Internacional - Política

Renzi cambia a sus críticos por la "Play Station" de sus hijos

2016-12-07

Renzi compareció hoy ante sus compañeros del Partido Demócrata (PD,...

Gonzalo Sánchez

Roma, 7 dic (EFE).- Matteo Renzi, primer ministro dimitido y en funciones de Italia, prevé iniciar esta nueva etapa de su vida política asistiendo mañana a un torneo de videojuegos con sus tres hijos, en el que, según confesó hoy, espera tener más suerte que con algunos de sus correligionarios críticos.

Renzi compareció hoy ante sus compañeros del Partido Demócrata (PD, centroizquierda) y lo hizo sin corbata, resignado y esbozando una media sonrisa, consciente de que minutos después debía presentar nuevamente su dimisión ante el jefe del Estado, Sergio Mattarella.

Su alocución era esperada con gran expectación, como confirmaba la presencia de numerosos periodistas y curiosos que le esperaban en la céntrica calle romana del Nazareno, sede del partido, donde debía hablar en público por primera vez desde la aciaga noche del referéndum.

La cita con la plana mayor del PD se perfilaba como un abroncado ajuste de cuentas pero Renzi optó por presentarse ante sus compañeros, muchos de ellos muy críticos con él, aparentemente relajado, como siempre locuaz y armado con su habitual ironía.

Y es que, en sus poco más de mil días de Gobierno, el político florentino no solo ha tenido que hacer frente a la poblada bancada opositora sino que una minoría crítica de su propia formación le ha puesto palos en las ruedas cada vez que ha tenido ocasión.

Por esa razón, fue tajante ante todos ellos: "Voy a presentar mi dimisión", informó sin demasiada solemnidad, pues ya lo había anunciado a los cuatro vientos tres horas antes en las redes sociales.

"Alguno ha festejado de un modo impetuoso y quizá no elegantísimo esta decisión", espetó Renzi entre los aplausos de sus seguidores.

El político tiró una vez más de literatura para ilustrar a sus adversarios, al describirles como "Don Abbondio", el sacerdote mediocre, huraño y cobarde creado por el escritor italiano Alessandro Manzoni hace más de dos siglos en su célebre "I Promessi Sposi" (1840).

"Yo no juzgo. De hecho observo y si es posible devuelvo", advirtió el secretario general de este partido, el mayor de centroizquierda del país.

En su discurso Renzi trató de esquivar el derrotismo: "También yo alzo la copa festejando este momento porque, cuando indicado y designado por el PD tienes la suerte de poder gobernar el país más bello del mundo, no tienes el derecho de colgarte el bronce".

Y volvió a cargar contra esa minoría crítica al asegurar que "quien hace política manifestando el victimismo como elemento de la propia iniciativa o acción política se daña a sí mismo, no a los otros".

Fue un encuentro en el que no hubo diálogo entre las partes sino que Renzi se limitó a trazar la dirección de la formación en este periodo de incertidumbre que, no obstante, estará precedido por algunas prioridades de tipo personal.

El político afirmó que, "sinceramente", espera poder regresar "en las próximas horas" a su Florencia (centro) natal para celebrar el 86 cumpleaños de su "abuela más joven".

"Un respeto a los ancianos", bromeó, en alusión a quienes sostienen que los votos favorables que recibió en el referéndum provenían esencialmente de la tercera edad.

Pero en su agenda familiar figura en lugar destacado el torneo de "Play Station" que "deberá organizarse mañana por la mañana" con sus tres hijos y en el que, apuntó, espera tener "un poco más de suerte" que la que ha tenido en Roma "con algunos".

Una vez que concluyó su discurso, improvisado, salió de la sede de la calle Nazareno y puso rumbo hacia el Palacio del Quirinale, donde le esperaba el presidente de la República Sergio Mattarella para aceptar su dimisión.

Abandonó el edificio de su partido no sin antes avanzar que la formación deberá atravesar "un proceso interno" que, apuntó, "será muy duro", claro y meridiano.

Pero para ello primero deberá pasar la crisis de Gobierno, inaugurada formalmente hoy tras su dimisión y que tocará a su fin una vez que el "árbitro" Mattarella encuentre un sustituto para que dirija el Gobierno del país, al menos por un tiempo hasta que se convoquen nuevas elecciones.



JMRS