, la baja (¿catastrófica?) en los precios del petróleo crudo,  y,  ¿ qué tenemos? ¿Una Bomba de tiempo ? ¿ Explotará o habrá más represión de parte del gobierno?  ¿ Porqué o quien permite tamaña barbaridad ? ¿ Fue un plan con maña de los gringos para meternos con calzador el TLC? ¿ Es incapacidad y corrupción galopante de nuestro sistema en el cuál estamos inmersos todos ? O simplemente, ¿ es que todos los mexicanos somos una bola de agachados, amátridas y no tenemos redención ? ¿ Será una lucha por el poder entre los nuevos tecnócratas yuppis liberaloides y harvardianos, y los tiranosaurios que no se resignan a perder sus cuotas de poder ? ¿ O será una mezcla de todos los anteriores ingredientes ? Como ven hay un chingo de preguntas, pero no hay respuestas. Por lo menos lógicas. Les agradecería que si tienen algunas respuestas mes las hagas saber.

El hecho es que vivimos en un país con una de las economías más abiertas del mundo coexistiendo con un sistema de gobierno del más puro corte salinista. Pocos pueblos, en la historia de la humanidad, han soportado y tolerado tamaña ignominia.

A cuatro años del nuevo gobierno estamos a un punto del colapso. Económico, político y social. Estamos en la fase de “sálvese el que pueda”. El gobierno cubriéndose las espaldas y pagando religiosamente los intereses de la monstruosa deuda a los agiotistas internacionales y pasándole la cuenta de los errores del sexenio pasado, con su mentadas Reformas, a los más jodidos, es decir, al pueblo, es decir, a ti, a mí, a tu familia, a la mía, a la de tu vecino, a la de los obreros, a la de los campesinos, a la de la clase media, a la de la clase alta, a todos. Excepto, claro está, a la familia feliz. Al círculo íntimo. A los de la lista del Forbes. Los empresarios, la iniciativa privada (qué está privada de iniciativa) jalando agua hacia su molino y despidiendo masivamente a su personal y ¿ quién paga la cuenta ? El pueblo, los jodidos. Los Bancos, ah! los bancos Ventajosos, agiotistas, destruyendo patrimonios forjados durante muchos años, cobrando tasas de interés criminales y no obstante, por su voracidad y falta de cultura financiera, lavando dinero de los Narcos,  a un paso de la quiebra. ¿ y quién paga la cuenta ? Pues para variar, el pueblo, los jodidos.

¿Y qué hacemos los jodidos ?¿ Qué hace el pueblo ? Pues aguantar, solapar, tolerar y envilecerse más y más en una odiosa pasividad cristiana mal entendida; en regodearnos en la subcultura del chisme y del rumor; en despreciar al pobre, al inculto, al de la piel más oscura, es decir, al naco, al campesino, al indígena. Envidiando al rico, al güero, a” la american way of life”; sin pensar, por un momento, que para los Wasp’s todos los latinoamericanos somos “sudacas” despreciables, incivilizados y grasientos. Sobrepoblando el planeta y bocabajeando a la mujer. A estas alturas de los desastres de la explosión demográfica, la concientización, la educación sexual y la información sobre planeación familiar son palabras muertas. Las consecuencias son espantables. Nacen millones de niños no deseados, condenados a una existencia infrahumana.

Los problemas de desnutrición, mortandad, agotamiento de recursos, falta de aire limpio y de agua resultan descomunales. La falta de empleos conduce a la miseria y a la inestabilidad social y es imposible de dotar de servicios públicos dignos frente a una multiplicación ciega e insensata de la población. Los gringos ya han dicho claramente que no quieren más inmigrantes mexicanos, por lo que esa válvula de escape se le cierra a México. El problema de México es de los mexicanos, no de los gringos, y nada que no hagamos nosotros por nosotros mismos lo va a hacer el extranjero. ¿ Qué clase de país le vamos a dejar a nuestros hijos y a nuestros nietos ?

La educación es un berenjenal que mueve a compasión y a risa; los bancos se han dado un festín con la vida y el sufrimiento de cientos de miles de mexicanos, con la complacencia de Hacienda, El Banco de México, la Comisión Nacional de Valores, la de Derechos Humanos y cualquier otro organismo que la burocracia haya inventado.
     
En México se tortura, hay corrupción y toda la gama de crímenes imaginables, no solo por maldad y avaricia de los malosos, sino también por impunidad, ineptitud e impreparación de los encargados de impartir justicia. El relajamiento del Poder Judicial forma parte del deterioro del sistema político mexicano, que al parecer ya nadie puede parar. Los Gobernadores de Sonora, Chihuahua, Veracruz, Tamaulipas, Michoacán,  Oaxaca, Chiapas, Quintana Roo y Guerrero desafían abiertamente al Presidente de la República, es decir se lo pasan por abajo del arco del triunfo, con sus acciones casiquiles, autoritarias y dictatoriales y equivocadas. El asesinato a mansalva de 43 estudiantes en Iguala,  deja indiferentes a todo el mundo.

El clima social, no importa de cual franja se trate, es el propio de los velorios. Nadie que no se llame Azcárraga o Slim tiene confianza en el presidente ni en el futuro. La gran mayoría se ha refugiado en el alcohol, que ha tenido un alza en el consumo semejante a la de Rusia. Para nadie es un secreto que la tasa de suicidios y de enfermedades psicosomáticas tiene una alza impresionante.    

Pero si es tan grave la situación y tan poderoso el gobierno como dice ser, ¿por qué no puede poner orden? ¿Por qué no hace intentos, así sean desesperados y aberrantes, como crear una policía que vigile a la policía, a los gobernadores y demás fauna gorilesca? ¿Será que no quiere o que no puede dar solución al problema? ¿Será que Peña Nieto, enfermo, no puede con el paquete y mucho menos su actual Gabinete?
     
Para acabarla de joder, en nuestro eterno subdesarrollo, no sólo político, económico y social, sino moral e intelectual, todo atisbo de lucha contra la miseria, la injusticia o la represión, se sigue calificando de “marxista” o “comunista” igual que en la guerra fría, o ¿no fue así en el 68 con Díaz Ordáz y en 71 con Echeverría?. Pero exigirle mayores sacrificios a un pueblo doblegado es una de las grandes inmoralidades de nuestra historia mexicana.

El tiempo de la esperanza ha terminado. Estamos en la nueva frontera de un capitalismo a ultranza que ha dado al traste con el compromiso social de las viejas economías e impuesto la ley del dinero como finalidad en sí misma. Para el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional dirigentes de éste peculiar totalitarismo, no hay mas que una advertencia: sálvense quien pueda de la miseria, del desempleo y de la crisis demográfica; lo demás, a su suerte.
     
La palabra Holocausto suele recordar el asesinato de seis millones de judíos por los nazi de Hitler o la “purga” de cinco millones de anticomunistas por el Stalinismo. Y desde ahora significará también la condena a la inanición de cuarenta millones de mexicanos por parte de nuestro “sacrificado” gobierno aliado, por un puñado de dólares, con el fundamentalismo monetarista internacional.
     
Espero no sonar pesimista, ni catastrofista, pero  algo se percibe en el ambiente, algo hay en el aire de éste país con un olor horrendo: el olor de la sangre. No pretendo anticipar desgracias, ni, mucho menos, sembrar el pánico. Sólo es que percibo a la gente inquieta, desatinada, herida, rabiosa y con el ánimo aterido. Es un malestar que no es necesariamente racional, pero tampoco necesariamente falso. Es algo así como el desasosiego que invade a los animales cuando perciben la inminencia de un terremoto, de una inundación o de un gran incendio en el bosque.

Son ya muchos meses viviendo dentro de una nota roja que abarca todos los órdenes ( y desórdenes) de nuestra vida pública y privada y que lejos de amainar y esclarecerse, va apretando su “tenebra” y su tiniebla; va aumentando su nómina de crímenes que, con excesiva facilidad, se atribuyen a ese borroso ente maligno llamado el narco, o a las fuerzas oscuras, o a un grupo muy pequeñito de malosos y se va volviendo más amenazante, más ominosa e ilegible. Estamos como diría Agustín Yañes, al filo del agua; en el borde mismo de una violencia generalizada e incalculable. Mi esperanza es que la mayoría de la gente piense que, ante la violencia, la descomposición y la irracionalidad, siempre se puede hacer algo.
     
¿ Qué se puede hacer? Se puede la alegría, se puede la tolerancia, se puede el amor, se puede la inteligencia, se puede la imaginación, se puede la decencia; y con todos estos ingredientes se puede crear un frente amplio, mayoritario, de rescate nacional en el que nos encontremos- ideologías aparte, preferencias sexuales aparte, creencias religiosas aparte, color de la piel y origen aparte -todos los que no creemos en la violencia; todos los que ya estamos hartos de vivir amenazados y secuestrados por la crisis permanente; todos los que creemos que nuestro país no es mejor ni peor que ninguno, pero que merece la justicia que nunca ha tenido, el respeto que nunca ha conocido, la decencia que es patrimonio de sus mayorías y la dignidad que unos cuantos y durables infames le han prostituido.

Vámonos juntando, vámonos organizando; vamos posponiendo nuestras absurdas rencillas y hagámonos políticos. No es posible que esto sólo esté al alcance de unos partidos políticos corruptos, en contubernio con el Ejecutivo, y viendo solo por sus intereses. No es posible que la gente de bien, que es mayoría en éste país, termine siempre avasallada por unos cuantos que, escudándose en los colores de nuestra bandera, o en sus paquetes accionarios que no tienen color, o en sus dólares recién lavados, o en sus compromisos con los intereses sin patria y sin moral, han tomado a éste país por asalto y lo disfrutan ( lo corrompen, lo postran, lo saquean ) como patrimonio personal. La violencia ahí está. ¿ Qué hacemos ? Pero como diría Carlos Fuentes: “La historia y la felicidad no suelen coincidir, por lo cual hay que mantener la utopía y la ilusión en una posibilidad de afianzamiento de la libertad”



JMRS