Vidas Ejemplares

El niño valiente

2016-10-19

Desde la cárcel pudo enviarle una carta a su mamá, diciéndole: "Creo que...

Mauricio Carmona Rodríguez

José Sánchez del Río fue un niño travieso y alegre que jugaba a las canicas con sus amigos, y corría por las calles de Sahuayo, Michoacán, tirando con su resortera; montaba a caballo y estaba acostumbrado a la vida campestre, donde la fe y la caridad se practicaban como lo transmitían los padres de familia y la Iglesia.

Tenía 13 años cuando estalló la Guerra Cristera, con la que el Gobierno Federal declaró como enemigos a muerte a todos los ministros de la Iglesia Católica y a sus seguidores. Los dos hermanos de José se unieron a las fuerzas cristeras, y aunque él también deseaba unirse, su madre no lo permitió. Ante ello, José insistió en decirle cuánto quería tener la oportunidad de participar, tanto por su amor a Jesucristo y a la Virgen María, como por esto que le dijo a su madre: “… mamá, nunca ha sido tan fácil ganarse el cielo como ahora”. José confiaba plenamente en que, si moría, llegaría directamente ante Dios, y finalmente le aceptaron como portador del estandarte de la Virgen de Guadalupe.

En el transcurso de un combate entre cristeros y fuerzas federales, el caballo del jefe del batallón cristero cayó muerto. José le ofreció su propio caballo diciéndole “Sálvese usted, yo no hago falta, y usted sí.” El niño logró que se salvara el jefe, quien quedó muy conmovido por el gesto de valentía y generosidad del muchacho. José fue hecho prisionero, al igual que otros cristeros.

Desde la cárcel pudo enviarle una carta a su mamá, diciéndole: “Creo que voy a morir, pero nada importa, mamá. Resígnate a la voluntad de Dios, que yo muero muy contento, porque estoy en la raya al lado de nuestro Dios… y diles a mis hermanos que sigan el ejemplo de su hermano el más chico, y mándame la bendición”.

Fue torturado para que renegara de Dios, pero no lo hizo. Le llevaron caminando herido hasta donde le mataron, pero lejos de quejarse, gritaba: “Viva Cristo Rey”. Murió con el tiro de gracia. Los habitantes del pueblo nunca habían presenciado algo semejante; los mismos soldados estaban admirados de tanta valentía de aquel muchacho que el viernes 10 de febrero de 1928 fue hecho mártir de Cristo Rey, entrando en la Gloria de Dios.

¡San José Sánchez del Río, ruega por todos los niños de México!



JMRS