Editorial

Grave error de Teherán

2017-02-03

Pero además, Teherán debería ser consciente de que con el cambio de...

Editorial, El País

La prueba de un misil balístico capaz de albergar carga nuclear constituye una temeraria e innecesaria provocación por parte del régimen de Teherán, que se comprometió en 2016 con la comunidad internacional tras un laboriosísimo proceso a detener su programa nuclear con fines militares.

La consecución de este acuerdo —venciendo innumerables obstáculos y reticencias— fue una victoria indiscutible de la comunidad internacional, y en particular del entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que, desafiando las voces partidarias de una acción punitiva contra Irán, optó por el diálogo como la manera más eficaz para solucionar un grave problema de seguridad, no solo para Oriente Próximo sino para todo el mundo.

El régimen iraní debe comprender, en primer lugar, que no puede seguir anclado en la vieja y estéril retórica del enfrentamiento permanente con Occidente. Las declaraciones de su Gobierno asegurando que el lanzamiento no viola tratado ni resolución de la ONU alguna y que ninguna organización internacional tiene derecho a decidir sobre su programa de misiles no son aceptables. Irán tiene la obligación de respetar el tratado firmado —y de acuerdo a lo firmado, permitir la verificación internacional de este cumplimiento—, entre otras razones porque dicho acuerdo permitió romper el aislamiento al que estaba siendo sometido el país y alejó la posibilidad de una devastadora guerra en Oriente Próximo.

Pero además, Teherán debería ser consciente de que con el cambio de Administración en EE UU, numerosos actores están aguardando cualquier señal que les permita asegurar que el tratado solo es papel mojado. Desgraciadamente esto no es una especulación. Donald Trump no ha tardado en reaccionar —vía Twitter, claro— para advertir al régimen de Teherán que le pone “bajo aviso” por la prueba realizada. Y como muestra de la disposición que el nuevo inquilino de la Casa Blanca tiene hacia una política de acercamiento, añadió que Irán debería estar agradecido de haber firmado el “desastroso” acuerdo cuando ya estaba “en las últimas”. Lo mejor para todos será que Irán cumpla y no haga más pruebas.



yoselin