Religión

Los católicos caldeos llevaron su sufrimiento ante el papa

2016-09-30

Cristina Cabrejas

Tiflis, 30 sep (EFE).- Francisco se ha convertido hoy en el primer papa en entrar en una iglesia caldea, la de San Simeón en Tiflis, en Georgia, en un gesto de cercanía con una comunidad católica que vive una dura persecución por los integristas islámicos tanto en Irak como en Siria.

"Él no puede venir a visitarnos por la situación difícil y dramática que estamos viviendo, así que seremos nosotros los que iremos hasta él", dijo hace unos días el patriarca de Babilonia de los Caldeos, Louis Raphael I, al anunciar que al menos 13 obispos de esta Iglesia viajarían a Georgia.

Francisco ha asegurado en varias ocasiones su gran deseo de poder mostrar su cercanía a los cristianos y católicos que están viviendo grandes dificultades con una, imposible, visita al norte de Irak,

Por ello, no dudó en aprovechar su viaje a Georgia para elegir la iglesia de san Simeón Bar Sabbae como una de las etapas de su viaje a este país para encontrar a los asirios y caldeos, dos de las Iglesias más antiguas y que aún hablan en arameo, el idioma de Cristo.

Para la ocasión han llegado 13 obispos caldeos de Irak, que acaban de celebrar su sínodo en Erbil, en la zona del Kurdistán iraquí, y que hoy recibieron del papa la esperanza de que llegue la paz a sus países y poder, al menos, permanecer allí.

Estos obispos llegan después del Sinodo que han realizado la semana pasada y en la que han afrontado el éxodo de los cristianos de Oriente Medio, pero también la polémica por la "huida" de los sacerdotes católicos caldeos.

Muchos de ellos, huyendo de la persecución han encontrado cobijo en las importantes comunidades caldeas de Estados Unidos, pero han dejado solas así a las católicos en Irak y en Siria.

A estos sacerdotes "rebeldes", desde Erbil se les ha ordenado que vuelvan a sus diócesis y no abandonen a sus fieles que viven enormes dificultades.

También se ha criticado además que muchas parroquias caldeas se hayan prodigado en la ayuda a los refugiados y ofrezcan cobijo a quienes huyen de la guerra, mientras otras no han hecho nada.

El Estados Islámico ha ordenado la destrucción de todos los templos católicos en Siria y en las zonas conquistadas de Irak, la última la iglesia dedicada a María, conocida como la iglesia del Reloj, en Mosul, que saltó en abril por los aires.

En Georgia viven unos 10,000 caldeos y asirios, que llegaron al Caucaso en diferentes migraciones y que conviven en total armonía con la mayoría ortodoxa.

E incluso al lado de esta iglesia, dedicada a un santo copto que vivió en Egipto, se encuentra un centro cultural donde se enseñan las antiguas tradiciones cristianas, la cultura asiria y el arameo

Pero hoy en la Iglesia de san Simeón no sólo estuvieron representados los católicos de estas Iglesias Orientales, sino todos los caldeos y asirios perseguidos.

A ellos, el papa dedicó su oración cuando recordó "los sufrimientos de tantas víctimas inocentes: los niños, los ancianos, los cristianos perseguidos" y a "quienes viven en la incertidumbre: los exiliados, los refugiados y quienes han perdido el gusto por la vida".

E la plegaría, papa también pidió por "los pueblos en guerra para que aprendan el camino de la reconciliación, del diálogo y del perdón".

"Haz experimentar el gozo de tu resurrección a los pueblos desfallecidos por las bombas: arranca de la devastación a Iraq y Siria; reúne bajo la dulzura de tu realeza a tus hijos dispersos: sostén a los cristianos de la diáspora y concédeles la unidad de la fe y del amor".

Francisco entro en la pequeña iglesia acompañado de cantos en arameo interpretados por mujeres caldeas que llevaban un velo rojo y unos 300 fieles asistieron a la ceremonia.

Tras la oración, rodeado de los fieles, Francisco liberó en el exterior del templo una paloma como símbolo del deseo de paz.

La avanzada del Estado Islámico en Irak ha provocado cerca de 4 millones de desplazados de los que 120,000 son cristianos, según explicó el patriarca caldeo y ya son casi dos años que esperan volver a sus casas.

Sako no pierde la esperanza y anunció que al papa le ha vuelto a invitar a venir a Irak. "Necesitamos su presencia y su apoyo", deseó.



JMRS

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