Los negocios en el extranjero de Trump podrían generar conflictos de interés si gana la presidencia

Alexandra Berzon, The Wall Street Journal

Los hijos adultos de Donald Trump han pasado una década haciendo negocios con empresas extranjeras con buenas conexiones políticas en sus respectivos países, lo cual creará potenciales conflictos de interés tanto si Trump gana las elecciones presidenciales de Estados Unidos el 8 de noviembre como si continúa en la política en caso de perder.

Entre las personas con las que Ivanka Trump, Donald Trump Jr. y Eric Trump han trabajado fuera de EU figuran la familia de un desarrollador de bienes raíces en India que es un político del partido gobernante; el hijo de un ministro del gobierno de Azerbaiyán; y una compañía de medios que fue canal de comunicación preferido del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, durante el intento de golpe de estado del pasado 15 de julio.

Ningún presidente reciente de EU ha tenido un portafolio de intereses empresariales tan extenso como el de Trump, ni el nivel de involucramiento de sus hijos en sus negocios, los cuales también han participado en su campaña.

La ley estadounidense exime al presidente y al vicepresidente de las reglas de conflicto de interés que requieren que muchos funcionarios del gobierno federal deban recusarse de tomar decisiones relacionadas con sus intereses financieros. Los presidentes George W. Bush, Bill Clinton, George H.W. Bush y Ronald Reagan pusieron voluntariamente la mayoría de sus activos en fideicomisos ciegos. El candidato presidencial republicano Mitt Romney dijo que si hubiera ganado, habría hecho lo mismo.

Si Trump es elegido “no estaría involucrado en el negocio”, dijo Alan Garten, asesor jurídico de la Trump Organization. “Su enfoque obviamente estaría en la presidencia [de EU], y Don, Ivanka y Eric dirigirían la compañía”.

La campaña de Trump refirió todas las preguntas de The Wall Street Journal a Garten. Ninguno de los hijos de Trump respondió a las solicitudes de comentarios enviados a través de la campaña de su padre y de la empresa.

Trump Organization es el conglomerado que opera los negocios de la familia, incluyendo activos inmobiliarios y unidades que gestionan hoteles y torres de condominios alrededor del mundo. Gran parte de estos activos se hallan en EU, pero los últimos 10 negocios de bienes raíces o acuerdos inmobiliarios de marca anunciados por el grupo se han producido en otros países.

El negocio internacional consiste principalmente en acuerdos de licencias y, en algunos casos, de administración con desarrolladores inmobiliarios que construyen torres de condominios y hoteles. Entre sus clientes se encuentran empresarios adinerados y políticos que compran condominios de la marca Trump. Los hijos adultos del candidato han asumido en los últimos años la gestión cotidiana de gran parte del negocio.

En una eventual presidencia de Trump, este arreglo suscitaría interrogantes sobre posibles conflictos de interés, especialmente en los acuerdos en el extranjero, dijo Aaron Friedberg, asesor de seguridad nacional de Dick Cheney cuando este era vicepresidente.

“El hecho es que su familia está involucrada en negocios con una serie de personas —no presumo de conocerlas a todas— en todo tipo de lugares, en muchos de los cuales la distinción entre política y negocios es borrosa”, dijo Friedberg. “Cualquiera con quien usted esté tratando en esos lugares tiene mucho dinero y está de algún modo involucrado en política. ¿Cómo aislarse de ello?”

Esto probablemente también sería un problema para Trump si pierde las elecciones pero sigue en la política, manifestó Friedberg. “Me parece que se han planteado una serie de preguntas que no han sido contestadas”, observó. El tema “no va a desaparecer”.

Friedberg está entre los ex funcionarios republicanos de seguridad nacional que firmaron una carta en la que declararon que no votarán por Trump porque no creen que el candidato esté calificado para manejar los asuntos de política exterior. Trump llamó a los signatarios “la fracasada élite de Washington” y publicó una lista de líderes militares que lo respaldan.

La carta firmada por Friedberg no mencionaba los vínculos comerciales de Trump, pero él y otros firmantes dijeron que tales lazos contribuyeron a sus objeciones al candidato. Los hijos de Trump estarían haciendo negocios con compañías que podrían asumir que tienen acceso directo al presidente, dijo Friedberg, y con empresas cuyos intereses podrían diferir de los intereses nacionales que su padre debería representar.

Esos conflictos potenciales son similares a los que han surgido en torno a los donantes extranjeros de la Fundación Clinton, dijo Eric Edelman, quien estuvo a cargo del diseño de políticas del Departamento de Defensa bajo el presidente George W. Bush y fue otro de los firmantes de la carta contra Trump. El candidato republicano ha dicho que las donaciones a la Fundación Clinton sugieren que los contribuyentes extranjeros a la organización podrían haber esperado tener acceso a Hillary Clinton cuando se desempeñaba como Secretaria de Estado.

“Son casos ligeramente diferentes”, indicó Edelman, “pero ambos plantean serias preocupaciones sobre tráfico de influencias y conflictos de interés”.

La Fundación Clinton, cuyas donaciones se destinan a obras de beneficiencia, dijo que ha dejado de aceptar la mayoría de las donaciones foráneas y que las rechazará por completo si Hillary Clinton asume la presidencia. Agregó que su hija Chelsea Clinton seguiría involucrada con la fundación.

Garten, de la Trump Organization, reconoció que el alcance de las conexiones comerciales internacionales de Trump es un caso único entre los candidatos presidenciales. “Es una situación nueva. No creo que presente un conflicto”, señaló.

Ni Garten ni la campaña de Trump respondieron a preguntas de seguimiento sobre los planes del candidato más allá de la carrera presidencial.

Entre los posibles conflictos está la relación de la compañía con Dogan Holding de Turquía, dijo Edelman, el ex funcionario del gobierno Bush y ex embajador en ese país. Dogan opera compañías petroleras, un imperio inmobiliario y medios de comunicación en Turquía.

Los informes financieros que Trump presentó a las autoridades federales en mayo de 2016 señalan ingresos de una de sus compañías provenientes de sus actividades con Dogan en el rango de US$1 millón a US$5 millones desde principios de 2015. Esos ingresos están relacionados con las torres en Estambul que llevan el nombre de Trump, un negocio en el que Ivanka Trump participó desde sus inicios, según un comunicado de prensa de la compañía. Ella y su padre visitaron la torre un día después de que el primer ministro turco, Erdogan, asistiera a la inauguración oficial del centro comercial ligado a la torre.

La noche del fallido intento golpista, la cadena de televisión insignia de Dogan se convirtió en canal privilegiado por Erdogan para pedir el apoyo ciudadano. Esto fue un cambio de posición para Dogan, cuyo presidente y otros ejecutivos habían sido recientemente acusados en Turquía de evasión fiscal, una medida ampliamente vista como represalia por la supuesta inclinación antigubernamental de los medios de comunicación del grupo. Una persona cercana a la familia Dogan dijo que el conglomerado no ha hecho nada indebido.

Desde el fallido golpe, el grupo de medios Dogan ha adoptado una línea más progubernamental, incluyendo emisiones que respaldan la afirmación de Erdogan de que el clérigo musulmán Fethullah Gulen fue responsable de la intentona.

Turquía ha solicitado a Estados Unidos la extradición de Gulen, quien vive en Pensilvania y que ha negado la acusación. El Departamento de Justicia ha dicho que está revisando la petición. En privado, muchos altos funcionarios estadounidenses han dicho que son escépticos de las acusaciones de Turquía contra Gulen.

El próximo presidente estadounidense probablemente heredará esa espinosa disputa bilateral.

Garten, por su parte, dijo que la relación con Dogan no sería un problema porque la Organización Trump estaría separada de Trump en caso de que este llegara a la presidencia. La fuente cercana a Dogan dijo que la compañía preferiría eliminar el nombre de Trump de sus edificios debido a la “retórica antimusulmana” del candidato.

Cuando Donald Trump Jr. buscó hace unos años expandir el imperio inmobiliario de su padre en América Latina, se dirigió al empresario Camilo Benedetti, hermano de un senador colombiano.

Benedetti llevó al joven Trump a México en 2010 y a Colombia en 2011, donde tenía conexiones con altos funcionarios del gobierno, dijo el empresario. En una oportunidad se reunieron con el presidente colombiano Juan Manuel Santos en la Casa de Nariño. Benedetti dijo que esa reunión fue un favor que le pidió al presidente. El encuentro no dio lugar a ningún negocio puntual, dijeron Benedetti y Garten.

“No cabe duda de que cada vez que la Organización Trump estudia un proyecto o entra en un nuevo mercado, a menudo hay entusiasmo tanto del sector empresarial y quizás incluso, en algunos países, del gobierno”, dijo Garten sobre esa y otras reuniones mantenidas por los hijos de Trump con líderes extranjeros.

Uno de los más recientes socios de Trump, el magnate de los medios de comunicación indonesio Hary Tanoesoedibjo, tuvo vínculos comerciales con familiares de Suharto, el fallecido dictador de Indonesia. Tanoesoedibjo se postuló sin éxito a la vicepresidencia en la elección nacional más reciente y formó un partido crítico del actual gobierno.

El año pasado, la Organización Trump anunció un acuerdo para administrar un resort en Bali propiedad de la empresa de Tanoesoedibjo, PT Global Mediacom Tbk, y para desarrollar con éste un campo de golf en Java Occidental. Trump indicó que desde el inicio de 2015 hasta mayo de 2016, cuando presentó los estados financieros, los ingresos procedentes de estas iniciativas estuvieron entre los US$2 millones y US$10 millones. Donald Trump Jr. estuvo involucrado en los acuerdos, según comunicados de prensa de la compañía. Garten declinó referirse al proyecto indonesio. El asistente de Tanoesoedibjo no respondió a solicitudes de comentarios.

En Mumbai, India, la Trump Organization tiene un acuerdo de licencia de marca para construir una torre de condominios con Lodha Group, cuyo fundador, Mangal Prabhat Lodha, es uno de los magnates de bienes raíces más ricos del país y miembro de la legislatura de su estado en representación del partido gobernante.

Los documentos presentados por Trump en mayo de 2016 muestran ingresos provenientes del acuerdo de licenciamiento a una empresa del grupo por un monto de entre US$1 millón y US$5 millones desde principios de 2015. Una portavoz de Lodha dijo que ambas compañías “trabajan con los más altos estándares de profesionalismo e integridad”. Garten señaló que Ivanka Trump y Donald Trump Jr. trabajaron en el proyecto y que no le preocupa que Lodha sea un político.

“Hay una gran relación entre los hijos de Trump y los directores de ese proyecto”, observó. “No veo el problema potencial”.

Los informes federales de julio de 2015 de Trump también indican que una empresa de su propiedad había recibido US$2,5 millones en ingresos desde comienzos de 2014 en un acuerdo que incluye servicios de administración para una torre de hoteles y condominios desarrollada en Azerbaiyán por Anar Mammadov hijo del ministro de Transporte del país. El sitio web de Ivanka Trump dice que supervisó el proyecto “desde su creación”. Garten afirmó que este negocio está suspendido.

Según informes federales compilados por el Center For Responsive Politics, Mammadov figura como fundador de Azerbaiyan America Alliance, una organización que entre 2011 y 2015 gastó US$12,6 millones en gestiones de lobby en Washington para promover los intereses de Azerbaiyán. Las llamadas al número que aparece en el sitio web de la compañía de Mammadov no fueron contestadas. Las llamadas al número de la Azerbaiyan America Alliance fueron respondidas por una firma de lobby que dijo que ya no representaba a dicha organización.

“No es de extrañar que personas de todo el mundo que tengan éxito en los negocios desempeñen algún papel en el gobierno”, dijo Garten sobre los acuerdos de la Organización Trump con empresas extranjeras políticamente bien conectadas. “Eso no significa que haya algo malo o inapropiado”.

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