Vuelta al Mundo

¿Quién tomaría liderazgo mundial en lugar de Estados Unidos?

2017-01-24

En uno de sus primeros actos, Trump retiró el lunes formalmente a Estados unidos del Acuerdo...

JOSH LEDERMAN, EFE

La pretensión del presidente Donald Trump de establecer una política exterior que ponga a "Estados Unidos primero" genera preguntas sobre quién ocuparía su lugar como líder mundial.

China y Rusia se encuentran entre los aspirantes a generar una mayor influencia económica y militar, mientras que una ambivalente Alemania podría surgir como la brújula moral de Occidente.

Durante generaciones, Estados Unidos se ha encargado principalmente de fijar la pauta de la economía global, vigilar las amenazas a la seguridad internacional y encabezar la respuesta a crisis como la epidemia de ébola y el terremoto en Haití.

Pero luego de abrirse paso hasta la presidencia con un mensaje cargado de aislamiento, fincado en la noción de que Estados Unidos necesita volver a enfocarse en sí mismo, Trump no ha dicho ni hecho mucho por disipar la noción de que quiere que el resto del mundo solucione sus propios problemas.

En su discurso de toma de posesión, Trump dijo que durante mucho tiempo Estados Unidos se ha dedicado a las industrias, ejércitos, fronteras e infraestructura de otros países, permitiendo que las propias caigan en "un deterioro".

"Eso quedó en el pasado", subrayó el mandatario.

En uno de sus primeros actos, Trump retiró el lunes formalmente a Estados unidos del Acuerdo Transpacífico, un proyecto lanzado durante el gobierno el presidente George W. Bush y negociado por Barack Obama para fijar reglas comerciales con Asia y contrarrestar la influencia económica de China.

Al romper el acuerdo, Trump dijo que estaba haciendo "algo grandioso" por los trabajadores estadounidenses. Pero el senador John McCain, también republicano, indicó que con ello "entrega el liderazgo de Estados Unidos en Asia a China".

China no es el único país que podría beneficiarse del atrincheramiento estadounidense. De alguna manera, Rusia y Alemania también podrían jugar un papel más importante a nivel mundial. Pero nadie puede igualar de manera simultánea el poder económico, militar y moral de Estados Unidos, por lo que un Estados Unidos más aislado podría generar un vacío de poder.

"No existe ningún país o conjunto de países que puedan hacer lo que Estados Unidos ha hecho durante el último medio siglo", dijo Jon Alterman, ex funcionario del Departamento de Estado y actual miembro del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. "Es, parcialmente, un asunto de recursos y capacidad, y también es, parcialmente, cuestión de ambición".

"Simplemente se dejarán de hacer muchísimas cosas", advirtió.

Aunque China y Rusia apreciarían la oportunidad de intentar reemplazar a Estados Unidos en el plano internacional, muchas naciones de Asia, Europa y otras partes, se han mostrado inquietas por la posibilidad de una retirada estadounidense. Incluso Alemania aún no fija una postura sobre jugar un papel cada vez más grande como ejemplo moral.

China, que ha invertido miles de millones de dólares en África y Latinoamérica para generar influencia en las naciones en desarrollo, podría convertirse en una potencia económica cada vez mayor. Ya busca de manera agresiva un acuerdo comercial multinacional que sería la alternativa más viable al Acuerdo Transpacífico, un escenario que el gobierno de Obama advirtió que le permitiría a China "dictar las reglas" y generar peores estándares laborales y ambientales.

Beijing ha utilizado la toma de posesión de Trump como una oportunidad para ridiculizar la democracia estadounidense y jactarse de que el sistema comunista es superior. Y muchos de los vecinos de China comparten los temores de que las amenazas de Trump disparen una "guerra comercial" con la potencia asiática al gravar los productos chinos.

"Les guste o no, la economía global es un enorme océano del que no se puede escapar", dijo la semana pasada el presidente chino, Xi Jinping, en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, al delinear sus planes de crecimiento, inversiones extranjeras y oportunidades de comercio expandido. Fue el tipo de agenda que Estados Unidos pudo presumir en el pasado.

Las alianzas militares de Estados Unidos tampoco están garantizadas.

Trump ha dicho que la OTAN es "obsoleta" y ha retado a los aliados de Estados Unidos a asumir mayores costos para incrementar su presencia militar en el Pacífico, mientras que Rusia ejerce mayor poderío militar en Europa del Este, que sufrió durante décadas bajo dominio soviético.

No es el único lugar en el que el Kremlin ha demostrado su fuerza. En Siria, Rusia ha respaldado por más de un año las exitosas ofensivas del gobierno sirio en contra de grupos rebeldes, y actualmente dirige las negociaciones de paz entre ambas partes. Estados Unidos fue un simple observador en las negociaciones del lunes, mientras que la Casa Blanca dijo que podría aliarse con Rusia para combatir al grupo Estado Islámico en Siria. Un acuerdo de ese tipo mejoraría de manera importante la reputación rusa en Medio Oriente.

"Con la elección de Donald Trump, finalmente se acabó el viejo mundo del siglo XX", dijo el ministro del exterior de Alemania, Frank-Walter Steinmeier al diario Bild, un reflejo del generalizado lamento europeo sobre un confuso liderazgo internacional y un desorden cada vez mayor.

Los planes de Trump reflejan un debate mundial sobre globalización contra aislamiento. La primera ministra británica, Theresa May, visitará a Trump a finales de esta semana, buscando cooperación de un líder estadounidense que aplaudió la votación de su país por dejar a la Unión Europea, algo por lo que Obama hizo campaña para que no sucediera.

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, quien alguna vez insultó a Obama por las críticas estadounidenses a la guerra contra el narcotráfico en su país, aplaudió la postura de Trump de "Estados Unidos primero" y expresó alivio de que Estados Unidos ya no le dirá a otras naciones cómo comportarse.

El primer ministro húngaro Viktor Orban, quien desde hace tiempo es acusado de tendencias poco democráticas, respaldó dicho mensaje al declarar "el fin del multilateralismo" en la era Trump.

Aunque la cada vez mayor fortaleza económica de China y el vigor militar de Rusia podrían ser atractivos para algunos, pocas naciones pro occidentales buscarán liderazgo moral en alguno de esos países. Alemania ha intentado ocupar ese vacío, aceptando a cientos de miles de refugiados y defendiendo un decreciente multilateralismo 70 años después de ser causante de algunas de las mayores atrocidades de la historia durante la Segunda Guerra Mundial.

Pero Alemania, el motor económico de Europa, tiene una notable deficiencia: una incapacidad para igualar el poder de los aspirantes a líderes mundiales en Moscú y Beijing. Y pese a todos sus esfuerzos, la canciller alemana Angela Merkel enfrenta una complicada reelección a finales de este año, en las que averiguará si su Alemania es inmune a esta nueva oleada de populismo.



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