Internacional - Política

Trump gana la presidencia de Estados Unidos en un final sorpresivo

2016-11-09

Las elecciones proporcionaron una oportunidad histórica para los estadounidenses: elegir a...

Por Janet Hook, Colleen McCain Nelson y Beth Reinhard, The Wall Street Journal

La carrera presidencial de Estados Unidos cerró el martes con un final para el infarto que marcó la victoria del republicano Donald Trump frente a su rival demócrata, Hillary Clinton.

Aunque la mayoría de las encuestas mostraron a Clinton con una ventaja hasta el día de las elecciones, Trump superó las expectativas en las áreas rurales y algunos condados de clase trabajadora en muchos estados del país. El republicano consiguió tres grandes triunfos en estados clave: en Ohio, un estado donde su mensaje de populismo económico fue acogido, y en Florida y en Carolina del Norte, dos estados ferozmente disputados por ambos nominados.

Clinton logró victorias en Virginia y Colorado, dos estados reñidos en los que esperaba ganar. Sin embargo, Virginia, el hogar de su candidato a vicepresidente, Tim Kaine, estuvo disputado hasta el final.

Los resultados tan ajustados no fueron proyectados por los sondeos. Las elecciones proporcionaron una oportunidad histórica para los estadounidenses: elegir a la primera mujer presidenta en la historia de EU, que tomaría la batuta del primer presidente afroamericano de la nación, o elegir a un novato político con la promesa de un cambio radical.

El próximo presidente se enfrenta a una nación profundamente dividida. Ambos candidatos fueron vistos negativamente por una mayoría de votantes, según las encuestas. Para muchos, los comicios presidenciales fueron considerados como una elección entre el menor de dos males.

Craig Joerres, de 50 años, de Waukesha, Wisconsin, dijo que necesitaba un whisky antes de votar el martes. “Ha sido una temporada electoral muy estresante”, aseguró. “Ambos tenían mucho odio”. Joerres señaló que votó por Trump para sacudir a Washington.

Liliana Sánchez, de 29 años, dijo que votó por Clinton, en parte, porque se sentía repugnada por Trump.

Unos 130 millones de estadounidenses votaron en la que ha sido una de las elecciones más impredecibles de la historia moderna. En juego no sólo estaba la presidencia, sino una vacante en la Corte Suprema de Justicia, así como el control del Senado.

Hasta mediados de octubre, los dos candidatos y sus aliados gastaron alrededor de US$1,400 millones en operaciones de campaña y publicidad para persuadir a los votantes estadounidenses.

Tanto Clinton como Trump votaron el martes por la mañana en su estado, Nueva York, después de un frenético fin de campaña que abarcó Nuevo Hampshire, Nevada, Florida y Michigan.

La campaña presidencial presentó a los votantes con un contraste de visiones, tanto sobre el estado de la nación como hacia dónde debería dirigirse.

Trump habló de un país en declive, agobiado por la inmigración ilegal, los malos tratados comerciales y las amenazas terroristas. El republicano calificó a Clinton como “corrupta”, pidió recortes de impuestos y prometió revocar la ley de salud del presidente Barack Obama.

El empresario de Nueva York dijo que construiría un muro a lo largo de la frontera entre EU y México y enviaría a los que viven en EU sin permiso a sus países de origen.

Aun si no hubiera ganado, Trump habría dejado su propio sello en la historia política. Movilizó a millones de votantes con un contundente desafío al statu quo y dio voz a los agravios económicos y políticos de una clase media norteamericana.

Esos son sentimientos que han estado germinando durante años, pero surgieron con sorprendente fuerza con Trump, que fue desestimado como una celebridad de televisión cuando anunció por primera vez lo que parecía una candidatura quijotesca.



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