Disparates y Desfiguros

En el voto sobre el acuerdo de paz en Colombia, las encuestas se volvieron a equivocar

2016-10-03

"En este contexto de opinar ‘No', de estar en contra de la paz en el país,...

Ryan Dube, The Wall Street Journal

El rechazo del domingo a un acuerdo de paz firmado entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) es una profunda vergüenza para las firmas encuestadoras que fueron incapaces de predecir un aumento de los votos en contra del pacto.

La mayoría de los sondeos de opinión antes del plebiscito del domingo proyectaba una abrumadora aprobación del acuerdo con el que se esperaba poner fin a más de cinco décadas de conflicto armado. Las principales encuestadoras del país proyectaron que el “Sí” ganaría por un margen de más de 20 puntos porcentuales, y algunos llegaron a pronosticar que los partidarios del acuerdo de paz serían 66% del total de los votos frente a 34% de los partidarios del “No”.

Ninguno predijo el resultado, en el que el “No” triunfó con un total de más de 6,4 millones de votos, o 50,2%, superando por un margen mínimo al “Sí”.

Las encuestadoras colombianas dijeron que los sondeos que mostraban una cómoda victoria del “Sí” estaban probablemente equivocadas porque los partidarios del “No” prefirieron no expresar su opinión en medio de una campaña que consideraba a los críticos del acuerdo como moralmente inferiores a quienes lo apoyaban.

Los que se oponen al acuerdo fueron pintados como “enemigos de la paz”, dice Javier Restrepo, director de opinión pública de Ipsos Colombia, que predijo una victoria del “Sí” con 66%.

“En este contexto de opinar ‘No’, de estar en contra de la paz en el país, es muy difícil que la gente reconozca cuándo expresar su opinión sobre el plebiscito”, agregó. “Es muy difícil durante el proceso [de encuesta] saber si hay un voto oculto”.

“Es probablemente un fenómeno muy parecido a lo que ocurrió con el brexit”, dice César Caballero, gerente general de Cifras y Conceptos, una firma de encuestas de Colombia que proyectó 62% para el “Sí” y 38% para el “No”.

Los resultados en Colombia marcaron otro revés para las firmas encuestadoras en todo el mundo. La decisión de los votantes del Reino Unido en junio a favor de abandonar la Unión Europea no fue proyectada por los sondeos. En América Latina, las proyecciones de los encuestadores para las elecciones presidenciales argentinas del año pasado estuvieron desfasadas, al igual que las previsiones más recientes sobre las elecciones para gobernadores en México y regionales en Brasil.

“Lo que estamos viendo es un factor global: rabia”, dice Miguel Silva, un estratega político de Todos por la Paz, un grupo de defensa del sector privado a favor del “Sí”. “Estamos usando encuestadores del mundo anterior para entender el mundo de ahora llevado por redes sociales. Al menos en América Latina la metodologia que usan los encuestadores es anticuada”.

“Parece que la gente no dice la verdad cuando están molestos y ocultan su intención de voto”, dice Jorge Castañeda, ex canciller mexicano. “Hemos visto que eso pasa en México y podría ocurrir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos”.

En Brasil, un mayor uso de las redes sociales ha dado lugar a decisiones de voto de última hora, especialmente entre los pobres, señala el encuestador Mauro Paulino de la firma brasileña Datafolha.

Bajo las leyes electorales de Colombia, no se publicaron encuestas durante la semana previa a la consulta popular, dejando tiempo para que la opinión pública cambiara de opinión antes de la votación. Un cambio similar se produjo en la reciente elección presidencial de Perú, dijeron los encuestadores.

En los países en vías de desarrollo, datos anticuados del censo representan otro obstáculo para las firmas encuestadoras, afirma Sergio Berensztein, quien sondea la opinión pública en América Latina. “En muchos de nuestros paises la informacion demográfica es imperfecta”, dice el encuestador de Buenos Aires.

Otros factores también contribuyeron al resultado sorprendente. Los rebeldes de las FARC son ampliamente vilipendiados en todo el país, donde el grupo guerrillero marxista tiene un índice de desaprobación de alrededor de 70%, según Silva.

Restrepo de Ipsos dice que, en retrospectiva, había indicios de que muchas personas estaban en contra del acuerdo. Se refirió a las encuestas que mostraban que alrededor de 80% de la población se oponía a permitir que las FARC participaran en el sistema político a través de escaños en el Congreso. La oposición también fue fuerte para la concesión de indulgencia a los comandantes guerrilleros sospechosos de crímenes de guerra, como parecían contemplar algunas disposiciones del acuerdo.

Después de seis años en el poder, el presidente Juan Manuel Santos, quien hizo de la paz la iniciativa bandera de su gobierno, también ha perdido capital político. La última encuesta de Cifras y Conceptos mostró que el apoyo a Santos se ubicaba en 36%, en comparación con 50% para el ex presidente Álvaro Uribe, quien dirigió con éxito la campaña a favor del “No”.

Las condiciones climáticas adversas probablemente también afectaron las previsiones electorales. A lo largo de la costa Caribe, donde el “Sí” era más fuerte, las lluvias provocadas por el huracán Matthew hicieron que muchos se quedaran en casa. Menos de 38% de los votantes acudió a las urnas en todo el país.

“Las encuestas no pueden predecir quién va a salir realmente a votar el día de las elecciones”, dice Jason Marczak, especialista en América Latina del Atlantic Council, un centro de estudios de Washington. “Como hemos visto en todo el mundo, hay una tendencia sustancial contra el establishment en el electorado”.

La crítica contundente del acuerdo de paz de la campaña a favor del “No” también fue subestimada, asevera Silva, quien extrajo otras lecciones.

“Uno no hace un referéndum durante una recesión económica”, dice, “y querrá evitar uno durante las últimas etapas de su gobierno”.



JMRS
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