Internacional - Finanzas

La nueva herramienta de control social de china: una calificación de crédito para todo

2016-12-07

El gobierno prevé que, con el paso del tiempo, puede acceder a una mayor cantidad de...

Josh Chin y Gillian Wong, The Wall Street Journal

HANGZHOU, China—Cuando Chen Li trató de usar la tarjeta de estudiante de su hijo, con la cual pagaría solo la mitad del precio, para entrar al metro hace unos días se ganó la reprimenda del jefe de la estación y una multa de US$6.

Un anuncio en un poste cercano sugería consecuencias más graves. Los infractores corren el riesgo de que se les descuenten puntos del “sistema de información de crédito personal” de la ciudad. Una reducción del puntaje crediticio de Chen puede alterar su vida cotidiana, incluyendo su capacidad para obtener préstamos, empleos y la admisión de su hijo a la escuela, advierten los pronunciamientos oficiales.

“Estoy segura de que si alguien lo menciona, puedo explicar”, dijo Chen, quien asegura que tomó la tarjeta de su hijo por accidente. “No fue intencional”, insiste.

El gobierno local de Hangzhou lanzó un programa piloto de “crédito social” que el Partido Comunista pretende implementar a nivel nacional para 2020, una actualización digital de los métodos de control social que el régimen emplea para eliminar las amenazas a su legitimidad.

Más de tres decenas de gobiernos locales en China empezaron a recopilar información digital de la conducta social y financiera de los ciudadanos para evaluar su capacidad de crédito. Una persona puede manchar su historial al cometer infracciones como no pagar los pasajes de metro, cruzar la calle donde no corresponde e infringir las normas de planificación familiar. El esfuerzo evoca el dang’an, un sistemas de archivos que mantenía el Partido Comunista sobre la conducta de los trabajadores urbanos.

El gobierno prevé que, con el paso del tiempo, puede acceder a una mayor cantidad de información, incluyendo la actividad de una persona en internet, según entrevistas con algunos de los arquitectos del sistema y una revisión de documentos oficiales. Los algoritmos utilizarían un rango de datos para calcular una calificación por ciudadano que se usaría para toda clase de actividades, desde obtener un crédito, acceder a un hotel de lujo o un tratamiento acelerado en las oficinas de gobierno.

La tarea refuerza la campaña del presidente Xi Jinping para acrecentar su control del país y dictar normas de moralidad en un momento en que la incertidumbre económica amenaza con socavar el Partido Comunista. Xi hizo un llamado en octubre para fomentar la innovación en “gobierno social” que “realzaría la capacidad para pronosticar y prevenir toda clase de riesgos”.

El objetivo del sistema de crédito social, según un eslogan que aparece una y otra vez en los documentos de planificación, es “permitir que lo confiable deambule por todas partes por debajo del cielo y dificulte que los desacreditados den un solo paso”.

Hasta el momento, los sistemas piloto de recolección de datos no están conectados en lo que el gobierno visualiza como un sistema amplio que le asignaría una calificación a cada ciudadano. No está claro si la infracción de Chen de no pagar la tarifa de adulto del pasaje de metro llegó a un sistema centralizado, aunque el anuncio advertía que esta clase infracciones podían ser anotadas en el sistema a partir del primero de enero.

Zan Aizong, un activista de derechos humanos de Huangzhou, considera que el sistema, una vez que sea completamente operacional, será un ejercicio digno de George Orwell para monitorear de cerca a una población que ya carece de libertades básicas como la libre expresión. “Seguir a todos de esta forma es como 1984”, dice en alusión a la novela del escritor inglés.

El sistema judicial ya creó una lista negra que es incorporada al sistema nacional de crédito social. Zhuang Daohe, un experto en derecho de Hangzhou menciona el caso de un cliente, copropietario de una empresa de viajes, que no puede comprar pasajes para viajar en avión o trenes de alta velocidad porque los tribunales lo pusieron en una lista negra tras perder una disputa con su arrendador.

“Ya no puede viajar con los clientes”, dice Zhuang. “Qué pasa cuando se castiga a la persona equivocada?”. Funcionarios de Hangzhou no respondieron a las solicitudes de comentario.

La fuerza detrás del sistema de crédito social es el Consejo de Estado, el gabinete chino, y la agencia de planificación estatal. Un documento que el Consejo de Estado publicó en 2014 dijo que el objetivo del sistema era “establecer sinceridad” en la actividad económica, social y política y enfatizó la necesidad de contar con un gobierno equitativo y limpio y de castigar a las fábricas que contaminan y quienes aceptan sobornos.

Las listas negras revelarán a los infractores y los restringirán de ciertas actividades, mientras que los ciudadanos de buena conducta podrán acceder a “carriles verdes” que ofrecen servicios más rápidos del gobierno, según el documento. Los ciudadanos que realizan actividades consideradas sensibles, como abogados, contadores, profesores y periodistas, estarán sujetos a un escrutinio más intenso.

El Consejo de Estado y la agencia de planificación estatal no respondieron a solicitudes de comentario.

El gobierno, sin embargo, debe superar obstáculos tecnológicos y burocráticos para construir un sistema capaz de monitorear a 1,400 millones de personas. “En este momento, hay incertidumbre sobre si podemos lograrlo”, reconoció Meng Tianguang, un politólogo de la Universidad de Tsinghua que asesora al gobierno sobre el uso de la analítica de datos, pero que no está involucrado en el sistema de crédito social. De todos modos, dice que es mejor que el sistema tradicional “cuando no teníamos datos y la política se basaba en el criterio de los individuos”.

El portal oficial del gobierno de Shanghai identificó un sinnúmero de violaciones que pueden disminuir el puntaje en el sistema crediticio piloto, como atrasarse en el pago de las cuentas o infracciones de tránsito. Los medios estatales también han mencionado castigos por no ser un buen hijo.

Entre los castigos para las personas de menor calificación figuran barreras más altas para acceder al crédito y la prohibición de ciertas indulgencias, como alojarse en un hotel de lujo.

El sistema de Shanghai parece estar en una fase preliminar. Los residentes de la ciudad pueden revisar sus calificaciones de crédito social, pero los registros a los que tuvo acceso The Wall Street Journal no mostraban información que no fuera financiera. Funcionarios de la ciudad no respondieron a las solicitudes de comentario.

Un servicio de Ant Financial Services, una subsidiaria del coloso de comercio electrónico Alibaba, es una de ocho empresas que cuentan con el visto bueno para realizar experimentos comerciales con la calificación de crédito social. El sistema asigna calificaciones que se basan en información cómo cuándo la persona compra en la web, qué compra y qué teléfono usa. Si los usuarios lo autorizan, el puntaje también puede tomar en cuenta los niveles de educación y los antecedentes legales. Entre los beneficios de una calificación alta está un paso más rápido por la seguridad del aeropuerto de Beijing. “En especial para los jóvenes, la conducta en internet ayuda a establecer un buen perfil de crédito”, señala Joe Tsai, vicepresidente ejecutivo de Alibaba.

Todavía no se ha decidido si la iniciativa de crédito social combinará sistemas privados y públicos, dice Zhu Wei, profesor de Política y Derecho de la Universidad de China, quien ha asesorado al gobierno sobre el tema.

Algunos asesores del gobierno, como Zhu y Meng, son escépticos de que el sistema esté listo para 2020 debido a la enorme tarea de integrar datos y mantener la información a salvo.

En Hangzhou, donde Chen usó la tarjeta de metro de su hijo, los residentes pueden revisar su información de crédito social en un centro del gobierno. Los registros a los que accedió The Wall Street Journal sólo mostraban información de los pagos del seguro de salud y el seguro social, algo todavía muy distante de las metas del gobierno central.



JMRS