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¿Desdolarización de la economía mundial?

2017-01-19

Por un lado, la entrada en juego del euro, moneda con un área económica detrás...

Francisco Navarro y Alfredo Serrano, La Jornada

Introducción: desde los acuerdos de Bretton Woods, a mediados del siglo XX, el dólar ha sido indiscutiblemente la moneda de referencia de la economía mundial. Se construyó un sistema financiero internacional por y para la economía estadunidense con el dólar como estandarte hegemónico.

De esta manera, y hasta hoy, el dólar se ha convertido en la principal moneda internacional tanto de reserva como para los intercambios comerciales, de divisas y el resto de transacciones financieras.

La hegemonía del dólar es un privilegio y una asimetría de poder en favor de la economía estadunidense respecto del resto de economías del mundo. Un poder que se manifiesta en innumerables beneficios para el capital en el sistema financiero y en las relaciones comerciales con el exterior.

Esta hegemonía se incrementó aún más en los años 80 con el crecimiento y la expansión financiera global, así como con la expansión territorial del capital productivo y su nueva división internacional del trabajo y una nueva estructura internacional del comercio.

En palabras claras: el nuevo orden económico mundial neoliberal pivotó sobre la hegemonía del dólar en el mundo.

Indicios para la discusión sobre la hegemonía del dólar. Actualmente el dólar mantiene su posición hegemónica y es, con diferencia, la moneda más utilizada en el mundo. Sin embargo, distintos hechos han acaecido desde comienzos del siglo XXI que vislumbran la posibilidad de transformaciones en la economía global y el sistema financiero internacional que desplacen relativamente el poder central del dólar.

Por un lado, la entrada en juego del euro, moneda con un área económica detrás que tiene un peso en el mundo, en términos de PIB y comercio, equivalente a Estados Unidos. Aunque el euro no ha sido el contrapeso frente al dólar esperado por los más optimistas, su presencia y crecimiento le ha restado algo de protagonismo como moneda de reserva y en el comercio internacional.

Por otro lado, la presencia de los países emergentes (Brics), especialmente de China, cuya importancia de su moneda comienza a reflejar los cambios que se están sucediendo en la economía global. En este sentido, ha habido un progreso en distintos mecanismos, liderados por China, de cooperación financiera y de intercambios comerciales y financieros sin utilizar el dólar que abre espacios regionales en el sistema financiero a favor de otras monedas, especialmente el yuan.

En este sentido, cabe destacar la importancia que ha tenido el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura.

Además, estamos en plena transición geoeconómica: aparecen bloques comerciales regionales que buscan tener relaciones económicas en monedas propias. Se abre una nueva época económico-financiera.

Algunos datos relevantes sobre estos indicios. Aunque estaríamos muy a los inicios de la existencia de un verdadero contrapeso en el sistema financiero que discuta la hegemonía del dólar, la evidencia de los datos bien interpretados puede mostrar indicios de cambios en este sentido.

En cuanto a moneda de reserva internacional que tienen los distintos bancos centrales de los países, el dólar ha visto disminuir su importancia. Si en 2000 representaba como moneda de reserva 72 por ciento del total, actualmente representa 63 por ciento.

El peso del dólar en la cesta de monedas que determina el valor de los derechos especiales de giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional. El valor del dólar ha caído levemente; unos 2 puntos porcentuales, en la última década.

Pero más importante es en este sentido la inclusión en la cesta del yuan (efectiva a partir del 1º de octubre de 2016). No tanto por el peso que restará al dólar, sino por lo que significa en cuanto al reconocimiento de confianza del mundo capitalista a una moneda de una economía de la envergadura de China. Es un paso muy importante para un futuro papel determinante del yuan frente al dólar en el sistema monetario internacional.

El yuan se usa como moneda de reserva en 40 bancos centrales.

En cuanto a las divisas intercambiadas a escala mundial, si en 2001 el dólar tenía un peso de 45 por ciento de todos los intercambios, en 2010 éste había caído a 42.5 por ciento, aumentando hasta 2016 a 43.8 por ciento.

Vale la pena volver a destacar aquí la fuerte irrupción del yuan con un peso superior a 2 por ciento en la actualidad, siendo en 2010 de 0.45 por ciento.

Otro dato: el comercio Sur-Sur cada vez es más importante a escala mundial: pasó de suponer 6 por ciento en 1985 a 24 por ciento en 2010; mientras el comercio Norte-Norte retrocedió a 38 por ciento.

Un dato importante es el uso de las distintas monedas en la facturación del comercio internacional. Una aproximación a este dato es la moneda utilizada en el crédito documentario, principal fuente de financiación de las operaciones de comercio internacional. Aquí el yuan ha tenido un avance espectacular en detrimento especialmente del dólar. Si en 2012, del total de operaciones, el yuan representaba 1.89 por ciento y el dólar 85 por ciento; en 2015 el yuan había aumentado enormemente su peso hasta 9.43 por ciento, mientras el dólar caía a 79.73 por ciento.

El dólar también ha perdido peso en el comercio exterior de la Unión Europea (UE). Si en 2010 52 por ciento de las importaciones (extra UE) y 34 por ciento de las exportaciones se realizaban en dólares, en 2015 estos porcentajes han caído a 42 por ciento y 27 por ciento respectivamente.

Conclusiones. El dólar sigue estando muy presente, en forma dominante, en las transacciones económicas internacionales. Sin embargo, sí se debe constatar la emergencia de nuevas monedas que comienzan a tener un rol cada vez más protagónico en la economía mundial, como moneda de reserva o de intercambio comercial. La transición geoeconómica sigue su curso. En estos últimos años, la desdolarización de la economía mundial ha comenzado a dar sus primeros pasos. Por ahora, no ha puesto en peligro la hegemonía del dólar, pero sí ha demostrado que existen alternativas, sólidas y eficaces. Veremos qué sucede en la próxima década.



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