Cultura

La cara del Teatro Cervantes de Buenos Aires resurgirá de entre los andamios

2016-12-08

Esta semana, el Gobierno argentino anunció la licitación de las obras de la fachada...

Sara Martos

Buenos Aires, 8 dic (EFE).- A sus noventa y cinco años, el Teatro Nacional Cervantes de Buenos Aires se prepara para someterse en los próximos meses a una operación de cirugía estética que permitirá que la fachada del edificio vuelva a brillar después de ocho años oculta tras andamios.

Esta semana, el Gobierno argentino anunció la licitación de las obras de la fachada del teatro, que se inauguró en septiembre de 1921 gracias al empeño de la actriz española María Guerrero.

La idea de estrenar una nueva cara no es nueva: en los últimos seis años el proyecto de restauración de la cara frontal del edificio se licitó en tres ocasiones y todas las veces se declaró desierta, comentaron a Efe fuentes del teatro.

Desde la sala reconocen que los andamios no han impedido que el Cervantes desarrolle su actividad, pero esperan que a la cuarta licitación -en la que se ha incorporado nuevas normas- vaya la vencida, ya que los "hierros" pueden ser "una barrera" porque algunos podrían dejar de acercarse por pensar que permanece clausurado.

En su faceta de mecenas, Guerrero decidió fundar este espacio en la ciudad porteña no solo porque era un lugar que visitaba durante sus giras por Latinoamérica, sino por el "vínculo emocional" que tuvo con la capital, explicó a Efe Sergio Santiago, investigador teatral del Instituto del Teatro de Madrid (UCM) y colaborador de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Tal fue la implicación de la actriz y de su marido, Fernando Díaz de Mendoza, que invirtieron parte de su patrimonio personal para levantar el edificio y lograron que el rey Alfonso XIII participara en un proyecto en el que trabajaron cerca de 700 personas.

Entre los arquitectos Aranda, Repetto y la actriz convinieron que la cara frontal reprodujera los detalles de la fachada de la Universidad de Alcalá de Henares, de estilo del Renacimiento.

En cuanto al interior, el rey implicó a diez ciudades españolas en la elaboración de los elementos que vestirían el coliseo.

Bajo sus órdenes, las butacas se elaboraron en Andalucía, el diseño de las puertas de los palcos se hizo a imitación de las existentes en una sacristía sevillana, las lámparas se encargaron en Barcelona y Madrid se ocupó de realizar una pintura al fresco.

Guerrero fue parte de un movimiento de intercambio cultural entre España y Argentina, del que también participaron otras actrices, y que llevó a la española a colaborar en la apertura del Teatro Avenida de Buenos Aires, un lugar que mantuvo su relación con la dramaturgia española y que fue escenario de zarzuelas y óperas.

Prueba de ello es que acogió el estreno argentino de 'Bodas de sangre', con la presencia física de su autor, el poeta Federico García Lorca, comentó el investigador teatral.

"Años más tarde actrices argentinas como Margarita Xirgu o Lola Membrives repetirían acciones de mecenazgo en lo que se convirtió en un intercambio de actrices entre ambos países", añadió Santiago.

A partir del centenario de la independencia argentina (1910), la construcción del Teatro Nacional Cervantes se convirtió en "el gesto de la recuperación de las relaciones diplomáticas. En la época era habitual que se construyeran estructuras arquitectónicas para reforzar los lazos entre los estados", apuntó el también colaborador de la UBA.

"Una vez perdida la unidad política, los intelectuales del momento quisieron reforzar la unidad de cultural y linguística", agregó.

En relación a la programación de las obras, "hasta hace poco" y por incluir la palabra "nacional" en su nombre el telón solo se abría para representar títulos de autores argentinos.

"A partir de la llegada del último director, Rubens W. Correa, se empezaron a reproducir los textos de autores extranjeros desde una óptica nacional", comentó.

 



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