Poker de Ases

Peña Nieto: corte de caja

2017-01-16

Consumidas dos terceras partes del sexenio peñanietista el recuento político,...

Carlos Fernández-Vega, La Jornada

Corte de caja: de lo formalmente prometido a los resultados tangibles, el gobierno peñanietista reporta un voluminoso cuan creciente déficit con los mexicanos –a quienes ofreció "mover a México"–, que el inquilino de Los Pinos –junto con su gabinetazo– ha querido compensar a golpe de discursos (cada vez más huecos), mientras la realidad devora a los habitantes de este país.

¿Qué fue del "júbilo" inicial por la llegada del grupo que "sí sabe gobernar"? En diciembre de 2012 el recién estrenado inquilino de Los Pinos aseguraba que "vienen, de eso estoy convencido, mejores tiempos para todos los mexicanos, porque éste es el momento de México", y a propios y extraños ofrecía "resultados tangibles" a corto plazo. La cereza retórica la daba el ex "ministro del (d) año", Luis Videgaray: "lo mejor está por venir".

Consumidas dos terceras partes del sexenio peñanietista el recuento político, económico y social es terrible, con ganas de empeorar en el tramo restante. Y si "lo mejor está por venir" entonces agárrense, que en cuatro días más a las barbaridades internas se sumarán las promovidas por el salvaje de Donald Trump, dispuesto a destrozar a México, y de pasadita a lo que queda del gobierno peñanietista.

A Peña Nieto le ha dado por pronunciar frases coleccionables que de nada sirven, pero que, supone, hacen más bonitos sus discursos, como la del "¿ustedes qué hubieran hecho?" o la del cadáver de la gallinita. Entre las más recientes se cuenta la siguiente: "la realidad se nos ha impuesto, nos ha alcanzado, pero se han tomado decisiones con sentido de responsabilidad, con carácter y con firmeza".

Lo anterior, desde luego, no es un reconocimiento de que la cruda realidad siempre ha estado presente, que nos ha hecho trizas y de que el inquilino de Los Pinos estuvo ciego cuatro años, sino un mensaje claro y directo a los mexicanos: jódanse, que el mega gasolinazo, y lo demás no se moverá un milímetro. La realidad es para ustedes y de la proporción que ordene el gobierno. Al mismo tiempo dice que "se han tomado decisiones con sentido de responsabilidad, con carácter y con firmeza", y sí: son las mismas que a lo largo de 34 años han hundido al país.

¿Qué depara a los mexicanos el último tramo del gobierno peñanietista? Si las cosas van bien, más de los que hasta ahora han padecido, pero todo indica que será aún peor. Agarraos, pues.

En vía de mientras, y ya "reconocida" la realidad, Peña Nieto y sus muchachos prometen, otra vez, que "no permitirá" el "aumento injustificado" de precios, por mucho que las alzas en los productos básicos son de todos los días, ya por el raquítico comportamiento económico, la permanente devaluación del tipo de cambio, el mega gasolinazo y lo que se acumule.

En una economía de mercado libre, como la defendida a capa y espada por el actual gobierno y sus antecesores, sin traba alguna ni mecanismos compensatorios para el consumidor, ¿cómo impedirán los aumentos de precios y quién los calificará de "justificados" o "injustificados"? La Profeco es uno de los elefantes blancos del régimen, carece de "dientes" para proteger a sus presuntos "protegidos" y su labor, en el mejor de los casos, se limita a la "conciliación" entre las partes en pugna.

Algunos aumentos no impactan en otras áreas, pero los relativos a los combustibles sacuden hasta el sector más pequeño de la actividad económica. Con alzas hasta de 24 por ciento en gasolinas y diésel (más las que se registren en la primera mitad de febrero y, a partir del día 18 de ese mes, todos los días del año), ¿en serio cree el gobierno peñanietista que no se registrarán incrementos por el simple hecho de que él diga que no?

Si a lo anterior se suma la permanente devaluación del peso frente al dólar (que en lo que va del sexenio acumula 70 por ciento), en una economía que depende en grado sumo de la estadunidense y el estómago de los mexicanos también, ¿realmente considera que no habrá un alza generalizada, así sea paulatina en el mejor de los casos?

Tras la citada promesa comienzan a documentarse aumentos aquí y allá, de uno y otro producto, especialmente los básicos, con la tortilla a la cabeza. Aquí EPN también podría decir que la "gallina de los huevos" de maíz (y de tantos otros alimentos) "se nos fue acabando, se nos fue secando", porque el gobierno decidió, valiéndole un comino la soberanía alimentaria, que era "más fácil" importar granos que producirlos en el país, es decir, algo similar a lo que hicieron con los combustibles (y con todo lo demás, en una práctica que ha hundido a la industria nacional).

La Jornada lo informó así: "el precio promedio de la tortilla a escala nacional rebasó el pasado viernes los 13 pesos por kilo en expendios tradicionales, un incremento de 2.3 por ciento en los 13 días que lleva el año y de casi 5 por ciento respecto a enero de 2016. Además, en siete de cada 10 ciudades el alimento se vende por encima del promedio de 13.12 pesos, con picos de 17 pesos o más en Mexicali, La Paz, Campeche, Acapulco, Nogales, Mérida, y hasta 19 pesos en Hermosillo, de acuerdo con información de la Secretaría de Economía. En cinco plazas ya se dio un doble ajuste en menos de dos semanas: Culiacán, Xalapa, Zacatecas, Mérida y Monterrey".

Y remata con lo siguiente: "empresarios de la industria de la masa y la tortilla informaron que debido al incremento de aproximadamente 20 por ciento en los costos de producción del alimento, algunos establecimientos ya cobran hasta tres pesos más el kilogramo, pero advierten de la inminencia de un aumento oficial en los próximos días. Desde principios de enero el precio se elevó de 16 a 18 pesos y en algunos puntos hasta 19. El precio actual es insostenible debido al incremento de precios en productos como el gas LP, la gasolina, el costo de la harina" y lo que se acumule.

Como días atrás se recordó en este espacio, en 1999 el gobierno de Ernesto Zedillo canceló el subsidio a la tortilla, porque, aseguraba, "con la apertura del mercado y la competencia entre los productores se logrará abatir el precio de este alimento básico en la dieta popular, lo que favorecerá ampliamente a los consumidores". De entonces a la fecha el precio se ha incrementado 2 mil por ciento, y contando.

Las rebanadas del pastel:

Entonces, agarraos de nuevo, porque ya "liberado" el mercado de los combustibles y "estimulada la competencia", es de suponer qué sucederá con los precios.



yoselin

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