Ciencia y Tecnología

La cuna de Nokia es un imán para emprendedores

2016-12-08

Cuando Nuviz Inc., una firma de San Diego, California, comenzó el año pasado a...

Matthias Verbergt, The Wall Street Journal

Cuando Nuviz Inc., una firma de San Diego, California, comenzó el año pasado a desarrollar pantallas de alta tecnología para motociclistas, se dirigió a Salo, una provincial ciudad finlandesa conocida como Nokia Town.

Menos de una semana después de haberse instalado en esta localidad de 50,000 habitantes, los ejecutivos de Nuviz encontraron y contrataron a 20 ingenieros. El equipo completó el desarrollo de un prototipo en menos de seis meses.

Salo, el lugar donde Nokia Corp. se transformó en un coloso de la telefonía celular, sufrió un duro golpe cuando la empresa abandonó la fabricación de dispositivos móviles y vendió sus activos en ese rubro a Microsoft Corp. por 5.440 millones de euros (US$5.860 millones) para concentrarse en la producción de equipos de red. El futuro de la ciudad se nubló aún más cuando a principios de este año Microsoft decidió reducir sus operaciones de telefonía móvil y despidió a sus últimos trabajadores locales.

Pero ahora las perspectivas están brillando de nuevo. Salo atrae a un flujo constante de empresas de tecnología que buscan hacer uso de lo que Nokia y Microsoft dejaron atrás: decenas de ingenieros experimentados y amplias instalaciones inactivas. “Es un grupo de gente que no puedes encontrar en California”, dijo Marcel Rogalla, uno de los fundadores de Nuviz. “Son 100% productivos desde el primer momento”.

Aunque incipiente, el renacimiento de Salo es un ejemplo de cómo las ruinas de un gran negocio de tecnología pueden convertirse en tierra fértil para otras startups. Las autoridades de la ciudad están apostando a que Salo se convierta en un centro tecnológico exitoso, imitando a California, donde una serie de startups fueron creadas por antiguos empleados de compañías tecnológicas pioneras como Hewlett-Packard Co., Xerox Corp., Intel Corp. y Oracle Corp. El plan recuerda los esfuerzos de la ciudad canadiense de Waterloo para permanecer en la carrera tecnológica luego que el gigante local BlackBerry Ltd., otro fabricante de dispositivos móviles que tuvo problemas.

“Podríamos ser un pequeño Silicon Valley del norte”, dijo Jari Kaarima, un ex gerente de Nokia y fundador de Lean5, una startup de fabricación eficiente basada en Salo.

El amor de la ciudad finlandesa por la tecnología se remonta a 1928, con el nacimiento de una fábrica de receptores de radio. Desde entonces, Salo se mantuvo a la vanguardia del desarrollo de televisores, walkie-talkies y, en tiempos más recientes, teléfonos celulares, que impulsaron a Nokia a la cima de la industria. Las primeras versiones de casi todos los legendarios teléfonos Nokia fueron diseñadas y producidas aquí.

Durante el apogeo de la empresa en la década de 2000, cuando representaba hasta 4% de la producción económica anual de Finlandia, más de 6,000 personas se ganaban la vida trabajando para las operaciones del fabricante de celulares en Salo. Muchos otros empleos locales estaban indirectamente relacionados.

Cuando Nokia cayó del estrellato, Salo la siguió. En 2008, la tasa de desempleo de la ciudad era de 5,7%; en diciembre pasado, superó el 17%, cifra inflada por miles de ingenieros sin trabajo que no perdían la esperanza de encontrar empleo en la ciudad. Nokia, que está basada cerca a la capital del país, Helsinki, ya no tiene personal en Salo.

El alcalde de la ciudad, Antti Rantakokko, dijo que la ciudad está en vías de recuperación, con un desempleo por debajo del 15%, gracias a la alta tasa de contrataciones de startups.

Entre las más de una docena de empresas que se han instalado en las antiguas plantas de Nokia, está el fabricante de teléfonos móviles Turing Robotics Inc.

Cuando Steve Chao, presidente ejecutivo de Turing, descubrió las oportunidades de Salo, decidió trasladar la producción de teléfonos de la compañía desde Shenzhen, China, a Finlandia.

Turing, cuya sede también se encuentra en Salo, apunta al extremo superior del mercado con teléfonos caros diseñados para ser ultra seguros y duraderos. Chao dijo que Salo ofrecía la abundancia de talento que necesitaba, en forma de ingenieros de producción con la experiencia y conocimiento para hacer cualquier parte del teléfono.

Durante un lunes reciente, un puñado de ingenieros de Turing estaba trabajando en la preparación del inicio de la fabricación de teléfonos, prevista para los últimos días del año. Todo lo que Microsoft dejó atrás está todavía en su lugar, desde decenas de máquinas de montaje de teléfonos listas para producir hasta dos millones de teléfonos al año, hasta espacios sociales con sistemas de sonido y cafeteras.

“Es una instalación masiva, con la capacidad de construir cualquier prototipo”, dijo Chao.

Las empresas que se trasladan a Salo también pueden aprovechar la red de negocios que Nokia desarrolló.

Las pantallas para cascos de motociclistas de Nuviz serán fabricadas por un ex proveedor de Nokia en China. “He estado trabajando con ellos durante años”, dijo Arto Kiema, un ex ejecutivo de Nokia que ahora es gerente general de Nuviz en Salo.

En un sillón de la nueva alcaldía de Salo — construida gracias a los impuestos corporativos que Nokia pagó durante años—, Rantakokko dijo que la ciudad está en conversaciones con varios inversionistas potenciales de Finlandia, Estados Unidos y China.

Aunque Nokia era una bendición para su ciudad, el alcalde ha llegado a preferir a las startups. “Lo mejor es tener muchas compañías, dividir el riesgo”, dijo.

El inmenso y en gran parte vacío estacionamiento fuera de la planta de Nokia y de los viejos edificios de Microsoft habla sin embargo del desafío restante.

Si todo va de acuerdo a lo planeado, Nuviz tiene la intención de duplicar su plantilla a 60 para el año 2018, apenas 1% menos que el antiguo personal local de Nokia. A largo plazo, Turing planea emplear a cerca de 250 trabajadores para producir teléfonos en Salo.

María Havia, cuyo contrato con Microsoft terminó en agosto, es una de los cientos de trabajadores en Salo que aún no ha encontrado un nuevo empleo. Recientemente vendió su casa por un precio 20% menor a lo que pagó en 2010, cuando el mercado inmobiliario de Salo era uno de los de más rápido crecimiento en Finlandia.

Pero Havia ha decidido quedarse en la ciudad. Alquiló un departamento más pequeño en el centro, con la esperanza de conseguir un trabajo en una de las nuevas startups.

“Aquí se siente como en familia”, dijo.



JMRS