Nacional - Economía

La postura comercial de Trump con México podría poner presión a los precios del gas

2016-11-14

La presidencia de Donald Trump es ampliamente vista como una bendición para la industria...

Ryan Dezember & Robbie Whelan, The Wall Street Journal

La presidencia de Donald Trump es ampliamente vista como una bendición para la industria energética de EU, pero algunas de las políticas que contempla el nuevo mandatario podrían plantear problemas al negocio de gas natural.

Trump ha recibido elogios de los ejecutivos de la industria energética por decir que eliminará las regulaciones gubernamentales sobre las compañías petroleras, se opondría a los esfuerzos globales para frenar el cambio climático y revisaría un reciente acuerdo que levantó las sanciones a Irán, un importante exportador de petróleo.

Sin embargo, algunas de sus otras propuestas podrían ser perjudiciales para el gas natural. Trump se ha comprometido a romper pactos comerciales y a levantar un muro en la frontera con México, lo que podría perjudicar el flujo de gas natural estadounidense a su vecino del sur. Según analistas, México se ha convertido en una salida cada vez más importante para el combustible porque ha ayudado a sostener los precios internos del gas en EU en medio de un exceso de gas de esquisto.

“México ha sido una de las pocas historias positivas para los precios y la demanda”, dijo Nicholas Potter, analista de Barclays PLC, quien advirtió a los clientes el día de las elecciones que las “políticas comerciales de Trump podrían frenar o al menos limitar las incrementales exportaciones de gas a México”.

Una reducción de las ventas a ese país podría empeorar el exceso de gas en EU y pesar sobre los precios. También podría penalizar a las empresas que construyen gasoductos a México y a los perforadores, principalmente en Texas, que envían su gas a través de la frontera.

Trump también ha propuesto revertir regulaciones sobre la industria del carbón, que según sus afirmaciones han costado trabajos en el sector de la minería. Los analistas dicen que de concretarse, esa propuesta podría ayudar a que el carbón recupere la cuota de mercado que perdió frente al gas natural en las plantas de generación de energía estadounidenses.

Los representantes de Trump no respondieron a las solicitudes de comentarios.

Los envíos a México alcanzaron un máximo histórico en agosto y representaron casi el 6% de la producción total de gas en Estados Unidos, según la Administración de Información de Energía. Estas exportaciones han aumentado dramáticamente en los últimos años, a medida que los precios en Estados Unidos se han desplomado en parte por la sobreabundancia de gas de esquisto y por los nuevos oleoductos que se han construido a través de la frontera.

A mediados del año, las importaciones mexicanas de gas estadounidense eclipsaron por primera vez su producción nacional, que ha disminuido más del 25% desde 2010, según Platts Analytics, una unidad de S&P Global Platts.

La demanda de gas natural en México ha aumentado aproximadamente 20% desde comienzos de la década, ya que las centrales eléctricas han pasado de usar combustibles derivados del petróleo, que son más caros, para optar por el gas. El país ha tratado de disminuir las costosas importaciones de gas, pero Platts espera que la demanda siga subiendo.

“Salvo que se produzca una extraña guerra comercial, [esta es] una de las áreas más seguras para el crecimiento de la demanda de gas natural”, dijo Ross Wyeno, un analista de Platts.

Los precios del gas estadounidense han estado bajo presión en los últimos años debido a que los exploradores de energía utilizaron nuevas técnicas de perforación que desencadenaron un exceso de oferta en el mercado del combustible para calefacción y generación de energía.

El viernes, los futuros de gas natural estadounidense para entrega en diciembre cayeron 0,5%, a US$2,619 el millón de unidades térmicas británicas. Los precios bajaron 22% en las últimas cuatro semanas.

La demanda interna ha aumentado a medida que los productores de electricidad estadounidenses pasaron del carbón al gas natural como método de combustión más limpio, en parte para cumplir con las regulaciones ambientales. Los primeros envíos de gas natural licuado al extranjero salieron este año de una nueva terminal de la Costa del Golfo.

Pero los analistas dicen que sin las exportaciones a México, el mercado estaría desequilibrado.

Brandon Blossman, analista del banco de inversión Tudor, Pickering, Holt & Co., estimó que un cese inmediato de las exportaciones a México reduciría los precios del gas en EU cerca de 75 centavos por millón de unidades térmicas británicas, o alrededor del 30% del precio actual.

Un freno total e inmediato de las exportaciones es altamente improbable, pero el cálculo de Blossman muestra la importancia del mercado mexicano para los productores de energía estadounidenses que ya están luchando para producir gas económicamente. El número de plataformas de perforación de gas en EU ha caído de 900 hace cinco años a 115, según Baker Hughes Inc.

Analistas dicen que los perforadores de Texas se verían más afectados si las exportaciones se interrumpen. Blossman estimó que los productores de gas que perforan el Eagle Ford Shale en el sur de ese estado se ahorran alrededor de 25 centavos por millón de pies cúbicos enviando gas en gasoductos a México en lugar de enviarlo a los centros de transacciones más distantes en Estados Unidos.

“No tener a México como una salida para el gas natural es muy malo económicamente para Texas, particularmente en el sur de Texas”, dijo.

Los propietarios de gasoductos también podrían sufrir una reducción de sus negocios con México. Los proyectos de construcción de ductos hoy en marcha aumentarán la capacidad de exportación en un 90% para 2020, según Platts. Los principales inversionistas estadounidenses también han gastado mucho en proyectos de distribución de gas en México, que está privatizando su sector energético.

BlackRock Inc. y First Reserve Corp., por ejemplo, pagaron el año pasado US$900 millones por una participación de 45% en un oleoducto de casi 700 kilómetros de extensión que transporta gas estadounidense a Ciudad de México.

La propia inversión de México se ha orientado más hacia la construcción de los ductos necesarios para distribuir gas estadounidense que en hacer perforaciones en su propio país. El país ha añadido más de 9.656 kilómetros de tuberías en los últimos cinco años, según David Shields, un analista de la industria local que publica el boletín Energía a Debate.

“No tiene mucho sentido que México realice mucha exploración para gas si existe la oportunidad de importarlo muy barato desde Texas”, dijo Shields.



JMRS