Migración

El programa de visas para inversionistas en EU está a punto de expirar

2016-09-22

Un controvertido programa de visado de Estados Unidos diseñado para atraer inmigrantes...

Eliot Brown, The Wall Street Journal

Una estipulación clave del programa EB-5, que otorga residencia permanente a extranjeros que invierten al menos US$500,000 en ciertos negocios, está por caducar el 30 de septiembre, si bien este martes el Congreso parecía listo para darle una extensión de corto plazo hasta después de la elección presidencial.

El programa ha ganado mucha popularidad en los últimos años entre los desarrolladores de bienes raíces, que lo han utilizado para financiar algunos de los proyectos más prominentes en EU, incluido el gigantesco complejo Hudson Yards que se erige en el sector occidental de Manhattan en Nueva York. El principal atractivo son los préstamos de bajo costo que proveen inversionistas extranjeros —principalmente de China— que pueden ahorrarles a los promotores inmobiliarios cientos de millones de dólares en costos de financiamiento.

El programa, sin embargo, ha sido blanco de críticas. Acusaciones de fraude han empañado numerosos proyectos, incluido un resort de esquí en Vermont, que han dejado a los inversionistas sin su dinero, ni una visa como consecuencia de las regulaciones laxas. Asimismo, han predominado los proyectos de lujo en zonas urbanas prósperas que están usando una parte del programa que estaba dirigida a áreas rurales y con altas tasas de desempleo. Esta práctica —considerada una manipulación debido a que los desarrolladores delinean distritos especiales que vinculan sus proyectos con barrios con mucho desempleo que a veces están ubicados a kilómetros de distancia— ha dificultado la recaudación de fondos en zonas con problemas económicos, afirman profesionales que trabajan con las visas EB-5.

Los legisladores estadounidenses han alcanzado un acuerdo sobre medidas para limitar el fraude. No obstante, en el último año, los desarrolladores urbanos y sus aliados en el Congreso, principalmente los senadores Charles Schumer, demócrata por Nueva York, y John Cornyn, republicano por Texas, han impedido intentos de redefinir el beneficio para que muchos de los rascacielos de lujo no cumplan con los requisitos.

Schumer ha aseverado que las inversiones crean trabajos a lo largo de las ciudades, sugiriendo que no había necesidad de distinguir entre barrios pobres del Bronx y el centro de Manhattan. Otros importantes legisladores, incluidos los líderes demócratas y republicanos de los comités de judiciales del Senado y la Cámara de Representantes, discrepan y buscan impedir el predominio de desarrolladores urbanos en el programa.

Un proyecto de ley presentado en la cámara baja este mes reservaría 4,000 de las 10,000 visas EB-5 otorgadas al año para proyectos en zonas rurales y de bajos ingresos determinadas por el censo.

“Los hechos dejan claro que este programa necesita desesperadamente una reforma estatutaria y regulatoria”, dijo el representante Bob Goodlatte, republicano por Virginia, en un comunicado al anunciar el proyecto de ley.

Muchos promotores inmobiliarios están presionando para que haya menos restricciones, y una solución intermedia parece estar lejos de alcanzarse.

Se han propuesto múltiples ideas para cerrar la brecha, pero pocas han tomado fuerza. Las propuestas incluyen un aumento de la cantidad de visas y restringir el beneficio dirigido a zonas rurales y con alto desempleo y enfocarse solamente en áreas con índices de pobreza muy altos.

En tanto, por primera vez en años, la popularidad del programa parece estar cayendo. Pese a que las solicitudes de visa de inversionista alcanzaron un máximo de 14.373 en el año fiscal federal que terminó en septiembre de 2015, en los primeros nueve meses del actual año fiscal la cifra llegaba a 8.638, lo que de seguir así representaría un marcado descenso anual. El menor ritmo ha sido atribuido a una serie de factores, entre ellos la incertidumbre sobre la renovación de la legislación y la lista de espera de varios años que ha creado el programa, que alcanzó su capacidad máxima de 10,000 visas por primera vez en 2014.

Además, una desaceleración de la economía de China y las restricciones del gobierno para sacar dinero del país han perjudicado la demanda, recalca Nicholas Mastroianni II, presidente ejecutivo de U.S. Immigration Fund, una de las mayores empresas que trabajan con desarrolladores para conseguir inversionistas de EB-5.

“Es una combinación de imprevisibilidad” y factores económicos, afirma. “Vemos un debilitamiento en el mercado”.



JMRS
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