Trascendental

El Hijo del Hombre

2016-09-21

De los títulos aplicados a Nuestro Señor Jesucristo en el Evangelio, ninguno aparece...

Enrique Cases

¿Por qué Jesús se llamaba a si mismo “El Hijo del Hombre”?

En el estudio de la Biblia está la respuesta

De los títulos aplicados a Nuestro Señor Jesucristo en el Evangelio, ninguno aparece tan frecuentemente como el de "Hijo del Hombre". En muchas partes Jesús revela este misterioso nombre en sus conversaciones y su predicación. A pesar de ser un título que se menciona tantas veces, no es fácil comprender qué significa exactamente. Esto no debe sorprendernos, porque aún los contemporáneos de Jesús se intrigaban ante este título e incluso decían "¿Quién es este Hijo del Hombre?" (Jn 12 34)

La pregunta no ha perdido vigencia a lo largo de los siglos y aún hoy seguimos preguntándonos a qué se refería Jesús se describía a si mismo con el título de "Hijo del Hombre".

En primer lugar explicaremos que Jesús no fue el primero o el único en usar esta expresión. De hecho, aparece más de 100 veces en el Antiguo Testamento.

En muchos contextos significa "ser humano" o "simple mortal" (Num 23 19; Job 25 6; Sal 8 4; Si 17 30), y puede aplicarse a hombres como el profeta Ezequiel (Ez 2 1-3) o Daniel (Dn 8 17). En algunos pasajes del Evangelio parece que Jesús habla de sí mismo en dicha forma para enfatizar su total solidaridad con la humanidad. En este sentido Jesús es el "Hijo del Hombre" porque posee un cuerpo auténticamente humano (Jn 6 53) y tiene la capacidad de actividades humanas como descansar (Mt 8 20), comer y beber (Lc 7 34), sufrir (Mc 8 31) y yacer en una tumba. (Mt 12 40)

Pero existe algo más, escondido en la expresión "Hijo del Hombre". En ciertos contextos explica posibilidades más allá de las limitaciones humanas. A veces Jesús se refiere a sí mismo, explicando sus prerrogativas divinas. El Hijo del Hombre puede perdonar los pecados (Mc 2:10), suspender el Sabbath (Mc 2 28), juzgar (Jn 5 27) e incluso haber sido enviado desde el Cielo. (Jn 3 31) ¿Jesús pensaba que con este título sus discípulos podrían entender que esta expresión en apariencia tan simple podría reclamar potestades tan grandes?.

La respuesta a esta última pregunta nos lleva, nuevamente, al Antiguo Testamento. En esta ocasión al Libro de Daniel, donde el profeta describe en un capítulo entero una visión terrible: (Dn 7 1-28)

Daniel ve cuatro bestias que salen del mar, cada una luce más feroz y poderosa que la anterior. Estas criaturas monstruosas representan los imperios paganos notoriamente hostiles a Israel. Instigan a la guerra sin misericordia. Estos monstruos instigan la guerra contra el Pueblo de Dios. De pronto, la escena cambia de la tierra al Cielo, donde la corte celestial está en sesión y el Señor sentado en Su trono. (Dn 7 9).

En Su presencia llega una figura gloriosa, "como un Hijo de Hombre", "alguien parecido a un ser humano" que llegó sobre las nubes del cielo. (Dn 7 13) Este "Hijo del Hombre" fue presentado al Señor (en esta pasaje se muestra a un anciano, motivo por el cual suele representarse a Dios Padre como un hombre mayor y barbado). La corte celestial le otorga poder, honor y el reino de todos los pueblos, naciones y lenguas en un poder eterno que no será destruido.

Con esta coronación, la corte parece pronunciar un veredicto de condena a las cuatro bestias, desvistiéndolas de su poder y quedando bajo el dominio del "Hijo del Hombre" y de los "santos" de Dios (Dn 7 26-27).

Aquí vemos un "Hijo del hombre" que luce más como un divino y glorioso Mesías, muy diferente a un "simple mortal". Él es el Rey del Universo, con autoridad sobre todas las naciones. Es imposible pensar que Jesús adoptara para si mismo este título de "El Hijo del Hombre" sin que nos lleve a la mente a la memorable visión de Daniel.

Jesús hace alusiones indiscutibles a este pasaje de Daniel. (Mt 19 28; 24 30; 25 31) En estas ocasiones, vemos a Jesús enseñando a sus discípulos por medio de las Escrituras acerca de su propia realeza y de la autoridad que tiene para triunfar sobre el mal. Aún en su propio juicio ante el Sanedrín, Jesús dice a sus acusadores que es el Hijo del Hombre y que su padre le brindará el trono celestial (Mt 26 62; Mc 14 62).

El "Hijo del Hombre" es una expresión que nos dice mucho sobre el Mesías y su misión. Sus raíces en el Antiguo Testamento pueden mostrarnos la versatilidad y significados completos. Este título, además, nos eleva a los humanos y mortales a una promesa gloriosa para estar junto al Padre. Entonces "¿Quién es este Hijo del Hombre?" Es Jesucristo, quien conquistó al demonio y que ahora está en el Cielo, ejerciendo su poder sobre Israel y todas las naciones de su Reino Universal, la Iglesia. (Mc 16 19; Hch 7 56; Ap 14 14-16).



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