Internacional - Economía

Trump pone en guardia a las firmas de EU que llevan empleos al exterior

2017-01-23

Líderes de empresas estadounidenses con operaciones de tercerización en el extranjero...

Lauren Weber, The Wall Street Journal

Líderes de empresas estadounidenses con operaciones de tercerización en el extranjero expresan en privado su preocupación de quedar bajo el escrutinio de un presidente que ha criticado a firmas que llevaron su producción a otros países.

En los últimos meses, Donald Trump ha utilizado su cuenta de Twitter para criticar a Ford Motor Co.; Carrier, filial de United Technologies Corp.; y General Motors Co. por externalizar empleos.

Los ataques están repercutiendo en empresas con operaciones de producción y tecnología de la información en países como India, China y Filipinas, dicen ejecutivos del sector. Algunas compañías buscan alternativas dentro de Estados Unidos, mientras que los proveedores de servicios tercerizados apuntan a la automatización como una forma económica de repatriar trabajo, pero no necesariamente empleos.

Aunque pocos quieren hablar de ello ahora, “cada empresa de (la lista) Fortune 500 tiene algo tercerizado y fuera del país”, señala Frank Casale, presidente emérito del Outsourcing Institute y cofundador de una asociación profesional llamada Institute for Robotic Process Automation.

La preocupación, aparte de los ataques por Twitter, es que los bienes o servicios producidos con mano de obra del exterior puedan estar sujetos a aranceles especiales. Eso tal vez no disuada a las compañías de firmar acuerdos para trasladar trabajo a otros países, pero podrían ponerlos en suspenso mientras los ejecutivos aguardan señales del nuevo gobierno.

El ciclo normal de ventas para grandes contratos, en el que los clientes establecen sus presupuestos en diciembre y enero, “podría cambiarse marginalmente” debido a la incertidumbre, dijo Pravin Rao, director operativo de la tercerizadora india Infosys Ltd., en una teleconferencia con analistas en noviembre.

“Hay temor a ser criticado y avergonzado por tercerizar”, explica Eric Dezenhall, consultor de gestión de crisis y ex asistente de prensa de la Casa Blanca durante la presidencia de Ronald Reagan. Dezenhall señala que Trump tiene algo de vulnerabilidad en este tema, ya que el empresario ha usado acero extranjero en sus edificios y algunos artículos de la marca Trump están hechos en China.

Dezenhall dice, sin embargo, que ha disuadido a los líderes de criticar el historial de tercerización de Trump debido al riesgo de represalias.

Tanto Hillary Clinton como Trump apuntaron contra la tercerización en el extranjero durante sus campañas presidenciales, razón por la cual algunos ejecutivos se prepararon con anticipación para posibles medidas en su contra.

“Siempre pensamos que habría un cambio, ya fuera con Clinton o con Trump”, dice Donald Mones, quien está a cargo de decisiones de tercerización en un importante banco global. El ejecutivo les ha pedido a sus proveedores —principalmente empresas informáticas con sede en India y algunas instalaciones en EU— que preparen espacio en Charlotte, Carolina del Norte; Cincinnati, Ohio; Phoenix, Arizona; y Ann Arbor, Michigan, para que una pequeña cantidad de empleos pueda ser repatriada. El banco probablemente elegirá uno o dos de esos lugares, señala.

El triunfo de Trump aceleró la planificación del banco, cuenta Mones, quien preside la sección de Nueva York de la Asociación Internacional de Profesionales de Tercerización.

“Usaremos [el espacio] sin importar qué [suceda]”, afirma. La cantidad de empleos —en áreas como procesos administrativos, control de calidad y atención al cliente— aún no está decidida, pero podría ir de unas decenas a cientos. Algunos de los puestos podrían ser repatriados mientras que otros podrían ser creados o reubicados dentro de EU, dice Mones y agrega que “ya sea que nos obliguen o sea una buena decisión de negocios, es algo que ahora tenemos a nuestra disposición”.

Sarah Koshiol, directora de Brightfield Strategies, que asesora a empresas sobre la estrategia laboral, dice que algunas firmas están reconsiderando sus planes para aumentar sus contratos en el extranjero, preocupadas por posibles sanciones del gobierno de Trump. Por ahora, ninguna ha cambiado sus planes formalmente, pero el temor de a una represalia está “en nuestro radar”, señala.

Fabricantes como Carrier reciben atención porque sus decisiones de trasladar operaciones a otros países afectan a los trabajadores de clase media y obrera cuyos problemas han sido el foco de la retórica durante la campaña presidencial sobre la muerte del sueño americano.

Empleos menos visibles, tales como procesamiento de transacciones, ingreso de datos y contabilidad, constituyen un segmento grande del mercado de tercerización. Firmas como Infosys, Cognizant Technology Solutions Corp. y Wipro Ltd. emplean cientos de miles de personas que realizan trabajos de tecnología de la información para bancos, aseguradoras, contratistas de defensa y otros.

En parte debido al aumento de los costos laborales fuera de EU, el traslado de empleos ha disminuido o se ha frenado en los últimos años. Las pérdidas causadas por la fabricación en el extranjero se redujeron de unos 156,000 puestos al año a mediados de la década de 2000 a alrededor de 100,000 para 2012, según un análisis del brazo de investigación económica de Toronto Dominion Bank.

El crecimiento del gasto en áreas como informática y servicio al cliente se desacelera de forma drástica, desde cerca de 30% al año hace una década a una proyección de 8% en 2020, según la firma de investigación IDC. De todas formas, se pronostica que el valor del mercado global de servicios enviados al extranjero por empresas estadounidenses ascienda de US$71,500 millones en 2015 a US$109,300 millones en 2020.

Muchas empresas ya han logrado el máximo beneficio de la tercerización en el extranjero, dice David Tapper, vicepresidente de este tipo de servicios en IDC. La automatización y el uso de software de computación en nube han reducido la necesidad de mano de obra fuera del país, señala.

Ante el rápido crecimiento salarial en países como China, más proveedores de servicios de tercerización dicen que apuntan a la automatización como una solución tanto políticamente neutral como económicamente viable.

“Si [las empresas] tienen la oportunidad de volver al país, se ve mejor”, recalca RG Conlee, director de innovación de Conduent Inc., firma de procesamiento de datos recientemente escindida de Xerox Corp.

De todos modos, el volumen de empleos que podrían repatriarse apenas se compara con los miles perdidos a lo largo de muchas décadas. Con la automatización, “en lugar de 3,000 o 5,000 empleos en el exterior, tal vez tendrá 50 en el país”, dice Conlee. “La cantidad de empleos necesarios para monitorear [software] es mucho más pequeña que la cantidad necesaria para ingresar datos”.



JMRS
Utilidades Para Usted de El Periódico de México