Reportajes

Demasiado expuestos en Internet

2016-10-01

El profesor va al perfil público del alumno en Facebook y comprueba que ha escrito durante...

Por: P. Fernando Pascual

Un caso imaginario (y muy verosímil). Un alumno pide disculpas al profesor porque no ha tenido las dos horas necesarias para realizar un trabajo académico. El profesor va al perfil público del alumno en Facebook y comprueba que ha escrito durante unas tres horas cientos de mensajes. ¿Conclusión? El alumno había tenido tiempo pero lo invirtió en Internet y no en sus deberes académicos.

Ese es uno de los aspectos emergentes en el mundo de Internet: existe la posibilidad de quedar demasiado expuestos ante ojos ajenos. En la prensa leemos, de vez en cuando, la noticia de un trabajador que después de haber pedido permiso para no ir al trabajo por enfermedad, luego cuelga en la Red sus fotos en la playa, con señales de gozar de perfecta salud. O que una chica descubre que su novio tiene, con otro perfil, una segunda novia. O que la noticia dada por exclusiva en un periódico lleva varias semanas girando por los blogs...

Esta situación, ¿es una ventaja o un riesgo? Depende. En parte, Internet permite descubrir pequeñas mentiras de quienes dicen hacer una cosa cuando en realidad hacen otra. Esto sirve para conocer mejor al otro, como ocurría antes con el teléfono: gracias a una llamada sabíamos que el amigo que no vino porque decía estar enfermo acaba de aparecer en primera fila en el cine. No será tan amigo quien inventa excusas falsas.

Pero esta situación conlleva riesgos. Unos pueden abusar de las muchas informaciones que otros, por ingenuidad o por otros motivos, ponen sobre sí mismos en Internet. Quienes conocen mejor los peligros de aparecer en exceso, saben esconderse y juegan con ventaja, mientras que otros quedan muy expuestos al poner continuamente datos sobre su situación (qué hacen, dónde se encuentran, qué leen, cuáles son sus gustos, a quién van a visitar, etc.).

Una buena dosis de prudencia ayuda a encontrar criterios adecuados sobre lo que se pone o se deja de poner en Internet. No es correcto exponerse demasiado, pues más de uno puede usar información pública para dañarnos. Pero sí es correcto condividir cosas buenas que valen para todos y desarrollan ese deseo humano de que otros lleguen a conocer ideas o hechos que estimulan al bien y que dan pistas para entender un poco mejor el mundo complejo en el que vivimos.



JMRS