Migración

La inmigración legal, también en la mira de los políticos de EU

2016-09-21

En este año de elección presidencial, la inmigración ilegal ha sido uno de los...

Por Siobhan Hughes, The Wall Street Journal

El Congreso de Estados Unidos ha debatido sobre cómo otorgar visas temporales a los trabajadores contratados por temporadas, ha sido escenario de enfrentamientos sobre la suspensión de un programa para reubicar a refugiados sirios e iraquíes y no ha llegado a un acuerdo sobre el número de visas que deben otorgarse a los afganos que ayudaron al gobierno durante la prolongada guerra que EU libro en su país.

En este año de elección presidencial, la inmigración ilegal ha sido uno de los temas principales debido a que el candidato por el Partido Republicano, Donald Trump, ha convertido en su caballito de batalla la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México. Pero la gama de enfrentamientos paralelos que se llevan a cabo en las sesiones del Senado, en las reuniones de comité y en las negociaciones a puerta cerrada muestran que no sólo la inmigración ilegal sino también la legal se ha convertido en temas políticos candentes.

La pregunta de cuál es la postura del Congreso estadounidense respecto a la inmigración legal y si la retórica de campaña dirigida a los indocumentados se trasformará en medidas en contra de la llegada de extranjeros, ganó relevancia esta semana en parte debido a una cumbre de Naciones Unidas sobre refugiados que comenzó el lunes. Pero incluso antes de esta reunión, en la que los líderes mundiales han acordado negociar un pacto global en 2018 para compartir la carga de proporcionar vivienda y educación a los refugiados, el Congreso se encontraba enredado en ese tema.

La política inmigratoria de EU se ha entremezclado en los últimos años con la aprobación de proyectos de ley de rutina para mantener la financiación del gobierno. Se cree que el Congreso apruebe esta semana una ley interina que retrase hasta finales del año, cuando se espera que se debata una gran ley de gasto, una pelea sobre cuánta gente admitir en EU y bajo qué condiciones.

Incluso un programa que otorga estatus de residente permanente a los extranjeros que inviertan al menos US$500,000 en proyectos que generen empleos de tiempo completo ha quedado atrapado en el debate. Los senadores Charles Grassley y Pat Leahy, Republicano y Demócrata respectivamente, dijeron que el programa, el cual expirará a finales de mes, necesita ser reformado. La semana pasada, el senador republicano John Cornyn le dijo a reporteros que espera que el programa EB-5, como se conoce, sea renovado a través del proyecto de ley interino de gasto. Pero el lunes, sugirió que los esfuerzos por reformar el programa a través de la ley de gasto se habían estancado.

Las fuerzas que impulsan estos enfrentamientos tienen su origen en temores sobre seguridad nacional y económica, lo cual contrasta con la demanda de los empleadores por ciertos tipos de trabajadores y el deseo de algunos legisladores de que EU mantenga su reputación de ser un país de inmigrantes.

“¿Estamos viendo una disminución significativa del apoyo a la inmigración legal? Eso es lo que me asusta, debido a la forma en la que Trump y el apoyo de sus seguidores lo podrían legitimizar”, dijo Tamar Jacoby, presidente de ImmigrationWorks USA, un grupo de presión que representa a varias empresas.

Cada enfrentamiento sobre los diferentes programas de inmigración recibe apoyo y oposición de varias facciones en el Congreso, pero la gente que sigue los programas de cerca ha detectado cambios sutiles en las actitudes políticas.

El viraje más obvio involucra las actitudes respecto a los programas que proveen un estatus legal a personas provenientes de Medio Oriente y Afganistán. Un programa que entrega visas especiales a los afganos que ayudaron a EU durante la guerra en Afganistán, a veces poniendo sus propias vidas en riesgo, es un ejemplo claro. El Departamento de Estado dice que tiene solicitudes de más de 13,000 afganos por estas visas, pero apenas 1.962 visas disponibles al lunes, a menos de que el Congreso incremente el número. Los legisladores también deben extender el programa, el cual expirará el 31 de diciembre.

“Hubo mucha más resistencia este año de la que hemos visto antes. Siempre habíamos podido llegar a un acuerdo y esta vez no lo logramos”, dijo la senadora demócrata Jeanne Shaheen, quien junto a su colega republicano John McCain fueron bloqueados hace unos meses cuando trataron de impulsar la renovación del programa y sumarle 2,500 visas.

“La retórica antiinmigrantes de Donald Trump ha tenido un efecto negativo en las perspectivas de muchos votantes sobre las contribuciones que históricamente han hecho los inmigrantes”, dijo.

Jennifer Quigley, una defensora de los refugiados de Human Rights First, dijo que tales programas solían obtener el apoyo de ambos partidos. Pero la actitud cambió después de los ataques terroristas en París y San Bernardino, California y le preocupa que las bombas puestas el fin de semana en Nueva York y la captura de un ciudadano estadounidense de origen afgano en relación con el atentado aumente la oposición a la inmigración.

“Esta reacción visceral automática de prohibir la entrada a refugiados, no es adecuada”, dijo Quigley. “No se debe prohibir la entrada a niños pensando que en 20 años quizás se radicalicen y como adultos hagan cosas horribles”.

Las empresas que tratan de importar mano de obra dicen que la oposición no ha sido tan grande en lo que se refiere a que llegan para realizar trabajos específicos. El año pasado, el Congreso aprobó una ley de gastos de fin de año que tuvo el efecto de elevar el límite de visas otorgadas a los trabajadores por temporada, a pesar de la oposición de los conservadores de la Cámara de Representantes. Pero las empresas también señalan que el senador republicano Jeff Sessions, que ahora es un alto asesor de Trump, se ha convertido en una poderosa voz en el Congreso en contra de la inmigración.



JMRS